Dudas y venganzas

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P.O.V Zaira

Loli me había llamado, seguía sin pagarme así que ahora se las verá conmigo. Fui a la clase de inglés que ella suele frecuentar y la encontré sentada en su silla corrigiendo writings. Yo llevaba una gabardina, pero debajo llevaba un traje de dominatrix que conseguí en una subasta por muy buen precio, le iba a dar su merecido por no pagarme.

- Ya estoy aquí, empecemos- me quité la gabardina dejando a la vista el traje.

Saqué de la mochila un arnés negro de cuero, un antifaz y una fusta.

- ¿Qué es eso?- preguntó Loli, parecía sorprendida por todo lo que estaba pasando.

- Esto es por no pagarme – dije en un tono furioso.

Le cogí del pelo, le ate a la mesa para impedir que se moviese y le coloque el arnés. Después la desaté y le dije que se pusiera a cuatro patas. Cogí un vibrador de 20 centímetros y se lo metí por el ano. Empezó a gritar mi nombre y eso me puso cachonda. Le di más fuerte con la fusta hasta dejarle el culo rojo.

Cuando se corrió saqué de mi mochila un arnés con un consolador. Me lo puse, la cogí de las piernas y la empotré contra la pizarra mientras le metía el arnés muy rápido y fuerte. La hice correrse tres veces. La primera con el arnés, la segunda con las bolas chinas y la última metiéndole el rotulador de escribir en la pizarra. La dejé en el suelo, se la veía dolorida. Había conseguido mi objetivo. Me puse la gabardina y me fui. Cuando estaba bajando las escaleras para irme me encontré con Sara.

P.O.V Sara

Estaba muy nerviosa. Nunca había tenido fantasías sexuales con un profesor y menos con una profesora. Pero lo que más me rayaba es que quería que fuese realidad, pero yo no he estado con una mujer antes así que tenía que preguntar.

Me enteré por los pasillos que Zaira era puta y se había follado a Loli. Le preguntaré a ella. Mientras pensaba en esto estaba bajando por las escaleras y me encontré justo a la persona que buscaba.

- ¡Zaira espera! –grité.

- ¿Que quieres Sara?-

- Bueno, voy a ser directa, yo quiero follarme a una mujer pero no sé cómo se hace. Y pensaba que tú alomejor podrías ayudarme –

- Te ayudaré, pero pagándome obviamente-

Después de aceptar Zaira me llevó al gimnasio a la zona de las colchonetas, puso una en el suelo y me obligó a tumbarme. Empezó a desnudarme hasta quitarme las bragas. Cuando me quitó el sujetador se lanzó cual tigresa a mis pezones, empezó a chuparlos y morderlos mientras yo gritaba de placer. Después de un rato empezó a bajar su mano por mis muslos hasta que me tocó el coño y notó lo mojada que estaba. Metió un dedo y empezó a meterlo y sacarlo suave, luego metió dos y empezó a ir más rápido hasta que me metió el tercero mientras yo me moría de placer, me corrí pero la cosa no paró ahí . Bajó su cabeza a mí coño y empezó a chuparlo por fuera hasta que mordió mi clítoris y sentí su lengua entrar en mi vagina. No hizo falta mucho tiempo para correrme. Se empezó a vestir, me dio la factura y se fue. Definitivamente esto ha sido mejor que con un hombre, no puedo esperar a hacérselo a Raquel.

P.O.V Inés

Ya estaba hasta el coño de Raquel, me engañó y encima se pone a ligar con Sara delante de mi puta cara. Pero ya tenía mi venganza planeada. Estaba en las puertas del instituto dentro de un coche esperando a que Raquel saliera. Después de media hora esperando la vi. La seguí hasta su coche con el mío y cuando se paró la agarré y la metí en el maletero. Conduje hasta una casa que tenía por las afueras y la até a una silla.

- ¡Estás loca! – me gritaba

- Oh nena esto solo acaba de empezar, nada de esto hubiera pasado si no te hubieras liado con Sara –

Empecé a desnudarla hasta dejarla en ropa interior. Saque mi pistola eléctrica y comencé a darle corrientes por todo el cuerpo. Me encanta oírla gritar de dolor.

- ¡Basta! – gritaba

- Está bien –cedí

Paré y saque una fusta que tienía en mi casa, empecé a pegarle hasta que le deje el cuerpo rojo. La dejé unos minutos recuperarse mientras yo preparaba la cinta de vídeo dónde se veía a Zaira y Sara follar, sin duda esto la iba a destrozar.

- Para porfavor... – le pegué un puñetazo que le giré la cara

- Tú no me dices que hacer, ya te he hecho sufrir suficiente, pero ahora viene lo mejor. Atenta a este vídeo –

Puse la cinta en el DVD y empezaron a escucharse los gemidos de Sara. Miré a Raquel, estaba llorando y con la cabeza hacia abajo. La obligué a mirar todo el vídeo unas cuatro veces hasta que la vi echa polvo y decidí que era suficiente. Había conseguido mi venganza. La vestí, desaté y subí al coche para llevarla a su casa. La dejé y pensé en lo gracioso que será verla mañana en el instituto calva ya que le puse un producto en su champú para dejarla sin pelo, sin duda esto la dejaría en ridículo.

No todo es lo que pareceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora