Mi Tesoro Mas Preciado.

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P.O.V Logan.

7 A.M suena mi alarma, que odioso sonido, no solo me despertaba sino que también significaba que iniciaba otro horrible día, pero lo peor, es que tenía que salir de mi cama. ¿Qué necesidad había de tener que entrar a las 8 am a trabajar en la escuela? Por eso era mejor ser abogado, no tenía que ir a mi oficina temprano, podía ir cuando quisiera. 

Me levante perezosamente de la cama, me restregué la cara y me fui al baño. Al intentar entrar al baño, mi pequeño Scottish negro impidió que pudiera hacerlo, saltando alrededor mío y ladrando a más no poder:

-Henry son las 7 am, ya basta-lo regañe lo más serio que me salió y él obedeció, jadeando con su lengua- Sit-le ordene y el inmediatamente se sentó- Así me gusta- lo acaricie en la cabeza delicadamente y me metí al baño.

Primero me lave la cara, encendí el agua caliente de la ducha mientras me lavaba los dientes. Mientras lo hacía, frente al espejo, note una pequeña pero notoria cana en mi cabeza. La tomé por la punta, tire, AUCH, y salió. 

Me quedé observándola unos segundos, tomando conciencia de que ya no soy un niño, ya tengo 30, casi 31 en un meses. ¿Estaría entrando en la tardía crisis de la mediana edad?. Treinta años y lo único que logré fue hacer sentar a un perro cuando se lo ordeno, ser un abogado medianamente exitoso, y embarazar a una chica que no vi por casi ocho años, cuidar un cactus sin matarlo mas de dos días. Wow, bien hecho Logan, eres un maldito orgullo.

Salí de mi trance y me metí en la  ducha. Luego de cinco minutos en la ducha, con Queen "Love of My Life" de fondo, salí y me puse la bata. Una vez fuera del baño, me dirigí a mi vestidor. ¿Qué traje usaría hoy?....mmmm......había usado el gris el día anterior.....mejor usaba la camisa gris con un jean azul y mis zapatos negros. Cuando estaba por tomar mi camisa, note que era la última del cajón y debajo de ella, estaba la caja donde guardaba mis tesoros: una foto de mi padre y yo cuando era pequeño; otra con mi madre y hermana más reciente de cuando me visitaron en Londres; pero lo que más me detuve a ver fue la foto con Anna.

Esa foto era de cuando teníamos 20 años. Estábamos en la universidad, Harvard se veía de fondo. El día estaba soleado, era Agosto, era el primer día del segundo año de carrera. Ambos vivíamos en la misma residencia, a dos pisos de distancia. Esos eran los buenos tiempos. Ya a esas alturas teníamos todo planeado. Luego de graduarnos, volveríamos a Nueva York, donde crecimos, viviríamos en un departamento en Brooklyn, nos casaríamos y tendríamos muchos perros en reemplazo de los hijos que yo no quería tener. Pero lo más importante, era que estariamos siempre juntos, lo habíamos jurado. Detrás de la foto, había una nota adhesiva aún más vieja, de Julio del 2005, cuando aún estábamos en nuestro último año de secundario. Decía: "Yo Logan Thomas Wolfvocken juró por siempre cuidar y amar a Anna Burgeois" y abajo "Yo Anna Mabel Burgeois juró por siempre cuidar y amar a Logan Wolfvocken".  Otro de mis grandes no logros, no pude cumplir una parte de mi promesa. 

Tome la caja, volví a poner las cosas en la caja, ordenadas por orden de fecha, la escondí debajo de todas las camisas y continue con mi rutina matutina. 

Salí a la cocina, mire el reloj: "7:45", ¡Demonios, llegaría tarde!". Le serví la comida Henry que él estaba esperando pacientemente, me serví el té en un vaso térmico para llevarlo para el camino. Salí al pasillo y tome el ascensor rápidamente. 

No había mucho tránsito por suerte, así que no llegue tan tarde. Eran las 8 am, los niños y profesores ya estaban dentro, lo que me permitió entrar más rápido y desapercibido a la escuela.  

Camine por el pasillo con paso acelerado, atravesando el Kinder primero, luego la primaria, donde me detuve en el aula de Chloe. Ella estaba muy concentrada en su clase de Historia. Me quedé contemplandola unos segundos hasta que ella sola se dio cuenta, me sonrió y saludó con una mano, a lo que respondí moviendo la cabeza hacia adelante y luego me marché. 

Pero mientras me iba, escuche que se abría una puerta, me voltee y era ella.

-¡Espera!-exclamó corriendo hacia mí.

-Buenos días-le dije  cuando finalmente me alcanzó-¿Pasa algo?

-No, solo tengo esto para tí-respondió y me entregó una hoja doblada que decía "Para el Señor Logan, Gracias" y un corazón debajo- Ábrelo cuando estés solo, me da verguenza que lo veas frente a alguien-dijo avergonzada y toda ruborizada, se dió media vuelta y se fue a su aula nuevamente. 

Lo guarde en mi bolsillo y me dirigí nuevamente a mi oficina. Me tomé el ascensor y cuando entré, Anna estaba dentro, sola.

-Buenas noches-bromeó riendo-¿Te quedaste dormido?-me preguntó, pero estaba tan distraído abriendo el regalo de Chloe que no respondí-Tierra a Logan,¿Holaaa?-me paso la mano por la cara.

-Oh....lo siento....estaba distraído- respondí sonriéndole al dibujo. Éramos Chloe y yo, rodeados de nubes y un sol con cara, sobre el césped quería creer. Debajo de todo, escrito con una ortografía bastante buena para tener 7 años, decía "Gracias" y un corazón otra vez. 

-¿Te lo dio?-preguntó Anna sonriendo amistosamente, señalando el dibujo-Toda una artista,¿No crees?

-Lo es-respondí mostrandoselo, y ella rió tímidamente.

Mil pensamientos se me pasaron por la cabeza en ese momento, y el único que dominó sobre el resto, fue el de parar el ascensor otra vez darme vuelta hacia ella, armarme de valor, acorralarla con mis brazos a la altura de su cabeza contra la pared y acercarme a su rostro.

-No me rendiré así de fácil contra Mc Bonito, Anna-solté al fin. Ella estaba helada, como la primera vez que nos habíamos visto en esa situación, sin dejar caer las cosas de sus brazos. Y finalmente, como había querido hacer durante casi ocho años, dejé caer mis labios sobre los de Anna. ¡Como los extrañaba!, se sentían igual de increíbles que siempre.

Para mi sorpresa, no hubo un cachetazo, un empujón, ni una maldición. Ella me siguio el juego, poniendo sus brazos por mi cuello, mientras yo deslizaba mi manos por sus caderas. Pero aun así, el ataque de confianza duró 1 minuto y contado, porque mi otra mano, sin que ella lo notara, fue directo al botón para destrabar el ascensor, y antes de que llegaramos al tercer piso, la solté:

-Logan.....yo.....-balbuceó con la respiración agitada, mirándome a los ojos.

Pero antes de que pudiera decir algo, el ascensor se abrió, y yo salí a toda velocidad. 


Eight Years Between Us (Ocho Años Entre Nosotros) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora