Una semana más transcurrió sin complicaciones. Jason pudó dedicarse a sus estudios y a mimar a su querido rubio. De hecho en aquella semana Jason fue testigo de lo mucho que Billy parecía estar recuperando el animo, en especial porque había vuelto a trabajar.
Pero en esa semana, el castaño también había tenido tiempo de planear una proposición de matrimonio que fuera lo suficientemente buena. Había descartado muchas opciones ya que le parecian demasido clichés o demasido estrafalarias. Sin ir demasiado lejos, había considerado la idea de rentar una habitación de hotel y colocar pétalos de flores en la cama y velas por el suelo, pero al imaginarse Billy observando aquella escena se dio cuenta de que tal vez no era lo mejor opción.
Luego estaba la idea de preparar el apartamento mientras Billy estaba en el trabajo. Llenarlo de globos y colocar un enorme cartel pidiéndole matrimonio. Pero eso tampoco parecía lo apropiado.
Incluso llegó a considerar la idea de ir hasta el edificio donde Billy trabajaba y pedírselo ahí mismo. Pero entonces se preguntó si eso sería buena idea. No quería que Billy se sintiera agobiado al respecto.
Así que después de descartar una idea trás otra. Jason por fin encontro una opción que le gustaba lo suficiente y que tal vez funcionaría.
Así que aquel domingo se levantó muy temprano y se encargo de preparar el desayuno mientras Billy seguía durmiendo. Su plan era llevárselo a la cama. Parecía algo que podía hacer cualquier día, pero esperaba que junto a lo demás que tenía planeado volviera aquel día uno sumamente especial.
Preparo omelets con champiñones, jamón y chile pimiento, pues eran así como le gustaban a su rubio chico. Además de un vaso de jugo de naranja y waffles. Cuando todo estuvó listo lo colocó en una bandeja y lo llevó hasta la habitación.
Sonrio cuando al entrar se topó con que Billy estaba acostado de lado abrazando su almohada. Se veía tan tranquilo, con el cabello alborotado y haciendo un ligero puchero. No pudo resistirlo. Colocó la bandeja en la mesita de noche y sacó su teléfono para tomarle una foto, Probablemente se convertiría en su proximo fondo de pantalla.
Con la imagen guardada, Jason se sentó en la orilla de la cama y estiró la mano para acariciar la mejilla del rubio, eso consiguió que se removiera ligeramente. Entonces se inclinó y le dio un beso suave.
—Buenos días, solesito— susurró contra sus labios. —Es hora de levantarse.
—¿Tan pronto?— murmuró Billy sin abrir los ojos— Pero si acabamos de acostarnos.
—En realidad son las nueve de la mañana.
—¿En serio?— abrió los ojos ligeramente y sonrio cuando vio a Jason. —Buenos días.
—Te traje el desayuno.
Billy abrió los ojos por completo y levantó la cabeza para poder ver la bandeja sobre la mesita. Arqueó ambas cejas pero sin dejar de sonreir.
—vaya, gracias. ¿Puedo saber a que se debe ese lindo gesto?
—Solo quería consentir un poco a mi sexy chico —le dio un guiño coqueto y se estiró para poder alcazar el desayuno mientras Billy se sentaba.
—¡Waffles!— Billy aplaudió como niño pequeño. —Gracias Coop, se ve delicioso.
—De nada Cariño, disfrútalo.
Comieron mientras charlaban de cosas sin imporatancia y Jason estaba realmente entusiasmado al ver que Billy parecía volver a ser el mismo de antes y esperaba que con lo que tenía planeado cualquier rastro de tristeza se esfumara lejos del rubio.
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¿Se nos acabó la suerte? (suerte #4)
RomancePorque todos queremos saber que sucedió con Jason, Billy y el resto de la pandilla. Los finales felices requieren de esfuerzo y constancia, porque a veces la suerte no es suficiente. NO copias NO adaptaciones Todos los derechos reservados