Los días siguientes después de aquella discusión no fueron sencillos para ninguno de los dos. Para Billy fue especialmente complicado dejar el enojo y la desilusión que le causaba recordar que Jason lo creía capaz de serle infiel.
Sin embargo Billy había optado por enterrar todo esos sentimientos negativos a un lugar muy lejano de su mente. En el fondo sabía que eso de fingir que nada estaba mal era una idiotez, pero cada vez que Jason había tratado de sacar el tema, Billy se empeñaba en evadirlo, a veces de manera sutil y a veces de manera evidente. Pero Billy lo hacia porque no quería volver a discutir con Jason, estaba terriblemente asustado de que terminarán gritandose cosas hirientes y que eso mismo los llevara a terminar con su relación.
Estaba siendo cobarde y eso lo sabía bien, porque lo más prudente era hablar sobre el tema y dejar las cosas en claro para evitar más malos entendidos, pero no podía y que lo condenarán por ello.
Billy amaba a Jason y se lo demostraba en cada oportunidad, diciéndoselo, abrazándole o simplemente dándole un beso en la mejilla. Sin embargo no le pasaba desparecibida la insertidumbre que se alojaba en los hermosos ojos grises de su novio y tampoco la manera cautelosa en que lo trataba. Como si no supiera muy bien como actuar a su alrededor. Era triste que ambos se encontraran en un punto muerto sin saber hacía donde ir.
Por otro lado, en el trabajo tampoco había sido fácil para Billy. En los últimos días había tratado de mantener tanta distancia de Anne Marie como le fuera posible, ya que una parte de él culpaba a la chica por todo lo que le estaba sucediendo con Jason. Y era tan estresante tener que evadir a la pelinegra, especialmente cuando ella parecía asecharlo por todos lados.
Así que sus problemas sentimentales sumados a el estrés laboral, estaba causando un desgaste emocional y mental para Billy, tanto que se sentía en el límite de su paciencia y no sabía cuanto más podría soportar la situación.
En aquel momento se encontraba en su oficina dándole los últimos toques a unos planos que formaban parte de un proyecto nuevo. Anne Marie estaba fuera haciendo trabajo de campo, por lo que Billy se sentía libre de mantener abierta la puerta de su oficina. Tenía un horrible dolor de cabeza desde que desperto aquella mañana y eso no lo dejaba concentrarse del todo.
De pronto le vino un mareo, trato de aferrarse a la orilla del escritorio y terminó cayendo sentado en el suelo. ¿Y si ya estaba en el suelo, porque no terminar de dejarse caer? se acostó sobre su espalda y cerró los ojos esperando que la sensación de vertigo se esfumara.
—¿Billy? ¿Estas bien?— escucho los pasos acercandose hasta él, pero no quiso abrir los ojos. —Mon Deu Billy, estas muy pálido.
Billy abrió los ojos sólo para toparse con el rostro preocupado de Adrién Bonnet, su otro jefe. El era un hombre relativamente joven que recién estaba en sus treinta, tenía el cabello castaño oscuro y unos ojos avellanados que desbordaban amabilidad.
—No te preocupes, solo tuve un mareo, pero esta bien— Billy se sentó y trato de restarle importancia al asunto, pero la preocupación no desaparecio del rostro de Adrién.
—La verdad es que no te ves muy bien— dijo el mayor— y llevas así muchos días. Te ves cansado y un poco ausente...¿hay algo que te este molestado?
—No...yo solo...— Billy suspiró y desvió la vista, lo que menos quería en ese momento era pensar en lo complicadas que estaban las cosas con Jason. —Creo que estoy un poco estresado, pero nada por lo que preocuparse.
—Perdóname si no estoy de acuerdo contigo, pero el estrés no es algo que se deba tomar a la ligera ya que puede resultar bastante peligroso.
El mayor ayudo a Billy a incorporarse y luego lo ayudo a sentarse en una silla. Adrién se quedo en silencio simplemente observando a Billy detenidamente.
ESTÁS LEYENDO
¿Se nos acabó la suerte? (suerte #4)
RomancePorque todos queremos saber que sucedió con Jason, Billy y el resto de la pandilla. Los finales felices requieren de esfuerzo y constancia, porque a veces la suerte no es suficiente. NO copias NO adaptaciones Todos los derechos reservados