2| Rutina

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Hoy tenemos capítulo de  Billy y Jason. 😉
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Cuando hizo girar las llaves en la cerradura de la puerta, Billy no pudó evitar suspirar de felicidad porque había tenido un día bastante largo y estresante, así que volver a su lugar seguro era algo que agradecía. Además estaba esperando poder encontrar en el interior a su motivo más grande para ser feliz .

Pero al entrar al apartamento se encontro con el silencio habitual de todos los días. Llegó hasta la sala y dejó el maletín con su portatil sobre la mesa de centro y se dejó caer sobre el sofá. Un poco del alivio que sintió al entrar se esfumo. En los últimos meses habías sido así al volver a casa. Encontrarse con un apartamento vacío y aunque no quisiera aceptarlo eso empezaba a afectarle.

Hacia casí tres años que Billy se había mudado a Boston y si, había sido una de las mejores decisiones de su vida, porque a pesar de lo diferentes que eran las cosas en ese momento, no se arrepentía. Él y Jason habían compartido piso con Oscar Cross, el estudiante de veterinaria por un año y medio, hasta que el chico se graduó y se unió a un grupo de voluntarios que viajaban a paises de bajos recursos que no se preocupan demasido por el cuidado de los animales.

Cuando Oscar se fue, Billy y Jason no dudaron en hacerse cargo del apartamento sin aceptar más compañeros de piso. Además un par de meses después de la partida de Oscar, la dueña el apartamento lo pusó en venta y Jason no dudó en comprarlo. Aun estaban pagándolo y a Billy no le importaba, pues era la primera cosa que compartía con Jason. Una responsabilidad más grande que solo demostraba lo serio de su relación...o al menos eso le gustaba pensar.

Porque las cosas estuvieron bien durante bastante tiempo, hasta principios de ese año cuando Jason inicio su primer año en la escuela de medicina. Billy ya sabía que la carrera que su castaño había elegido era sumamente complicada y demandante. Pero joder, a veces Jason tenía tanta tarea que apenas si compartían un par de palabras y a lo sumo un beso y luego a la mañana siguente se iba muy temprano.

Por otro lado la carrera de Billy como arquitecto tampoco era un paseo por el parque. El rubio se había graduado el año anterior y casí de inmediato consiguio un puesto permanente en una de las firmas más reconocidas de Bostón: Bonett y asociados. Sus jefes eran dos hermanos de ascendencia francesa que se destacaban por ser sumamente vanguardistas en cuanto a su trabajo. Y Billy estaba muy emocionado con su trabajo, pero sabía que también lo mantenía muy ocupado.

—Pero al menos llegó a casa a tiempo para cenar. —Murmuró con la frente arrugada viendo el reloj que marca las siete de la noche.

Sacudió la cabeza y se pusó de pie. Bueno, Jason aun no había llegado pero lo haría, en cualquier momento y aquella noche era especial porque una vez cada quince días habían pactado tomarse una noche para tener una cita. No necesariamente salian a cenar, por lo general cualquiera de los dos cocinaba y luego de cenar se tumbaban en el sofá para ver una película, charlar hasta tarde o se dedicaban a hacer el amor hasta que el sueño y el cansancio los vencía.

Y esa noche le tocaba cocinar a Billy. Así que se encaminó a la cocina y reviso sus opciones en el refrigerador. Sacó algunas verduras y un poco de carne. Mientras empezaba a acomodar todo, Amadeus saltó sobre la encimera y maullo suavemente llamando la atención del rubio.

—Hola bonito— le acarició detrás de la orejas y el minino de inmediato empezo a ronronear agradecido. —¿Tienes hambre?

El minino maullo de nuevo y Billy tomó eso como un si, así que se encargo de alimentarlo antes de volver a poner toda su atención en la cena que tenía por delante.

¿Se nos acabó la suerte? (suerte #4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora