Inmaduro Amor Ocasional (CORREGIDO)

Capítulo 23: Concierto VIP

*El vídeo mejor si lo miran hasta que se los indique, para que sepan que tiene que ver con la historia*

—Así que, en resumen, ¿no sabes que regalarle a Alex por su primer mesiversario? —dijo Josh alzando una ceja, después de que terminara de contarles mi dilema.

—Cumple mes... —respondí corrigiéndolo, se escucha mejor eso para dar a entender que era un mes de noviazgo.

—Es lo mismo... —respondió de vuelta—. El primer cum-ple-mes —mencionó burlándose—, es el más importante, es la primera impresión que ella va a tener de ti como pareja.

—Yo opino que le regales chocolates, eso siempre funciona —dijo Miguel.

—Tú solo en comida piensas —mencionó Josh, rodando los ojos—. Deberías de regalarle un arreglo de flores o globos, algún vestido, collares, relojes; algo caro.

Noté como Miguel empezó a poner los ojos en blanco con cada palabra de Josh.

—No lo escuches Dany, ¿qué harás cuando ella se acostumbre a recibir eso todos los meses?

—Es mejor eso a que se quede esperando más...

—¡Los pequeños detalles valen oro, Josh!

—¡El oro real vale más que eso, Michel!

—¡¿Por qué eres tan egocéntrico?!

—¡¿Y tú por qué tan tacaño?!

Mis amigos empezaron a discutir como siempre. Ahora el que empezaba a poner los ojos en blanco era yo, no había algo más estresante que tener que escucharlos pelear por tonterías. Sentía pena ajena por todas las personas en la cafetería. Aparte, ninguno estaba dándome buenas ideas.

—¡Cállense! —grité desesperado.

Todos los clientes voltearon a verme.

—Shh... —Se escuchó de la mesa de al a par, fingí una pequeña sonrisa y seguí mi charla con los chicos.

—No quiero darle algo así. No quiero darle algo material que solo use un par de veces y luego lo olvide. Quiero que sea algo especial que recuerde durante mucho tiempo, algo que le guste bastante y que signifique mucho para ambos, algo que ningún otro chico le haya regalado ni piense regalarle... Un detalle diferente a lo que comúnmente se hace.

—No pues...

—Está jodido... —respondieron mis amigos complementándose.

—Dos frappuchinos mocha especiales —mencionó la camarera, interrumpiéndonos mientras nos entregaba las bebidas a Josh y a mí—, y uno de vainilla sin azúcar para...

—El pre-diabético —interrumpió Josh, haciéndome reír.

Incluso la camarera ahogo una pequeña risotada completamente apenada, Miguel le soltó un fuerte puñetazo en el brazo para luego asesinarlo con la mirada. Sin darles importancia cogí mi frappe y empecé a tomarlo con gusto, ellos que se maten si quieren yo tengo cosas en que pensar.

Lentamente desvié la mirada hacia la ventana dejando que mis ideas fluyeran. Un chico estaba tocando su guitarra en el parque pidiendo monedas y, en ese momento, sucedió.

—¡Lo tengo! —grité emocionado.

—¡Shh! —resonó en toda la cafetería.

—Lo siento... —murmuré tímidamente, esta vez el escandalo había sido mi culpa.

—¿Qué cosa? —preguntaron los chicos.

—Ya sé que hacer para Alex. —Una enorme sonrisa se pintó en mi rostro—. ¿Aún tienes tu bajo? —le pregunté a Josh.