Cap (3/3)
===============Dos días después de la reconciliación, Billy se sentía mucho mejor. Sobre todo porque su relación con Jason volvió a ser dulce. Sin ir demasido lejos esa mañana Billy había tenido un maravilloso despertar, con Jason repartiendo besos en sus cuello y susurrándole cumplidos al oido.
Fue un sensación bastante agradable, con el cosquilleo tan familiar invadiendo su estomago y su corazón latiendo rápidamente. Extrañaba eso, el poder despertar al lado de la persona que amaba y quizá una de las cosas que más extrañaba era que al despertar lo primero que veía era los impresionantes ojos grises de Jason.
Obviamente por las mañanas no tenían demasiado tiempo para tontear, pero los pocos minutos que compartian antes de levantarse y enfrentar al mundo eran invaluables.
En ese momento Billy se encontraba sirviendo una pequeña pila de panqueques en un plato y agregándoles miel por encima. Justo cuando unas manos conocidas se deslizaron por su cintura. Sonrio cuando Jason tiró de él y lo pegó a su pecho arrastrando la nariz por su cuello.
—Estaba por ir a buscarte para que desayunaras— dijo cerrando los ojos y disfrutando de los labios que rozaban su oreja.
—¿Si?
—Mhmm.
—Hubiera salido antes de no ser porque Amadeus estaba siendo coqueto.
—¿Qué?— no pudo evitar reir y girar. —¿Desde cuándo nuestro hijo es coqueto?
—No sé, pero te juro que se tiró sobre la cama mostrando la barriga para que lo acariciara. — El castaño fingió cara de costernación —¿Crees qué alguna gatita le este enseñando cosas a nuestro hijo?
—Es posible, pero acéptalo. Esto pasaría tarde o temprano, no podía ser inocente para siempre.
—Me siento viejo.
—¡Pero que dramático eres!— Billy se rió y le dio un beso en los labios. —Ahora ve a comer o llegaras tarde a la universidad.
—Ahora voy, solo necesito hacer algo.
—¿Qué cosa?
—Esto...
Y Jason lo acorraló contra la mesada antes de apoderarse de su boca. Le mordisqueó los labios con lentitud al tiempo que deslizaba las manos por su espalda y las dejaba vagar por las curvas de su trasero. Billy no iba a mentir, también echaba de menos eso, la forma en la que su castaño podía elevar la temperatura de su cuerpo con un beso. Así que gustosamente entreabrio los labios y gimió cuando la lengua de Jason se enredo con la suya.
El beso rápidamente se convirtió algo más. Pronto sus manos estaban volando por todas partes. Las de Billy se hundieron en el cabello castaño y sedoso que tanto le gustaba y las de Jason se aferraron a los muslos del rubio para levantarlo y sentarlo sobre la mesada.
—Hey...debemos parar— dijo Billy en un jadeo.
—Un poco más. —Jason se lanzó nuevamente a sus labios y entonces soltó un gemido lastimero cuando sus caderas se rozaron demostrando lo bien que se sentía estar juntos de aquella manera —Desearía que fuera domingo.
—También yo, pero no lo és y debes ir a estudiar. —Le dio un último beso en la comisura de la boca — Ahora aleja tus manos traviesas de mi.
—¿Traviesas?— Jason arqueó la ceja con una media sonrisa coqueta —Lamento que mis manos sepan lo qur quieren.
—Deja de ser coqueto y mejor come.
—Esta bien, esta bien... —le estampó un beso en la frente y se sentó a comer su desayuno pero sin dejar de darle miradas cargadas de promesas.
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¿Se nos acabó la suerte? (suerte #4)
RomancePorque todos queremos saber que sucedió con Jason, Billy y el resto de la pandilla. Los finales felices requieren de esfuerzo y constancia, porque a veces la suerte no es suficiente. NO copias NO adaptaciones Todos los derechos reservados