cuídame; aristemo.

7.

—¡otis, ven aquí!
—creí que le habías puesto donita...
—¡papi, llegaste! no, decidí cambiarlo a Otis.
—es un lindo nombre, tan lindo como tú.
—gracias papi. oh, mamá Ronnie me dijo que mañana saldrá temprano, que nos dejaría el desayuno listo, pero le dije que no, que nosotros lo haríamos. -dice con una linda sonrisa.
Oh no, temo los había metido en un gran lío.
(...)
la mañana siguiente un Aristóteles lleno de harina estaba enojado.
—¡temo, le hubieras dicho que sí! somos un desastre. -aristóteles grita sin darse cuenta.
a temo se le ponen los ojos llorosos y hace un puchero.
—yo sólo quería hacer desayuno para papi. -ahora está llorando y se va a su cuarto.
—no, temo, espera. ¡rayos!
(...)
—temo, lo siento no quise gritar, pero odio la harina en mi cara, cuerpo, ropa. fue una mala idea. perdóname.
—papi...-temo abre la puerta-abrázame, por favor.
—claro que sí temo, ven aquí.
Aristóteles y temo se abrazan, pero temo comienza a llorar más fuerte.
—oh no, bebé no llores ¿qué pasa?
—c-cuando gritaste recordé cuando mi mamá me gritaba que era mi culpa que papá haya muerto.
Aristóteles sintió culpa, recordó lo débil que era su bebé, no debió gritar. pero qué podía hacer, sus impulsos lo traicionan.
—lo siento mucho temo, no quise hacerlo, no es tu culpa, un ángel como tú no tiene la culpa de nada, solamente tienes la culpa de robarme el corazón; pero de eso no debemos preocuparnos. -aristóteles lo suelta y toma su cabeza para dejar un pequeño beso en su boca, temo lo sigue abrazando.
—ahora estoy manchado de harina.
Aristóteles ríe.
—¿pedimos algo para desayunar?
—sí! tengo hambre.
—muy bien, ¿qué desea de comer, temístocles?
—uhm, ¡panquesitos! con leche de fresa. sí sí sí sí.
—iré a pedirlos y a cambiarme, busca a Otis para después ir a comprarle ropa. ¿está bien?
—está bien.
(...)
—otis ya lleva mucha ropa, con esa es suficiente papi.
—¿seguro?
—síp, iré por su comida.
—aquí te espero.
30 minutos después y temo no llegaba. Aristóteles decidió ir a buscarlo.
(...)
—aquí estás, temo! ¿qué hac...
1- Aristóteles al ver la escena, frunció el ceño.
2- quién era ese.
3- tenía celos.
—ah, papi, estaba buscando la comida y me encontré a Niko. mi mejor amigo.
Aristóteles no era tonto, de inmediato se dió cuenta que a niko le gusta temo. lo supo por la forma en que lo miraba y que no podía soltarlo de la mano, también lo supo por la cara que hizo cuando me miró.
—¿quién es ese, temo? -pregunta niko.
— es Aristóteles, es mi...
—no importa lo que yo sea de él, vámonos temo.
—pero... ¿podemos llevar a Niko? por favor por favor por favor. -temo suplica y Aristóteles sólo hace una mueca, lo piensa dos veces. temo es débil, y tiene mucho que no mira a su amigo.
—está bien, pero vámonos ya.
(...)
Aristóteles estaba en su cuarto, trabajando en sus contratos. temo y niko estaban en el patio jugando. Aristóteles bajó por agua, en eso se encuentra a Niko solo por el pasillo.
—¿y temo?
—se quedó en el patio, yo vine por agua.
—hm, ¿desde cuándo conoces a temo?
—eso no te importa, pero, no te preocupes, no te lo voy a quitar. no te lo voy a negar, temo me gusta, pero él ya me dijo todo lo que pasó y todo lo que lo estás ayudando; también me contó que le gustas y hay algo entre ustedes. así que no voy a interferir. entonces ¿puedo tomar agua?
—claro, también venía por agua.
Aristóteles se fue. aún sentía celos, pero vamos, se miraba que niko era bueno. así que se relajó.
un grito se escuchó desde el patio.
—¡AAAHHH!
Aristóteles corrió y detrás venía niko.
—¿qué pasa temo?-habla aris asustado.
—me caí y me saqué sangre de las rodillas, duele mucho papi.
—ten más cuidado temo.
Aristóteles lo carga y lo lleva a la sala, sienta a temo en el sofá.
—¿qué harás papi?
—voy a curarte.
Aristóteles toma alcohol, algodón y curitas. comienza a curar a temo.
—auch! arde mucho.
—lo siento, lo siento. -aris pone las curitas en las rodillas.—listo, quédate ahí, no te pares.
—creo que es hora de irme. -habla niko.
—está a punto de anochecer, ¿quieres quedarte?
temo se sorprende de que aris le haya dicho eso a Niko.
—¿les molesta?
—no, puedes quedarte en el cuarto de temo. pero, no puedes dormir con él.
—¿por qué no?-habla temo.
—porque no. no es no. -dice ahora Aristóteles.
—está bien, me quedo, gracias.
(...)
—¿aún te duele?- dice Aristóteles, acostado a lado de temo.
—un poco, gracias por cuidarme.
—no me agradezcas temo, te cuidaré siempre.
—¿sabes la diferencia entre una casa y un hogar? -dice temo.
—no, ¿cual es?
—que, en una casa puedes estar siempre, vivir ahí, pero sientes que te falta algo, te sientes solo. y en un hogar, te sientes a salvo, te sientes bien, sientes que ya no te falta nada. te sientes amado.
—¿cuando estás conmigo, como te sientes temo?
—siento que estoy en mi hogar, me siento a salvo y feliz. y no creo que sea tu mansión o tu dinero lo que me hace sentir así. siento que tú eres mi hogar, tú me haces sentir así.
—también siento que eres mi hogar, cuando no estabas, temo, este lugar se sentía como una casa y cuando llegaste, se sintió como un hogar.
—gracias por ser mi hogar papi.
—somos nuestro hogar.
Aristóteles abraza a temo y se duermen. quizás, sólo quizás, ambos sienten lo mismo.

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¿creen que voy demasiado rápido? ¿o sigo al ritmo que voy?
gracias por leer. 🍒💗