Dificultades

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P.O.V Sara

Me ha dicho Elena que para no levantar sospechas actuemos cuando esté llegando la noche, antes de que nos metan en las celdas.

Le había explicado por encima a Nuria lo que teníamos que hacer. Todo estaba perfectamente cuadrado y nada podía fallar.

Llegada la noche empezamos a actuar, habíamos quedado en uno de los baños dónde había conducto de ventilación. Días atrás había venido un técnico que sobornó Natalia para que dejase los tornillos de seguridad flojos para así meternos y poder recorrer la cárcel hasta la salida sin ser vistas. Los baños era de las pocas partes de la cárcel dónde no había cámaras, por lo tanto todo parecía muy sencillo.

Nuria acababa de llegar y me alegré de verla.

- Venga vamos, me ayudas a subir y luego yo a ti .- le dije dirigiéndome al conducto.

- Espera.

- ¿Qué pasa? .- no sabía porqué de paraba, no teníamos mucho tiempo, cualquiera podría entrar o nos llamarían para ir a la celda en cualquier momento.

- Falta Carla.

- Vámonos, si es una más de la cárcel.

- No voy a irme sin ella, todo el tiempo que he estado aquí he estado junto a ella y aunque no lo demuestre se ha convertido en alguien muy importante para mí, osea que no voy a dejarla. Encima ella es puntual, le debe de haber pasado algo.

Estaba impresionada con Nuria, solo había mostrado afecto hacia mí, nunca la había visto así. Parece que este sitio la había cambiado, pero no me importaba, tal vez Nuria había comenzado a sentir algo de sensibilidad en el tiempo que llevaba aquí. Antes era bastante fría con todo el tema de la mafia.

- Voy a buscarla.

- No, eso sí que no. La esperamos aquí .-dije parandola.

No me hizo caso y se fue, Elena que estaba escuchando toda la conversación me dijo que la siguiese y que ella nos guiaría para que no nos encontrasemos ningún guardia. Mientras tanto, ella buscaría también la ubicación de Carla.

Después de 5 minutos buscándola por los pasillos dónde no había seguridad decidimos pararnos a pensar. No podíamos dejar que nos viesen, a estas horas nos dirigían a todos a nuestras respectivas celdas, dentro de poco comenzarían las guardias nocturnas.

- ¿Puede que acabe de ver por una cámara a Carlos el de filosofía metiendo a Carla en una sala de limpieza a la fuerza? .- escuché decir a Elena por el auricular. Le transmití a Nuria la información en cuento la supe y reaccionó con una cara entre miedo y furia.

Salió disparada hasta el pasillo que nos indicó Elena y allí los encontramos, dentro del cuarto de limpieza. Carla se intentaba soltar de su agarre pero le era imposible, le estaba besando toda la cara y metiendo mano. Nuria no se lo pensó dos veces y le pegó una patada en todas las costillas, provocando que Carlos se cayese al suelo, soltando a Carla.

Cuando nos íbamos a ir del cuarto sin que nos viese Carlos me cogió por el brazo con muchísima fuerza y me pegó un tirón, sentí como mi hombro se dislocaba y un tremendo dolor invadía mi cuerpo.

- Mira a quién tenemos aquí, ¿tú eras alumna mía también no?, ¿Qué cosas malas has hecho para estar aquí? Me pone... - no acabó la frase porque Nuria y Carla habían vuelto y le habían pegado, Nuria otra patada en una pierna y Carla un puñetazo en la cara.

Carla se empezó a reír de una manera muy peculiar del hombre que se retorcía de dolor en el suelo. Admito que esa risa también me hizo reír a mi, pero no teníamos mucho tiempo osea que nos dirigimos rápidamente al baño otra vez.

La primera en subir fue Carla. A la hora de subir yo, fui a levantar el brazo y volví a sentir un horrible dolor, me acordé de que Carlos me había estirado provocándome que de saliese el hombro del sitio, una lágrima se deslizó por mi cara.


- ¿Qué te pasa? .- dijo Nuria preocupada.

- Creo que se me ha salido el hombro del sitio.

- Vamos, yo te ayudo.- me cogió con toda su fuerza, levantándome para que Carla me cogiese con facilidad, sin que yo tuviese que levantar ningún brazo.

La última, Nuria, saltó a los brazos estirados de Carla y con un poco de mi ayuda conseguimos subirla.

- No quiero alarmaros, pero con tanto jaleo con Carlos los guardias han comenzado a buscaros.- escuché decir a Elena.

Después de comunicarle a Nuria y Carla el mensaje, comenzamos a avanzar por el conducto de ventilación. Yo iba a la última porque solo usaba un brazo para avanzar. Decidí utilizar los dos aunque me doliese, pero fue mala idea, pues no pude resistir el dolor y todo se volvió negro.

*Al día siguiente*

P.O.V Paula

- Dios sigue, sigue, me corro...

Un gemido se escuchó por todo el despacho. Qué bien sentaba el sexo con Marian. Se podría decir que estábamos en nuestro mejor momento.

- Venga Paula, tienes que ir a clase o me tocará volver a justificar que estabas hablando conmigo sobre un examen.- me dijo Marian con su sonrisa habitual, mientras se ponía los pantalones.

Le eché una mirada pillina, levantando y bajando las cejas repetitivamente. Sabía que le ponía a cien esa mirada.

- Va Paula, deja de juguetear y vístete. ¿Qué te toca?

- Filosofía, hay profesora nueva.

- Pues será esa que ha venido esta mañana un poco perdida.

- ¿Ya la conoces? .- no pude evitar sentir un poco de celos.

- Sí, no está mal, aunque tiene un poco mirada de loca...

- Como a ti te gustan...

- Va, vístete y vete a clase.- me dijo rápidamente, quitándole importancia al tema, pero me había molestado mucho.

Después de ponerme la ropa y coger mi mochila, salí de la sala rápidamente sin darle ningún beso de despedida, cómo solía ser habitual.

P.O.V Noé

Estaba tan concentrado haciéndole una paja a Javi en los baños del instituto, (sí, al final habíamos acabado saliendo), que no me había dado cuenta que el timbre había sonado. Una vez se corrió se subió los pantalones e hizo intención de irse.

- No hace falta ir a filosofía, sigamos con esto.- le dije atrayéndolo a mi.

- Vamos va, que hoy viene la nueva.

- Tío, siempre me cortas el rollo.- contesté ya de mal humor.

- Pues qué pena.- dijo marchándose.

Eso me cabreó mucho y decidí irme a casa, sin terminar las clases que me faltaban. De camino a casa me puse a recordar toda la historia con él.

Al principio me parecía muy seco y soso, pero tenía algo que me atraía. Después de darle muchas vueltas comencé a pensar que los comentarios que me lanzaba de vez en cuando no eran normales, iban con otro sentido y efectivamente comenzamos una etapa de a ver quién de los dos lanzaba mejor las indirectas, para que el otro las pillase, a continuación comenzamos con los juegos para dejarnos con el calentón y una cosa lleva a la otra... En fin, acabamos follando, no en la mejores condiciones, pues fue en los vestuarios del gimnasio, pero fue maravilloso. Después de eso Javi se distanció un poco y creí que solo quería follar, pero yo necesitaba más, cuando me declaré, él aceptó sus sentimientos y acabamos saliendo.

A veces su actitud me seguía poniendo nervioso, y cosas como esa me daban mucha rabia, pero le quería. Las lágrimas no tardaron en llegar a mi rostro...

No todo es lo que pareceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora