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Seguridad

Bien, las cosas se habían tornado bastante raras ese fin de semana. Su madre había estado pegada a él hasta asfixiarle, Tony incluso había estado falto de temas de conversación pues en ningún momento pudo estar sólo y ya había dicho todo lo que tenía que decir; entonces, pensaba que hubiera sido mejor ir a aquella fiesta y quizás recibir un par de golpes que sólo le molestarían unos cuantos días.

Cuando su padre había regresado el sábado en la madrugada de aquel viaje a China, lo hizo rodeado de seguridad. Nunca antes lo había visto tan paranoico a tal grado de traer guardaespaldas. Lo único que siguió su curso normal, fue que cuando le dijo a su padre que estaba en casa para descansar, Howard le dijo un brusco "Los Stark no descansan, son hombres de hierro".

Y ahora, a punto de retirarse de nuevo al MIT, las cosas no podían ir peor.

—Tendrás tu escolta, Tony. No está a discusión.

—¡¿Tan siquiera puedo saber por qué?!—Gritó Tony.—¡Ni siquiera podré limpiarme el culo ahora sin que tú no lo sepas!

—¡Es por tu bien!

Tony soltó una risita sin nada de gracia.

—Mi bien... ¿si quiera te he interesado al menos una vez en tu vida?

Howard no se inmutó por las palabras de su hijo, pero no iba a negar que dentro de sí se estaba retorciendo por como las cosas se habían salido de su control. Hasta la fecha no podía hacerse cargo de su hijo y lo único que le quedaba era encargarle a terceros que cuidaran de él, algo que Tony le estaba poniendo bastante difícil. Suspiró imperceptiblemente, no dejando ver al menor lo que causaba en su interior.

—Te necesito a salvo, Tony.—Dijo Howard con un tono de voz lúgubre.—No pediría que cuidaran de ti si yo pudiera hacerlo.

Tony cerró los ojos, inhaló hondo y retuvo el aire unos segundos para luego dejarlo salir con suavidad.

—Al menos déjame saber...

—No.

Tony bufó.

—¿Por qué simplemente no le dices a la Capitán que...

—¡Basta!—Howard farfulló, su mirada de pronto inyectada en ira.—Esa mujer no se volverá a acercar a tí y no quiero escucharte hablar de ella, ¿entendido?

—¿Enserio?—Tony alzó una ceja con incredulidad.—Es tu amiga.

—Estás avisado.—Dijo Howard de vuelta en su porte serio, con una mirada que hizo saber al menor que sí, que estaba hablando completamente enserio y que no había espacio para replicar.

Tony viró sus ojos y sin más se subió al auto que lo llevaría de regreso, azotando con fuerza la puerta. Se cruzó de brazos con una cara por demás molesta, sin ánimos de absolutamente nada. Por suerte se había despedido de su madre, antes de que Howard llegara a arruinarle el día con esa estúpida idea de que ahora debía tener guardaespaldas. Tony odiaba todo ese misterio, odiaba a ese hombre que se hacía llamar su padre y que sabrá en qué dominios estaba metido. Si antes llamaba la atención por ser un Stark, ahora todos lo iban a ver cómo bicho raro al tener a los hombres de negro tras él.

2.¿Cosas De Edad O Genios? (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora