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—¡Hmm! —Nos besábamos vigorosamente, un ligero mordisco en mi labio inferior me hizo gemir de placer, me había vuelto adicto a él. Jason estaba sentado en la cama y yo a horcajadas sobre su regazo acariciando su sedoso cabello.

—Me fascinas—confesó entre besos.

Sus manos recorrían suavemente mi espalda desnuda erizándome la piel ahí donde se posaban desatando esa sensación que aceleraba mi corazón volviéndome más ávido y deseoso de ser suyo, él lo dijo una vez y ciertamente nunca tendríamos suficiente del otro. Abandonó mis labios y me arqueé cuando los suyos se pararon sobre mi pezón haciendo círculos con la lengua, gemí nuevamente y besé su cuello.

Jason me levantó de nuevo y encerré su cintura con mis pies.

—¿A dónde vamos? —inquirí cuando comenzó a andar, él verdaderamente disfrutaba tenerme en sus brazos.

—Quiero besarte así un poco más, me pone cachondo. —Dijo pegando mi espalda a la pared cercana al escritorio. —Mierda mira qué duro.

Me bajé de sus brazos besándolo aún, me desplacé a sus tetillas, ahora era él quien se saboreaba, viajé hasta su pelvis no sin antes agarrar su paquete, lo acaricié un poco antes de introducirlo en mi boca. Jason gimoteó y comenzó a mover las caderas penetrando mi boca a la vez agarró mi cabello.

—Extraño tus rizos—Ambos reímos y odié mi imagen con Jason junior erecto en mi boca.

Él detuvo sus movimientos y comencé a lamer desde el empeine hasta la punta enfocándome ahí con mi lengua y luego hacia atrás. Disfruté su expresión sensual y me vanaglorié mentalmente sabiendo que no estaba haciendo un mal trabajo. Me paré y tiré de él hacia la cama, quería seguir jugando con su miembro quedando ambos en un sesenta y nueve, haciéndome rugir de euforia cuando comenzó a lamer mi entrada.

—Estás activo conejito. No sabes cómo me pones —Mordió mi nalga para luego dar paso a un beso negro que envió electricidad por todo mi cuerpo relajando mi esfínter e intensificando mis gemidos. Continuamos en nuestro placer oral hasta que mi compañero había alcanzado el clímax corriéndose en mi boca. —Lo siento—se disculpó ingenuamente, pero ya todo el fruto de su orgasmo estaba dentro de mí.

Se sonrojó y saboreé su imagen, se abalanzó a besarme y me separé.

—¡No! —esta vez era yo quien se avergonzaba.

—¡Oh por favor! —Tiró de mí enlazando nuestros labios, masturbando mi falo, lo empujé hacia atrás y me senté sobre él dejando que su intimidad se deslizara dentro de mí, me quejé un poco y me apoyé en sus hombros, volví a besarlo al compás que movía mis caderas disfrutando de todo aquel erotismo.

Cambiamos de posición dejándome en cuatro, sabía que iba a doler cuando me embistiera, pero no me importó. El sonido de una nalgada llenó la habitación y mordí mis labios cuando su pene entró en mí alcanzando mi nuez, las estocadas iban más rápido dejándome sin aliento. Jason me besó por detrás, me zafé de nuestro enlace saliendo de la cama e incitándolo a penetrarme una vez que me senté al borde el escritorio, Jason se mordió los labios y sin dudarlo una segunda vez agarró mis caderas y se acomodó en mi interior al tiempo que selló nuestras bocas en un caliente beso, la velocidad aumentó y Jason me levantó en sus brazos sin dejar de arremeter, sentí su miembro rozar mi punto g terminando ambos extasiados.

Ni siquiera nos tomamos el trabajo de limpiarnos, solo permanecimos así besándonos y no recuerdo quien fue el primero en dormirse.

Despertar en los brazos de Jason era todo lo que necesitaba para olvidarme del torbellino de inconvenientes que nos azotaba, en menos de una semana estábamos enredados con el peor enemigo actual, los medios. Las palabras de Kang Young Soo resonaron en mi mente, debíamos estar preparados para todo lo que se desataría en nuestra contra o con un golpe de suerte a nuestro favor.

Roommates to Lovemies [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora