Little him | katsudeku

Bakugou Katsuki (9)

— Por un..., ustedes dos son un desastre ¡solo miren la sala! ¿Que trataban de hacer? – al día siguiente Uraraka entró por la puerta principal en shock.

Primero, Denki yacía en la mesa de centro, plasmado, con vasos a su alrededor y si fuera poco, solo en bóxers. Kirishima no se encontraba tan lejos de la misma situación a diferencia que está postrado en el sillón con unos lentes verdes fosforescentes mal acomodados en su rostro.

Segundo, el piso estaba manchado de - quería imaginar - agua mineral. Pero sus esperanzas fueron cayendo cuando encontró no solo una sino tres botellas casi vacías de tres alcoholes diferentes.

Y tercero, Bakugou Katsuki no estaba en ninguna parte de la planta baja, en su cabeza rondaban miles de preguntas pero una sonaba más que las demás: ¿Por que había sido tan descuidado?

Cerrando la puerta de casi un azote dejo las cosas en el primer lugar posible y corrió escaleras arriba en busca de su amigo íntimo. Antes de entrar tomo un respiro, cuando despertaran esos tres idiotas lo mataría mil veces por hacer la casa un desorden con un niño en ella y al abrir la puerta no pudo hacer más que quedarse mirando la escena con ternura.

Bakugou estaba en el suelo a un lado de donde Deku aún dormía, su cuerpo estaba encorvado por el frío de la habitación y sin intención de moverse de lugar. No sabía que hacer en ese momento, si despertarlo y golpearlo hasta matarlo o ponerle una cobija y dejarlo dormir en el suelo. Miro a Deku una segunda vez y decidió la última opción.

Minutos después la puerta del apartamento se abrió y se escuchó la voz de Momo, quien sin poder controlarlo comenzó a regañar al aire.

— Momo – hable.

— Uraraka... ¿que pasó aquí? ¿Que es todo esto? ¿Y este horrible olor? – tapándose la nariz se acercó a la ventana más cercana y la abrió de par en par.

— Al parecer adelantaron la fiesta de solteros. – me encamine a la cocina a conseguir bolsas para recoger todo lo que estuviera tirado en el suelo y desecharlo mientras Momo se encargaba de abrir cada ventana del departamento.

— Ustedes dos... – Momo se paró frente a ellos, quienes aún estaban inconscientes y tomó todo de ella para no patearlos y tirarlos fuera de la casa. — Es hora de que vayan a tomar un baño.

— No... – arrastró las letras en forma de queja, tocándose el rostro. Tratando de ocultar los rayos de sol.

— Kirishima, Denki. – el tono de su voz cambió radicalmente — Me tomara menos de 30 segundos en crear un tanque que los mande a volar hasta el pacifico si no abren los ojos ahora mismo.

Como rayos abrieron los ojos. Una vez que Momo cambia su tono de voz es entonces que las cosas comienzan a ponerse más serias. Cuenta la leyenda que Momo es la creadora del armamento militar de Nipón, pulió su habilidad hasta el grado de poder crear armas en segundos, su rango en héroes jóvenes era del 4to lugar y por supuesto, era la joven mujer mejor pagada de todo Nipón. La noble creadora.

— No puedo creer que hagan esto conociendo la situación – comenzó el regaño — ¿Que si atacaban la casa otra vez y ustedes no estaban en condiciones de pelear? ¿Que si le hubiera pasado algo a Deku? ¡El no tiene su quirk!

— Lo siento, Momo... – Kirishima agachó la cabeza – iré a tomarme un baño.

— Les preparare un café express – deje la bolsa de basura de lado me dirigí a la cocina en busca de tazas, café y agua caliente.

No podía dejar de pensar en que al estar en casa de Deku y Bakugou se sentía como volver a sus años de escuela cuando todos convivían en un solo edificio. Le pareció reconfortante pensar en aquellos años donde se divertían todos los días y los días que eran demasiado pesados siempre terminaban en risas en la sala de estar. Durante esa época todos comenzamos a cambiar y acoplarnos a los cambios juntos, era como siempre estar alrededor de la familia, cálido y amoroso.