La mañana siguiente

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P.O.V Logan.

Una rendija de luz que entraba por mi ventana y daba directo a mi cara logro sacarme de mi profundo sueño antes de que alarma sonara. Observe el pequeño reloj despertador que marcaba las 06:00 am. Maldita persiana que anoche olvide bajar antes de dormirme. Me incorpore de la cama, sentando en ella con los pies tocando el suelo, allí fue cuando note que seguía desnudo. Me frote los ojos con las manos, en un intento desesperado por espabilarme, sin ningún tipo de éxito.

Me levante de la cama y me arrastre al baño como todo los días, donde me duche para lograr despegar los ojos. Una vez que termine, me puse la bata y entre a mi habitación nuevamente, donde mi perro me esperaba sentado en mi cama como siempre. Lo que no era como siempre era Anna durmiendo junto a el. Había olvidado por completo que nos habíamos quedado dormidos después de hablar hasta las 2 am. Estaba completamente dormida, tapada hasta el pecho con mis sabanas, aun le quedaba media hora de sueño antes de que sonara la alarma, así que la deje ahí, descansando. 

Me dispuse a hacer el desayuno para que no perdiéramos tanto tiempo, ya que seguramente Anna querría ir a su casa antes de ir a la escuela para cambiarse y buscar sus cosas. Puse la cafetera nueva que me había regalado mi hermana a funcionar luego de 15 minutos luchando contra ella para lograr comprenderla. Puse tostadas en la tostadora y serví dos vasos de jugo, le serví comida al perro lo que genero que viniera corriendo y ladrando a abalanzarse sobre el plato. Todo ese alboroto despertó a Anna, como era de esperarse. 

-¡DEMONIOS!-la escuche gritar desde el cuarto, oí como se movían las sabanas en señal que las estaba arrancando para usarlas de ropa.-¡DEMONIOS!-grito de nuevo cuando un golpe muy fuerte sonó en mi cuarto, lo que me obligo a ir hasta el cuarto y ver que había pasado.

Al entrar, la vi a Anna en el suelo, envuelta en la sabana, luchando por pararse.

-Si no querías andar desnuda por la casa, podías tomar mi ropa, no necesitabas robarte mis sabanas- me burle ofreciéndole una mano para que se levantara.-Te alcanzare una remera y algún pantalón que puedas usar- dije y me dirigí al armario a buscar eso.

-Gracias- respondió y se sentó en la cama, tapándose aun con la sabana.

-Ah, y ademas, que te tapes o no, no hace a la diferencia, ya te he visto desnuda anoche-me volví  a burlar de ella, sabiendo que de seguro o se sonrojaría o me revolearía un zapato.-Aquí tiene- le entregue una remera y un jogging de gimnasia junto a un par de medias.- Esto servirá hasta que te lleve a tu casa por ropa mas apta para tu tamaño.

Tomo la ropa en silencio y se fue al baño a vestir, aun arrastrando la sabana. Me reí un poco y me fui a la cocina nuevamente. Las tostadas ya estaban listas y el café también. Serví todo en la barra con mucho cuidado de no volcar nada, ya que ninguna tarea domestica se me solía dar del todo bien. 

- No te queda tan mal- le dije a Anna al verla entrar a la cocina con mi ropa puesta.

-Es mejor que seguir desnuda-me respondió sonrojada y con mucha vergüenza-¿Tu preparaste esto?- pregunto señalando el desayuno.

-Bon apetite- le dije corriendo la silla en la cual se sentó y acercándosela a la barra. 

Desayunamos en silencio, sabia que ella estaba incomoda porque había roto su regla de "NO SEXO EN LA PRIMERA CITA", pero no era nada nuevo para ella lo que habíamos hecho, sino Chloe no existiría. Veinte minutos después, ya estábamos sentados en mi auto en camino a su casa. Ella aun llevaba mi ropa y una ojotas que yo le había dado, y en su mano una bolsa con su ropa mojada. En el auto, al igual que en el desayuno, las palabras no abundaron demasiado. Fueron 10 minutos mas en silencio. Una vez que llegamos a la puerta del departamento, detuve el auto y me dispuse a bajar:

-¿Tu también vienes arriba?-pregunto sorprendida

-Si, ¿o no puedo subir?- le respondí también con el mismo tono de sorpresa.

-Esta bien, vamos- resoplo un poco y me permitió ir con ella. Subimos las escaleras y entramos al departamento para encontrarnos, como sabíamos, que no había nadie. 

-Yo voy a cambiarme, tu espera aquí, y no toques nada- me ordeno haciendo énfasis en " tocar". Yo asentí y ella se fue a su cuarto a cambiarse. 

Apenas escuche que la puerta se cerró, me pare y comencé a recorrer el living-cocina-comedor. No era la primer vez que lo veía, pero nunca lo había examinado con detalle, como me gustaba hacer a  mi. Revise los libros del pequeño librero que estaba junto a la televisión, muchos libros conocidos de la literatura inglesa tradicional, algunos de matemática, y algunos libros infantiles que suponían eran de Chloe. Había algunos retratos allí , fotos de Anna con sus padres cuando era joven, algunas con su hermano mas actuales, una con Chloe en lo que yo suponía era el primer día de clase, y por ultimo una de cuando era una pequeña. En esa ultima, ella sonreía mostrando su primer diente flojo, estaba disfrazada de la Sirenita y tenia dos rodetes en la cabeza. Era una increíble foto. 

-No se te ocurra usar la técnica de la foto otra vez- Anna interrumpe mis pensamientos con ese comentario sarcástico.

-Seria morboso usar una foto de nuestra hija,¿no crees?-le mostré la foto que tenia en la mano-¿Cuantos años tenía aquí?

-Cinco años, es de su cumpleaños, ese día un niño le pego un portazo en la cara y se le aflojo su primer diente-me explicó con calidez en su voz, acercándose a mí- Estaba tan feliz porque le traerían un dolar por ese diente y podría comprar las golosinas que yo no le permitía porque le hacia mal a los dientes- Tomo el retrato y lo abrió, saco la foto y me la entrego- Quedatela, se nota que te gusta.

-¿Segura?

-Claro que si, luego de todo, tu lo dijiste, es hija de los dos, necesitas tener fotos de ella también- me respondió sonriendo. No lo había notado, pero la había llamado "nuestra"- Bueno, basta de sentimentalismos y vamos que sino me despedirán.

-Vamos-afirme, observe la foto una vez mas, la guarde en la billetera y fui tras de ella a la salida. 









Eight Years Between Us (Ocho Años Entre Nosotros) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora