5.

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en la cocina había un temo enojado y un aris estresado. mamá Ronnie tenía día libre, era un caos total.
—¡ya te dije que no puedes comer nieve, hace mucho frío temo!
—¡quiero nieve, quiero nieve de fresa!
—dije que no, además no has desayunado.
—quiero desayunar nieve de fresa. -temo ahora hacía pucheros, tal cual lo haría un niño de 5 años.
—¡QUE NO TEMO, NO ENTIENDES LA PALABRA NO! -aris estaba enojado, parecía que temo no entendía y ahora temo lloraba.
—papi me gritó. -y fue lo último que dijo, para después irse a su cuarto y ponerle llave, acostarse y llorar. su papi le había gritado.
—temo, abre la puerta, por favor.
—no.
—¿no?
—no.
—bien, entonces me iré con Aley.
los rápidos pasos de temo sonaron indicando que abriría la puerta.
—¡eso jamás papi! -ahora temo estaba en la cintura de Aristóteles, enrollado como un koala.
—temo, perdón por gritarte, pero debes de entender que hace mucho frío para que comas nieve de fresa, ni siquiera has desayunado. puedes enfermarte, ¿quieres inyecciones acaso?
—no papi, lo siento.
ahora sus caras estaban más cercas. si bien desde aquel día, no se volvieron a besar pero ambos morían por volver a hacerlo. un ruido se escuchó en la cocina y ambos fueron a ver qué pasaba.
—mamá Ronnie. ¿qué haces aquí?
—oh, es que el día es un poco aburrido así que decidí regresar a casa. ¿les molesta?
—para nada. iré a comprar comida. ¿podrías cuidar de temo en lo que regreso? -temo hace un puchero.
—claro. ve, mucho cuidado.
—¿por qué no puedo ir contigo papi?
—para ir y regresar más rápido. además hace mucho frío, podrías enfermarte.
—de seguro irás a ver a aley. temo se retira de aquí. - y dicho y hecho, un temo enojado se fue a su cuarto.
Aristóteles río.
—ahora vuelvo, cuídalo por favor.
(...)
—mamá Ronnie, ¿papi ya se fue?
—sí, ¿necesitas algo?
—nop, iré a dormir un rato.
—está bien.
Cuauhtémoc:
iba subiendo las escaleras y miré otro cuarto, nunca había entrado. fui dispuesto a ver qué había ahí. la abrí y era algo que jamás había visto. un mueble con muchos jugos, ¡quiero jugos! miré la botella que decía "tequila" que jugo tan más raro. la abrí y bebí un poco.
mi garganta ardía, pero el sabor era bueno, así que seguí tomando. terminé tomando media botella. no sabía que hacía, y sentía un mareo, tal vez el jugo estaba hechado a perder, debí de haber esperado a papi. comienzo a reír no supe por qué. intenté caminar pero casi caigo así que me senté en el piso y comencé a cantar.
(...)
—ya llegué...¿dónde está temo?
—dijo que iría a dormir.
—está bien subiré a verlo.
Aristóteles:
iba subiendo y miré que la puerta de mi cantina estaba abierta, corrí para ver qué sucedía y estaba temo, ¡con una botella de tequila y sentado en el piso, cantando!
—¿qué has hecho Cuauhtémoc?
—paaaapiiiii ¡llegaste! no hice nada papi, sólo tomé juguito. -la voz de temo era como la de un borracho, causaba risa. aún así el mayor estaba preocupado.

me senté en el piso y senté a temo en mis piernas, lo abracé.
—cariño, eso que tomaste no es jugo, es alcohol y estás borracho, mañana tu cabeza dolerá mucho.
—uuuhhhm, lo siento papiii y-yo no sabía.
temo pone sus piernas a cada lado de la cintura de Aristóteles. sus manos abrazan el cuello de Aristóteles. y sin previo aviso, temo besa a Aristóteles pero no se despega, era un beso para nada inocente. de repente ambos sienten calor, temo comienza a mover sus caderas, rozando su trasero con el pene de Aristóteles.
—¡ah, papi!
Aristóteles sabía que estaba mal, estaba aprovechándose pero seguía besándolo porque se sentía jodidamente bien. temo baja a el cuello de Aristóteles y deja besos húmedos ahí.
—mmm, no, temo. espera.
—¿qué pasa papi? ¿no me quieres? -dice temo con un puchero.
—sí, claro que sí, pero, está mal porque tú estás borracho y no sabes lo que haces. anda ven, vamos a que duermas.
—está bien papi.
Aristóteles lleva a temo a dormir. temo duerme mientras el se mete a bañar por el gran bulto que tenía en sus pantalones.

cuídame; aristemo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora