Recuerdos de los Viejos Tiempos

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P.O.V Logan 

Llegar a la biblioteca fue bastante fácil, seguía en el mismo lugar donde se encontraba cuando era joven. La misma vieja e imponente biblioteca donde la conocí.  

Yo era más bien un deportista de los populares, que prefería estar al aire libre más que estar encerrado leyendo. Recuerdo que ese día tenía que ir como castigo por haber encerrado a un chico en un casillero junto con mis compañeros pero claramente al único que vieron fue a mi. 

Tenía que pasar cinco horas por día en la biblioteca, durante un mes, ayudando a la bibliotecaria. Era lo más aburrido del mundo, prefería pasarse cinco horas lamiendo un clavo antes que eso. 

Mi primer tarea constaba de acomodar libros en su sección correspondiente. Había toneladas industriales de libros para poner en cada categoría, podría tardar días en hacer eso, y no había más que tres personas en toda esa biblioteca. Recuerdo que iba guardando libros, de bastante mala gana, cuando tropecé con una persona que estaba en el piso.

-¡Oye!-chilló la voz femenina-¡Ten mas cuidado!

-Yo no soy el que está en el medio del piso sentado-le retruque enfurecido.

-Yo no soy la que anda castigada tirando libros donde no van-me respondió furiosa levantándose del piso y acercándose a mi- El área de Ficción es por allí, analfabeto-me insulto, en ese entonces, no sabía que eso era un insulto siquiera- ¿Ni siquiera sabes que significa lo que dije, no?- se dio cuenta de mi cara de confusión ante el uso de la palabra- ¿Y por que me sorprende viniendo de un deportista?-señaló mi sudadera del equipo de baseball. 

-¡Ey, no insultes el manto sagrado!-le grite enojado y se oyó un SHHHH de la bibliotecaria- Para estar en el camino de todo y tener la culpa de que casi me mate, eres bastante poco agradable, niña-le susurre enojado. 

-¡¿Niña?!-exclamó ofendida, pero en voz baja-¡Pero si no nos llevamos ni un día, vamos a la misma clase!

-No es mi culpa que seas invisible, querida-le dije riendo.

Su cara demostraba indignación, enojo, y muchas otras emociones, pero antes de siquiera esbozar otra palabra, levantó sus cosas y se marchó murmurando insultos hacia mi persona que nunca logre interpretar. "Que chica mas rara y loca" recuerdo haber pensado. 

Durante dos días recuerdo no haberla visto en la biblioteca. Recién reapareció el tercer día. Estaba sentada en una mesa, leyendo un libro mientras hacía un trabajo de clase, uno de Derecho, porque yo había amado ese trabajo. 

-Veo que decidiste volver-me acerque a saludarla.

-Veo que decidiste venir a arroyarme con tu carro otra vez-me respondió sin levantar la mirada de su libro y con lápiz en la boca.

-Vengo a disculparme, debí haberme fijado antes de pasar con el carro- me disculpe.

Ella levantó la mirada, me miró de arriba abajo y me sonrio, con lo cual pude concluir que estaba perdonado.

-Para ese trabajo, deberías considerar leer el libro de Maquiavelo, me ayudó mucho- le comente y le guiñe el ojo.

-Muchas gracias-dijo y se levantó y fue a buscarlo pero yo la detuve.

-Aquí está....., chica de la biblioteca-se lo pase del carrito

-Anna, me llamo Anna-me extendió la mano para estrecharla-¿Tu nombre?

-Logan Wolfvocken-le respondí el gesto de la mano.

Esa fue la primera vez que la vi y desde entonces nunca pude sacarmela de la cabeza. Anna, la chica con carácter de la biblioteca. Nunca podré negar que todo de ella me resultaba atractivo, su carácter tan duro; sus ojos tan misteriosos; su soledad que la portaba orgullosa como una reina a su  corona; su inteligencia que me deslumbraba; todo. Y es hasta el dia de hoy, que Anna sigue siendo la única dueña de mi corazón. 



Eight Years Between Us (Ocho Años Entre Nosotros) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora