14.

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                     Doncaster

Aristóteles y Cuauhtémoc estaban haciendo las últimas maletas, ya habían pasado los días y era hora de marcharse, temo aún no sabían a dónde se irían. si bien, Aristóteles aún tenía muchas cosas que contarle, y no tiene que ver a dónde se irán a vivir. es decir: Aristóteles guardaba pequeños «grandes» secretos. pero aún no quería decírselos a temo, claro que lo haría... se los diría, pero no ahora. temo aún es débil, frágil, es un pequeño bebé. y sabe que esos secretos serían una bomba para él.

«mafia»

«pasado»

aristóteles ama con todas sus fuerzas a temo, no quiere que le pase algo malo y no quiere que lo vea como un hombre malo.
—¿a dónde iremos, papi?
—Doncaster.
—¿se come eso?
—no, tonto. Doncaster es una ciudad del reino unido, situada en Inglaterra. iremos a vivir ahí.
—¿tienes familia ahí?
«familia»
—no. -la cara de Aristóteles se volvió seria—no tengo familia ahí, ni amigos ni nada. pero estaremos bien ahí.
—está bien. -temo sonrió. —¿qué pasará con Stiles y Derek? me caen bien.
—podrán visitarnos cuando ellos quieran. además, puedes hacer más amigos allá.
—¿y tu trabajo?
—tengo más empresas allá, no te preocupes temo. estaremos bien, cariño.
temo iba a decir algo más, pero el sonido del timbre lo hizo callar. corrió a abrir.
bajó las escaleras rápido y abrió la puerta.
—¡DIEGO! ¡NOVIO DE DIEGO QUE NO RECUERDO SU NOMBRE! ¡que bueno que vinieron! estamos a unos minutos de irnos. los voy a extrañar tanto. -la cara de temo se vuelve triste. abraza a Diego y suelta pequeñas lágrimas.
—hey, temo, es por tu bien. además te iremos a visitar cada que puedamos ¿verdad Guido?
—es verdad. deja de llorar temito, nos tendrás ahí como chicles.
temo ríe.
—TEMO, ¿QUIÉN ES? -grita Aristóteles desde el cuarto.
—ES DIEGO Y GUIDO.
—AH, YA VOY.
los pasos en la escalera se escuchan, y la figura de Aristóteles se hace presente.
—¿a que hora se van?
—a las 8:00am
—pudiste decir en una hora y te ahorrabas el "ocho a, eme." -dice Diego.
—pudiste no haber nacido y te ahorrabas tus tontos comentarios inservibles.
—ooowww, te voy a extrañar, ven aquí. -diego abre los brazos y abraza a Aristóteles. 
se separan.
—me imagino que se irán ya, ¿no? -habla Guido esta vez.
—sí, ¿quieren acompañarnos?
—claro.
—ah, les quería decir algo. esta casa estará sola, no me llevaré nada, solamente la ropa, ¿quieren quedarse aquí?
—mmmm, sí. está bien. -dice Guido.
—gracias por preguntarme si quiero quedarme aquí, Guido.
—no seas dramático, sé que dirás qué sí.
—si qui diris qui si, vámonos temo, vamos a mi nuevo jardín, vente.
Diego se va jalando a temo, indignado. y Aristóteles y Guido se quedan platicando.
—¿ya le dijiste?
—no, se lo diré cuando no haya tantos problemas.
—bien, pero no guardes esto para toda la vida, algún día se dará cuenta aristóteles. y será peor.
—lo sé, lo sé. 
(...)
—son unos inútiles, ¿cómo no pueden encontrar la dirección?
—lo sentimos señora, pero no hay rastros de su hijo temo. o de con quién esté.
—no sirven para nada, tendré que hacerlo por mi cuenta. esperen.
—¿sí?
—Diego, busquen a Diego, él debe de saber algo.
— pero no creo que hable sobre temo, señora.
—¿les tengo que explicar todo? ¿para qué están las armas, eh? pueden manipularlo, yo que sé, hagan algo estúpidos.
—sí señora.
(...)
pasajeros con destino a Doncaster, favor de abordar el avión.
—es hora temo.
temo llora.
—no, no, no llores temo. -diego lo abraza fuerte—aquí estoy, aquí estoy. además te iré a visitar y sé que estarás mejor allá. allá no corres peligro y estarás con la persona que amas, ¿no es fantástico?
—p-pero no quiero alejarme de ti otra vez. -temo llora como si de un bebé pequeño se tratara.
—no lo harás. iré a visitarte cada que pueda. y sabes que tengo mucho tiempo libre, es más, hasta de vacaciones para allá me voy. conseguirás más amigos, podrás salir a la calle sin miedo. tendrás una nueva vida, una nueva oportunidad para hacer todo lo que antes no pudiste. tú tranquilo yo nervioso, ¿sí? te quiero muchísimo temo.
—gracias Diego. te estaré esperando.
—temo... tenemos que irnos cariño.
—sí.
Aristóteles se despide de Diego y Guido. toma la mano de temo y la acaricia, para después subir al avión. una vez en el avión, se ponen el cinturón y temo recarga su cabeza en el hombro de Aristóteles.
—todo estará bien, bebé. -le deja un beso en los labios. —duerme un poco, en unas horas llegaremos, descansa un poco.
—sí papi.
Aristóteles suspiró, tenía que contarle todo a temo. ¿pero cómo lo haría?
(...)
—temo, despierta, ya llegamos.
—temo... cariño, bebé.... ¡temo!
—¡yo no le pegué a Diego!
—¿eh?
—ah, estaba soñando. -temo comienza a reír. su cara se volvió arte desde que comenzó a reír de una manera muy hermosa.
—¿qué soñaste?
—que le pegaba a Diego -ríe fuerte—y que el tonto no se podía defender y tuvo que llamar a Guido para que lo defendiera.
Aristóteles estaba feliz, ver así de contento a temo le alegraba el alma, la vida, el corazón.
ambos rieron y bajaron del avión. tomaron un taxi y después de una hora llegaron a su nueva casa. temo no lo podía creer, era más bonita que la anterior. demasiado grande, blanca con retoques negros y un color amarillo muy bajito. realmente era hermosa. Otis ladró y corrió adentro.
recorrieron toda la casa, a ambos les encantaba la casa. tenía 6 cuartos. demasiados.
las casas de enseguida también eran bonitas, y en especial una azul con verde.
temo se sorprendió al ver que todos los cuartos de su nueva casa estaban amueblados. ¿cuanto debió costar? ¿Aristóteles tenía tanto dinero?
ambos se pusieron a desempacar la ropa y cosas de Otis.
—¿cuando llega mamá Ronnie?
—en unos días. se quedó en casa de su hija unos días, me dijo que en unos días vendrá a establecerse aquí.
—está bien.
todo estaba bien; el aroma de la casa daba tranquilidad y comodidad. Aristóteles se paró y besó a temo.
—tenía rato que no te besaba bien.
temo ríe, lo iba a besar de nuevo, pero el timbre sonó. ambos bajaron a ver quién era; temo abrió la puerta con una sonrisa, como siempre. los aristemo se miraron con cara de confusión al ver a dos hombres parados en su puerta.
—hola -habló el alto. —soy Harry, y él es Louis, mi esposo.
Harry tenía los ojos verdes, era alto y muy lindo. y Louis tenía sus ojos azules, de estatura baja y facciones muy lindas. ambos tenían una linda sonrisa y Louis sostenía un pastel de chocolate.
—ahm, venimos a darles este pastel de chocolate como bienvenida y una invitación a una cena en nuestra casa. nos gustaría conocerlos, hace mucho no se mudaban por acá. -habló el de ojos azules.
—oh, pues mucha gracias. y claro que sí, nos bañamos y vamos.
—bien, nuestra casa es la verde con azul -comentó Harry, muy sonriente.
☁☁☁☁☁☁☁☁
all the love, V. 🌈

cuídame; aristemo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora