Espere a Bakugou frente a su oficina al otro lado de la calle, mantenía mi margen bajo esperando que nadie notara mi presencia pero sabía que eso era incluso imposible. La gente a mi alrededor me miró con asombro y clemencia, salude y hablé con personas mientras esperaba hasta que vi sus cabellos cenizos.
— ¡Kacchan! – grite energéticamente mientras elevaba una de mis manos al aire. Lo vi levantar la cabeza y sus ojos chocaron con los míos a distancia, una sonrisa enorme de cruzo por mis labios de manera inconsciente y las personas a mi alrededor comenzaron a murmurar.
Un gran camión cubrió mi vista y baje mi mano lentamente, una mueca apareció en mi rostro y todo fue oscuridad. Un sonido hueco paso por mis oídos, y después un montón de gritos que al segundo, terminaron.
Como si fuera un lago, mi cuerpo parecía flotar. Sin abrir los ojos disfrute de la sensación pacífica que estaba presenciando y después..., después abrí los ojos.
Unos destellos entraron y apreté los ojos, estaba aturdido, era extraño, hacia mucho tiempo que no sentía esa sensación. Mirando a mi alrededor caí en cuenta que estaba en mi habitación, pero era diferente.
Mirando con mayor atención cada rincón, note la diminuta cama donde estaba, casi con cuidado de no romperla, me paré. Mire mi ropa y tenía puesto lo que recordaba haber usado esa tarde, unos pantalones negros de vestir y una camisa blanca de manga larga formal, mire mis manos y eran las mismas; cierto pánico comenzó a crecer, y sabía perfectamente de donde venía: de lo desconocido.
Tomando la perilla de la puerta, y con la respiración agitada, decidió dar la vuelta y abrirla, al hacerlo, una mujer joven ya hacía frente a él mirándolo con terror.
— ¿Mamá? – pregunte, mirando a la mujer joven en apenas sus veintes.
La mujer dio varios pasos atrás consternada, su reacción natural fue caer en el suelo entras cubría su boca. No entendía la situación, hacia solo un instante estaba frente a la oficina de Kacchan pero después...
La mujer en el suelo no dejaba de mirarlo aterrorizada y claro estaba el por que: un extraño estaba en su casa y acababa de salir de la recámara de su hijo.
— Mamá, soy yo – la mire hincándome frente a ella — tu hijo, Izuku.
Trate de convencer a la mujer joven de cabellos verdes, sus ojos eran desconcertantes y tenían una pizca de desconfianza; después de verla unos minutos ella decidió levantarse y acercar su mano a mi rostro.
— Izuku – dijo mi nombre con cariño, sus ojos se volvieron cristalinos y preocupantes — haz crecido demasiado.
— Si – apoyando mi cabeza en la mano de mi madre, sentí aquel tacto suave y cálido.
— Te ves realmente fuerte, – apartando su mano de mi rostro y llevarla a sujetar con fuerza mis manos — ¿de verdad eres un héroe?
Sonreí y mire a mi madre: — Lo soy. El mejor de todos.
Sus ojos comenzaron a lagrimear y abracé el pequeño cuerpo de mi madre: — Perdóname, Izuku – mencionó en mi oído — por no darte... lo que más deseabas en el mundo.
— No, – confesé — me diste todo lo que una madre le puede dar a su hijo.
Mi madre lloro en mi hombro por un momento, y limpiando sus lágrimas, la mujer logró calmarse. Hizo muchas preguntas, que con sinceridad conteste, como había conseguido mi Quirk si había nacido sin uno, como había llegado a ser el héroe más fuerte, que había sido de mi en los próximos años, si era feliz, y la única pregunta que no pude contestar: — ¿Como llegaste aquí? ¿La ciencia es tan avanzada que pueden mandarte al pasado?
— No, no es así – conteste — la verdad no recuerdo como llegué aquí – pensándolo un poco comencé a hablar en voz alta — hace un momento estaba frente a la oficina de Kacchan y después... no se qué pasó.
— ¿Kacchan? ¿Hablas del hijo de Mitsuki? – mirándome a los ojos, afirmé con la cabeza — Y pensar que siguen siendo amigos en el futuro, Mitsuki debe ser muy feliz.
Volteando a otro lado, pase mi brazo por mi nuca algo nervioso — Supongo que lo es – trate de desviar el tema — por el momento, necesito descubrir qué pasó.
— Entiendo – sujetando mis manos una vez más, me dio fuerza — siempre podrás regresar aquí, entiendo que debes salir, pero esta es tu casa.
— Gracias, mamá.
Tres golpes a la puerta hizo que los dos volteáramos a vernos, mi madre y yo nos vimos con un preocupación. Dieron otros tres golpees a la puerta y me decidí.
— Saldré por la ventana de mi cuarto mientras atiendes la puerta, mamá – abrazando a la mujer, le prometí: — Regresaré.
— Ve con cuidado – asintió, aún con sus ojos preocupados. Asentí y entre a la habitación. Escuche los pasos de mi madre y la puerta que daba a las habitaciones cerrarse.
Solté un suspiro, y mire de nuevo mi habitación. Las figuras de colección de All Might junto a cuadernillos llena de estampillas, mire las estampillas y recordé como a Kacchan y a mi nos gustaba coleccionarlas. Sonreí inconscientemente.
Recordé mi propósito y abrí la ventana con cuidado y sin hacer ruido, si fueran veinte años en el futuro probablemente se escucharía un gran chillido que iría por toda la casa; reí al pensarlo, de verdad era extraño salir por la ventana de mi propia casa en lugar de la puerta.
Sacando un pie primero para después sacar el otro, sonreí por dentro en victoria, mi objetivo era que nadie me descubriera y si podía hacer eso en este tiempo.
Tenía la intension de buscar al joven All Might, al principio sería extraño, claramente no conocía al All Might de este tiempo pero tenía la esperanza de verlo y que comprendiera la situación en la que estaba. Lo pensaba, y seguía pensándolo demasiado, si él podría ayudarme sería todo más sencillo.
— ¿Quien eres y qué haces saliendo de la habitación de Deku? – me congele al escuchar la voz infantil y mire hacia abajo. Sus ojos rojizos me juzgaban en ese momento y tragué saliva.
— Kacchan – murmure.
— ¿Quien te crees tú para llamarme así, escoria? – dijo, molesto.
Vaya, no recordaba eso.
— ¿Eres sordo? ¡te est-!
Tape su boca con una de mis manos y me resigné. En definitiva, mi plan se había ido a la basura con esto.
***
No saben, tenia la intension de hacer esto pero no encontraba el momento, y el momento es ahora.
Espero esto también les guste, serán unas jijiaventuras para ellos dos a diferencia que para Bakugou y Midoriya de niño. En pocas palabras, será más divertido y relajado.
y.
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Little him | katsudeku
Fiksi Penggemar• KatsuDeku • BNHA • My Hero Academia Fue un castigo casi divino. Lo mas extraño que le había pasado en su vida era sostener a un niño de cinco años en sus brazos, y no cualquier niño, si no su propio amante. Katsuki Bakugou tenia todo a sus veint...