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Mis años de instituto fueron una mierda gracias a Alex, él siempre destacó por ser el mejor en los deportes y su afición era acosar a otros estudiantes de los cuales yo no estuve exento , varios padres se reunieron presentando sus quejas al director, lo que ayudó para que decidieran enviarlo a un campamento de conducta en nuestro tercer año, pensé que me había librado de tal desgracia«pensé».

Sentí mi estómago revolverse cuando Jason y Alex se acercaron, este último aún posaba su cochina mirada en mí.

—¡Vaya Jones te ves genial!—gritó Jason e instantáneamente posó sus ojos en Jessica.

—Hola guapo—replicó Jessica tomando una bebida que él le ofrecía—Preséntanos a tu amigo.

—Alex—dijo con su acento ruso estrechando la mano de Jessica.—¿Cómo te llamas?—esta vez se dirigió a mí«hipócrita»

¿Dónde estaba el valor que había reunido en el último año para cuando este día llegara? Me di cuenta que había sido en vano. Pretender, sí, yo era el mejor fingiendo, mintiendo y escondiendo cosas, y era el momento para ello. No quería todos mis trapos al sol.

—Christian—musité a medias y le hice seña a Jessica apuntando al baño.

Me apuré, pero la cantidad de gente apretándose alrededor bloqueaba mis pasos, mis piernas se sentían pesadas como en esos sueños que corres y jamás escapas de tu perseguidor.

—No puede ser, no puede ser—me apoyé al lavamanos, miré mis ojos enrojecidos y abracé mis codos a punto de colapsar.

Dos chicos que salían de la misma casilla me miraron confusos.

—Pobre liebre, ¿pensaste que no regresaría?.—Su voz resonó en mi cabeza, mientras él entraba en el baño tensando todos mis nervios haciéndome sentir como una rata que sería devorada por su depredador.

—¿Qué quieres Alex?—espeté y el sonrió.

—Recuperar todo lo que me debes, un año en ese campamento de mierda me hizo extrañarte, y a esa boquita tuya—dijo acercándose a mí, Alex tambien era alto casi como Jason y me superaba en fuerza.

—No vengas a tirar tu mierda sobre mí, ¿por qué diablos regresaste, no tuviste suficiente ya?

Se carcajeó cínicamente.

—Recuerdo que tengo algunas fotos—dijo señalándome con su celular–¿Quieres que toda tu universidad sepa de lo que adoras hacer en tu tiempo libre? Apuesto a que Jason y sus amigos disfrutarán con el material.

—Te das cuenta lo infantil que aún eres—estaba temblando, pero no podía demostrarlo por un momento su expresión pasó del cinismo al asombro.–No me importa lo que hagas, puedes publicar las malditas fotos, a fin de cuentas, ¿no fue lo que hiciste antes de irte?

—Sí, pero aun quiero seguirte hundiendo pequeño amigo, disfruto verte caer, sabes que tu último amiguito, ¿cómo se llama, Colin? me ha enviado algunas y estas si están bien calientes, apuesto a que papá amaría ver esto en la cena de acción de gracias.

—¿Pero cómo diablos?–La peste no tiene edad y no cambia con el tiempo, sentí el sudor frío pegarse a mi camiseta y me apoyé al lavamos.

—¿Por qué rayos tardan tanto?—Interrumpió Jason observando con una mirada dudosa la fría atmósfera entre Alex y yo, ¿qué tanto habría oído? La idea de ser expuesto en la universidad se instaló en mi cerebro y la revoltura en mi estómago provocó los vómitos.

 Gracias Alex.

—Joder Christian, ¿estás bien?—exclamó Jason sosteniéndome y abriendo la llave para que el agua eliminara los restos, poco después llegó Jessica quien no le importó entrar al baño de hombres.

Roommates to Lovemies [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora