Parte 16 ETHAN

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Tome un sorbo del coñac que me habían servido previamente- ¿una alianza? -pregunte.

-Sí, hijo, es una buena oportunidad para hacer crecer el reino, debemos ser más poderosos, la economía va bien, pero necesitamos más poder político-contesto mi padre mientras caminaba de un lado a otro en la sala-y la familia Ratzon podrán ayudarnos.

Sonreí a medias-Sé que la princesa Penélope no hace nada, el que toma las decisiones del reino Chevron es Peter, debemos ser cercanos a él-mencione al momento de acabarme el coñac.

-Tienes buena relación con él ¿no? Organicemos una fiesta al estilo Chevron, en conmemoración a ellos-dice mi padre mientras se acerca a la puerta de salida-lo que me sorprende, es como la señorita Rachel tiene tan buena relación con Peter además él pasa más tiempo con la señorita Rachel que con la princesa Penelope-dice de forma pensativa-No sé qué está sucediendo, pero aprovéchate de eso, invítala, invita a todas las señoritas, para que no haya comentarios en la prensa.

En casa de Thomas, me reuní con Rachel, ya hace días que no la veía.

Rachel estaba buscando un vestido en su armario—Entonces, ¿quieres que le meta ideas a Peter acerca de la alianza? —pregunta mientras miraba un vestido corto negro muy seductor, me levanto y lo guardo en su lugar, obviamente no saldrá con eso a la fiesta—así es—le respondo.

Se acerca a mí para darme un casto beso en los labios y otro en el cuello y prosigue a seguir buscando un vestido—Esta bien, hoy tengo una cena con él y con la princesa Penélope—dijo.

Al fin se había decidido por un vestido color escarlata largo, entallado y con un escote discreto pero seductor—¿Así te iras a la fiesta? —pregunte mientras me acercaba para darle besos en el cuello.

Rachel asintió, soltando un gemido de placer por mis besos. Gemido que no pase desapercibido, aprovechando que estaba en una linda bata corta de seda color blanco aperlado, de forma brusca le baje las bragas, me desabroche el cierre del pantalón y la penetre sin pensarlo dos veces, la cargue y así le estuve dando una embestidas ricas y duras. Rachel solo disfrutaba de mi arrebato, y me incitaba a seguir, Rachel es tan atrevida y seductora que no puedo controlarme. La cambie de posición, ahora estaba dándome la espalda y no podía disfrutar más de la vista. Sus gemidos, eran música para mis oídos, me era incontrolable parar, quería más, sus besos llenos de euforia y apetito me desequilibraban, sus movimientos seductores eran aceptados de maravilla, hasta que por fin llegamos al orgasmo juntos.

--Oh amor, eres deliciosa....

Los días pasan y me es muy difícil verme con Rachel, he tenido la agenda muy ocupada, además de que he tenido que viajar seguido estas dos semanas, solo regresé para el evento de la competencia de barcos. Nuestro puerto es uno de los más importantes de la zona por la ubicación y el tamaño que tiene para embarcaciones. Me siento algo culpable por el hecho de que no pensé mucho en Rachel, estoy tan enfocado en mis actividades y responsabilidades que no he podido siquiera mandarle un mensaje al despertar o al dormir. Sé que está enojada conmigo, ella está haciendo tanto por mí, pasando por todo esto, que me siento mal al hacerla a un lado. Hoy la recompensaré con una cena romántica.

El evento como siempre estaba despampanante, mi familia y yo estábamos en nuestra carpa, esperando a que mi padre diera inicio con un discurso para después yo proseguir y dar comienzo a la competencia. Desde mi carpa podía ver a Rachel, acompañada de las chicas, se veía apetitosa y muy guapa, definitivamente resaltaba entre la multitud. Sonreí. Esa mujer es mi novia. Y yo de imbécil dejándola a un lado, mientras que ella se esfuerza a dar lo mejor de sí para ganar esta competencia.

--Ethan... ¡Ethan! -siento como alguien me mueve bruscamente, miro hacia arriba y es Fannia, en ese momento me levanto rápidamente y me dirijo a dónde está mi padre para dar mi discurso.

Al terminar de dar mi discurso, todos empezaron a aplaudir, la gente estaba emocionada por la carrera de barcos que las señoritas aspirantes a la corona iban a protagonizar, solo me fije en Rachel, ya estaba preparada en su barco, junto con Thomas y ¿Peter? ¿Qué hace él ahí? Con los binoculares recorrí la vista hacia todas las personas, la princesa Penélope estaba sola en su carpa. Quería acercarme y saber que tanto era lo que hablaban, parecía que cada vez se llevaban mejor.

--¿es mi imaginación o Peter se ve muy cercano a Rachel? —Arnold me miro y sonrió arrogante—Mientras que tú estás muy ocupado ¿Qué hace Rachel? Los eventos han estado separados de tiempo—menee la cabeza, negado a que me llene la cabeza de cosas innecesarias.

La carrera había comenzado y todos estaban vueltos locos, la emoción era brutal, tenía muchas ganas de gritar "vamos Rachel" pero claramente no podía mostrar mi apoyo a ninguna de las participantes. Rachel iba en tercer lugar, tenía la ayuda de Thomas, pero aun así las chicas tienen más experiencia en esto. Y así fue. Llego en tercer lugar, y aunque era una competencia amistosa, sé que a Rachel no le gusta perder, seguramente está al borde de perder los nervios. Reí. Ya me la imagino, pobre Thomas tendrá que escuchar sus quejas y reproches. No perdí de vista a Rachel, que estaba mostrando su sonrisa más forzada que le he visto a las otras competidoras, les tomaron una foto y ella se alejó de ahí, era mi momento para poder estar a solas con ella.

Había entrado a su carpa, y cerro las cortinas, así nadie la vería, entre, y la vi en el sillón con las piernas y brazos cruzados, haciendo pucheros, pucheros que conocía demasiado bien –no pasa nada si perdiste cariño, solo fue una competencia amistosa—le recordé. Me miro de mala gana. Reí.

Cambio de postura y esta vez sí sonrió –lo sé, es solo que realmente me esforcé, ni te imaginas los gritos que soporto Thomas por mi culpa—rio.

Reí, me senté a lado de ella y la bese, la bese con unas tremendas ganas, porque me sentía orgulloso de ella—lo hiciste bien, aunque pobre de Thomas, que tus gritos llegan a ser insoportables—le sonreí. Ella me golpeo el hombro y me miro de mala gana. Yo le saque la lengua, como buen infantil que suelo ser, pero solo con ella.

Se levantó a tomar una botella de agua y se volvió a sentar a mi lado—si no hubiera sido por mis gritos, hubiéramos llegado a último lugar—menciono.

La tome de la mano y la mire –tengo preparada una cena esta noche para nosotros dos, he estado algo ausente, debo compensarte mi ausencia, te voy a recoger a las nueve—mencione y le bese la mano.

Ella asintió emocionada y me abrazo. 

¡Mi novio es un príncipe!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora