1.

5K 409 22
                                    

Aristóteles:
estaba tan enojado, estresado, triste, no sabía que era lo que sentía, o qué era lo que quería. el trabajado me tenía tan cansado, creo que necesito unas vacaciones... ¡urgentes!
salí de la empresa muy enojado, uno de mis empleados no entregó bien unos papeles importantes y tuve que iniciar todo el proyecto desde cero. iba de camino a una cafetería, quería relajarme un poco así que salí caminando, el día estaba triste, nublado, ni una pizca de sol. las nubes estaban a punto de llorar. casi cómo yo. me siento tan vacío, solo. y por más que busque... no encuentro una salida a todo esto que siento. entré a la cafetería y pedí un café, me lo dieron, pagué y salí. no sabía exactamente a dónde ir pero tomé camino a una cuadra vacía, el viento pegaba en mi cara y cuando por fin comenzaba a relajarme, alguien chocó conmigo, derramó mi café en mi traje y la persona que chocó se cayó. extendí mi mano para ayudarlo a levantarse, él la tomó y sentí una vibra por todo mi cuerpo, me dí cuenta de que ese pequeño de unos 16 años, estaba llorando.
—¿estás bien?
—e-eh, sí, d-disculpa, tiré tu café. -susurró y otra lágrima cayó por su mejilla.
sentí tanta lastima de ver a esa persona tan indefensa, parada frente a mí y secando sus ahora muchísimas más lágrimas.
—no pasa nada, tranquilo, puedo comprar otro. es lo de menos, pero tú estás bi... -no terminé de decir la pregunta ya que la persona parada frente a mí que se encontraba llorando a mares, me abrazó, sin decir nada, no lo conocía en absoluto pero dejé que me abrazara, creo que ese chico necesitaba un abrazo... y yo también. puso sus manos en toda mi cintura abrazándome fuerte, su cabeza recargada en mi pecho y yo, correspondí su abrazo, apretandolo fuerte y de manera cariñosa.
Cuauhtémoc:
hoy hace un año mi padre murió, hoy hace un año, mi vida terminó. después de la muerte de mi padre, me quedé con mi mamá... pero fue la peor decisión del mundo. comenzó a beber demasiado, llegaba a casa y me golpeaba, dejé de ir a la escuela, ya que ella no me dejaba ir, me quedé sin mi único amigo... ahora mismo estoy corriendo hacia no sé dónde, quise escapar de ese lugar, ya qué, mi padre cumple un año de muerto hoy. lo que significa que mamá volvió a beber, me golpeó y me echó la culpa de nuevo. corrí lo más rápido que pude; todo lo que mis piernas me permitían, cuando de repente sentí como caía y miré como le tiré el café a alguien, muy hermoso por cierto.

—¿estás bien?
—e-eh, sí, d-disculpa, tiré tu café. -susurré y otra lágrima cayó, dando inicio a más. no podía con mi alma y todo lo que necesitaba ahora era un abrazo.
—no pasa nada, tranquilo, puedo comprar otro. es lo de menos, pero tú estás bi... -no terminó su frase, porque lo abracé, lo sé, es un extraño pero necesito un gran abrazo y para mí suerte, él me correspondió el abrazo aún más fuerte. nos separamos.
—perdón por eso.
—no, no te preocupes creo que ambos lo necesitábamos, ¿cuál es tú nombre?
—Cuauhtémoc López, uhm, ¿el tuyo? -dije tímidamente.
—Aristóteles Córcega.
—¿el gran Aristóteles Córcega? -dijo temo sorprendido.
—sí, ese mismo. te invito un café, bueno, ya que tiraste el mío.
—lo siento, quisiera pagartelo pero no tengo con qué. -bajé mi cabeza.
—podrías pagarmelo, si aceptas ir conmigo por dos cafés...
—está bien. g-gracias.
—no hay nada que agradecer.
caminamos hasta la cafetería, yo venía con la cabeza hacía abajo, me daba pena, Aristóteles se mira muy confiado de sí mismo. me transmite confianza.
pero que guapo es, pensé.
—gracias, también lo eres tú.
—¿l-lo dije... o lo pensé?
— lo has dicho. -rie amablemente.
—lo siento.
—deja de disculparte temito.
llegamos a la cafetería, pedimos los cafés y nos sentamos.
—ahora, ¿me dirás lo que tenías? quisiera ayudarte.
pensé en sí decirle o no, no lo conocía, pero vamos, se mira que es bueno y pues bueno, quisiera desahogarme.
—e-está bien...

cuídame; aristemo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora