Fuera de control
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+18 (quizás?)
La imagen la encontré en Instagram.Un año se consideraba poco tiempo para todas las locuras que había protagonizado Tony Stark. Los rumores y los chismes sobre él, eran la comidilla del día a día de las revistas y todo programa de televisión sobre farándula. Como fuera, Tony siempre se las arreglaba para hacer algo y aparecer como la primera nota en escándalos.
Algo que se volvió característico en él, fueron las fiestas recurrentes que hacía para festejar la más mínima cosa. Los medios ya hablaban sobre su parecido con la época galante de su padre. Tony había estado involucrado en algunos casos de drogas, infidelidades -según algunas revistas- y muchas, muchas multas por exceso de velocidad. Era una completa locura lo que se decía sobre el heredero Stark.
Cada vez que Stephanie encontraba algún artículo sobre Tony, sentía una horrible molestia bullir en su interior; desaprobaba completamente el rumbo que estaba tomando la vida del menor. Y lo peor del caso, era sentir tanto rencor hacia Howard y María Stark. Stephanie no quería culpar a nadie, pero vamos, estamos hablando de los padres, quiénes deberían corregir pero, evidentemente, no lo habían hecho nunca.
La soldado había visto pocas veces al menor luego de su llegada. Steph trataba de mantenerse ocupada la mayor parte del tiempo. Su lucha contra el mal cada vez se volvía más pesada; grupos terroristas acabando con comunidades enteras, narcotraficantes, huelgas, nuevos villanos que aparecían de vez en cuando. El mundo en sí ya era un caos, pero visto desde la perspectiva de ella, no había nada más duro y desolador, que ver que su sacrificio había sido en vano y que los humanos seguían destruyéndose por su ansia de poder y dominación.
Aún así, Stephanie tenía algo más en manos que captaba su completa atención. Se trataba de nada más y nada menos que Tony, el cual se hallaba al fondo del salón, bailando entre varias chicas de vestimenta vulgar. Odiaba ver a Tony de esa manera, odiaba verlo así de desinhibido e inmoral. Claro que en ésta ocasión sí había un motivo más que suficiente para sus actos descarados, y era que justo ese día, era su cumpleaños número dieciocho.
Cómo siempre, obtuvo una oportunidad de safarse de su trabajo e ir a buscar al menor para dar sus felicitaciones, pero sus intenciones solo se habían quedado en eso ahora que veía lo que sucedía. Tony y fiestas era una mala combinación.
La recepción, por muy extraño que fuera, era en la vieja Mansión Stark, Stephanie no entendía el porqué, pero era algo sin importancia cuando su atención estaba centrada en ese baile tan excéntrico y raro. Por algún motivo, al tratarse del pequeño genio, Stephanie hubiera esperado algo más elegante, pero ésto era todo lo contrario. Era salvaje y ruidoso.
Tony captó su mirada entre la multitud. El menor le sonrió de manera boba y Stephanie miró con algo de curiosidad cómo su baile cambiaba un poco de tono y parecía volverse más lento y suave. La rubia notó que las chicas que bailaban antes con el menor habían perdido su atención, aunque éstas no dejarán de tocarle y apegarse a él como sanguijuelas.
Stephanie se sintió un poco incómoda por estar viendo semejante espectáculo, lo cierto es que no podía apartar la mirada, había algo extrañamente encantador e hipnótico en los pasos del menor que parecían seguir el ritmo de la música de una manera única. La soldado nunca había visto a Tony de esa manera, a ningún hombre, de hecho. Recordaba que Bucky no solía ser tan explícito con sus conquistas, pero en la actualidad (1988), parecía que los humanos estaban perdiendo el sentido de la decencia.
Las luces estrobocopicas desviaron un poco su atención y se distrajo un momento. Para cuándo trató de buscar a Tony de nuevo, éste ya no estaba en el mismo sitio. Frunció el ceño, recorrió de nuevo el lugar y nada. Caminó un poco entre la multitud, pasó al salón recibidor, serpenteó entre la gente y su mirada, finalmente encontró a su objetivo subiendo las escaleras.