Jason tenía a una chica asiática sentada en su regazo y estaban devorándose los labios mutuamente, el ácido pasó desde mi garganta hacia mi estómago y empujé el resto de la bebida como si pudiera refrescar el infierno que se había desatado en mi interior. Odio molestarme sin razón, tal vez sería aceptable si me gustara Jason, podría justificarlo con celos, pero ese no era el caso.
Un minuto después sus labios se separaron, yo aún seguía observándolos patéticamente mientras ella sonreía tomando la cara de Jason entre sus manos como la típica chica enamorada, era anodina, con mucho maquillaje, no diré que era bonita, Jason podría tener a alguien mejor, supuse que ella era uno de los tantos aditivos.
El rostro de Jason palideció cuando nuestras miradas se encontraron, y de nuevo mi corazón hizo esa cosa de agitarse, volteé buscando a Austin y a Jessica, pero ninguno de los dos estaba alrededor, dejé el vaso en la mesa y le pregunté al tal James dónde había ido Austin, estaba tan borracho que ni siquiera entendió.
Salí a toda velocidad.
Dejavú, recordé la noche en que estaba escapando de Alex, esta vez no debería estar huyendo y al parecer el karma se había aferrado a convertir mis noches de fiesta en un drama. Mis pulmones clamaban por aire como si hubiese corrido en un maratón, octubre aún era caluroso, me recargué a la pared de la entrada antes de tomar el elevador y salir de toda esa mierda.
No debería estar enfadado, pero aún me sentía espinoso, cerré los ojos y su voz resonó en mis oídos y lo odié.
—Jones ¿A dónde vas? —interrogó tomando lugar frente a mí, se veía calientemente sexy, si tan solo no hubiera besado a esa chica, yo estaría besándolo.
Su mirada quemó.
—No me estoy divirtiendo tanto como tú— ironicé sin mirarlo llamando al elevador.
—Si quieres puedes venir a mi mesa.
Oh por dios, cómo podría ser tan cínico de invitarme a verlo tener sexo con ropa con esa cara de duende.
—No gracias, en casa voy a estar mejor—El elevador llegó y entré seguido por él. —¿A dónde vas? —pregunté atónito
—Voy a llevarte a casa, hoy tengo el carro de mi padrastro.
Lo miré y pude ver el remordimiento reflejarse en su mirada, lo siento chico guapo no me importa que te disculpes.
—No gracias, puedo ir tomar un taxi—hice una pausa cuando el elevador paró en el primer piso—Sólo— aclaré.
—Tomémoslo juntos, vivimos juntos, aunque no lo quieras.
—No. —frunció el ceño irritado, yo amaba llevarle la contraria.
—Entonces nos quedamos juntos.
Y el tiró de mí haciéndome entrar en el elevador de nuevo y marcó el piso treinta. Detesto a los chicos como Jason, manipuladores y vanidosos.
—Tú eres tan insufrible Jason ¿Por qué siempre las cosas tienen que ser a tu manera? —dije cruzándome de brazos.
—Porque me da la gana, porque...
El elevador se abrió y varias personas entraron presenciando la tensión entre nosotros.
—Porque no estás acostumbrado a que los demás no hagan lo que te plazca. —proseguí sin importarme la gente alrededor.
—Cá-lla-te— vociferó en voz baja y supe que su paciencia estaba al borde, el elevador se fue abriendo en los diferentes pisos dejando a quiénes debían bajarse, habíamos llegado al piso treinta, era una terraza con una hermosa vista de la ciudad.
El cielo estaba enrojeciendo anunciando un aguacero de verano, y el aire se electrificó alrededor de nosotros, caminé hasta lo que parecía un balcón dándole la espalda a Jason esperando a que articulara palabra, alguna parte de mí deseaba escucharlo disculparse por lo sucedido con esa chica.
Tronó y me abracé los hombros.
—Lo siento— finalmente habló. — Por lo de esta tarde.
Reí sarcásticamente mirándolo.
—¿Es todo lo que tienes que decir? Entonces puedo irme
—Aún no he terminado de hablar, tienes la maldita costumbre de irte y dejarme con la palabra la boca. —se quejó frustrado y el aire lo despeinó haciéndolo ver más sexy
—Te he preguntado. Estoy cansado de tus disculpas tontas Jason, ahora si me permites, puedes continuar besando a tu chica, ella debe estar esperando por ti.
Solté las palabras sin pensar e instantáneamente me arrepentí de haberlas dicho, su sonrisa cínica se hizo presente.
—¿Eso es lo que te molesta? Estás celoso.
—Oh por dios, debes estar muy borracho. —bufé
—Entonces admítelo. —ese tono en su voz erizó cada vello en mi cuerpo.
—En tus sueños Jason.
—Ok lo admito, estoy borracho, vamos te toca Jones.
Me encontraba negando cuando él comenzó a romper el espacio entre los dos y ni siquiera me moví, su mirada jamás abandonó la mía.
—Admite que disfrutas ver mis abdominales.
Un paso.
—No me gustas Jason, de hecho, lo detesto.
—Entonces por qué te tus ojos se pierden en mi cuerpo cuando estamos juntos, eres fácil de leer, te lo dije antes.
Dos pasos
—Repito, te detesto Jason. —me ruboricé y lo odié.
—Me detestas, pero estás todo rojo y sabes qué, me apetece besarte ahora mismo para desmentirte.
Tres pasos y mi mano estaba empujando su pecho fornido.
—No lo harás porque no eres gay. No lo harás porque te patearé las pelotas si das un paso más.
Tronó de nuevo y me asusté un poco, sus manos anchas cubrieron mis hombros pequeños y alcé la mirada cuando se apretó a mi cuerpo acercando nuestras cabezas, moriría de un infarto si mi corazón seguía latiendo tan fuerte, ya había cerrado los ojos cuando sus labios se rozaron mi nariz y esperé que me besara, pero él hizo una pausa.
—¡Ves Jones! Síguete engañando con que no te gusto.
Me soltó burlándose, abrí los ojos de golpe y quise abofetearlo con todas mis fuerzas, lo empujé y me precipité a salir de ahí. Si él pensaba que jugaríamos al gato y al ratón estaba muy equivocado, le envié un mensaje a Austin, ya estaba listo para irme a casa.
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¡¡¡Hola!!! Disculpen si este capítulo es muy corto, prometo que haré el 9 un poco más largo, espero que les guste como va la trama hasta ahora. No se olviden de votar y comentar, un abrazo de chocolate.
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Roommates to Lovemies [BL]
عاطفيةChristian Jones tiene inseguridades y traumas que lo persiguen desde su pasado, pensó que al entrar en la universidad podría deshacerse de ellos. Jason Kim es un joven coreano americano que no solo tuvo un pasado turbio, sino que aún divaga en un pr...