cuídame; aristemo.

13.

Cuauhtémoc:
subí al carro, pero cuando me senté Aristóteles apretó ese botón y gemi.
—llevas uno, Cuauhtémoc, acuérdate.
—s-sí, papi.
en el transcurso no volvió a apretar el botón, me relajé, ya que no aguantaba más tener los labios en mis dientes. llegamos a una casa blanca con tonos bajos café, demasiado grande, bonita y elegante. bajamos y Aristóteles me tomó de la mano. en la entrada nos esperaba una pareja, muy alegre. bueno, sólo por el de piel pálida, porque el otro más alto, tenía cara de estar amargado.
—¡Aristóteles! amigo, tanto tiempo.
—Stiles, sigues siendo el mismo. 
—claro, pero tú en cambio ya eres todo un mafioso.
y temo sólo pudo pensar ¿mafioso, qué es eso?
—bueno, Derek, tampoco has cambiado nada, sigues siendo el mismo cara de pocos amigos. -derek ríe sarcásticamente.
—¿y quién es este lindo pequeñín? -habla Stiles, viendo a temo.
—y-yo.. -temo no termina de hablar, ya que Aristóteles aprieta un botón. el menor como reacción, sólo dió un pequeño brinquito.
—él es temo, mi novio.
—hmm, muy lindo y todo, ¿pero no crees que es muy chico? -habló Derek esta vez.  Stiles le da un golpe en el hombro.
—amor mío, Derek, Miguelito. cállate y déjalos ser, ¿sí mi vida?
—bien, me voy a callar.
—pasen, pasen.
las parejas pasan, y toman asiento en el sofá color negro, temo no entiende nada. usan palabras raras, "mafia", códigos, "armas" comenzaba a aburrirse. en un intento de desaburrirse, temo acaricia el muslo de Aristóteles; éste de inmediato se tensa y sin pensarlo dos veces, toca el botón. temo aprieta sus labios y los abre un poco para decir "por favor, papi" sin voz. la cara de cero diversión y pena de temo se hizo presente, Aristóteles pensó que esta vez ya tenía suficiente.
—chicos, recordé que tenía algo pendiente, tenemos que irnos.
—¿en serio? ay, bueno fue un gusto tenerlos aquí, ¿verdad Derek? -habla stiles mientras toma la mano de su esposo Derek.
—verdad, puede que tenga cara de amargado, pero siempre es un gusto tenerte aquí Aristóteles.
—muchas gracias de verdad, pueden ir a nuestra casa cuando deseen.
(...)
Aristóteles y temo llegaron a casa, mamá Ronnie no estaba. perfecto.
—sube al cuarto y espérame ahí sin hacer nada, ni un movimiento.
—sí.
—¿sí qué?
—sí p-papi.
temo subió las escaleras corriendo, tenía miedo, nunca había visto así a su papi... pero también tenía que admitir que le excitaba. después de 15 minutos Aristóteles subió y miró a Cuauhtémoc sentado en la cama casi durmiendose.
—ven aquí temo.
Aristóteles se sentó en la cama y temo se sentó en el regazo de su papi. Aristóteles lo acomodó boca bajo y subió su corta falda, acariciando el gran trasero de temo.
—cuentame bebé, ¿qué hiciste mal?
—estar m-mucho tiempo con s-cott.
—¿qué más?
—contestarte... m-mal.
—¿cuantas veces gemiste?
—una.
—bien, te azotaré una vez,la cuentas y me das las gracias.
—s-sí papi.
Aristóteles azota a temo fuerte, temo gimió.
—u-no, gracias papi.
—muy bien bebé, ahora ayúdame con esto. -Aristóteles le enseña su erección y temo se agacha.
se pone de rodillas entre sus piernas y voltea en dirección a Aristóteles, este asiente con la cabeza y con eso es suficiente. temo mete a su boca el miembro de Aristóteles, después lo saca y comienza a lamer, Aristóteles jadea y eso hace que temo vuelva a meter el miembro a su boca. comienza a chupar con cuidado mientras su cabeza sube y baja.
—A-ah, joder, bebé.
temo sigue con su trabajo, y Aristóteles toma la cabeza de temo ayudándole con el trabajo a temo. después de unos minutos, Aristóteles se corre. temo toma todo y se levanta.
—ven acá.
Aristóteles pone de nuevo a temo en su regazo y lo besa.
—te portaste muy bien con tu castigo, mereces un premio bebé.
—sí papi.
Aristóteles recuesta a temo en la cama, dándole besos en el cuello y con una mano bajando hasta su entrepierna, dónde masajea.
—a-ah, papi!
Aristóteles tenía una gran erección de nuevo. volvió a besarlo; esta vez más salvaje. metió un dedo en la entrada de temo y éste gimió. después metió otro, y luego añadió un tercero. temo se movía, le gustaba la sensación. pronto los dedos fueron reemplazados por el miembro de Aristóteles. embestia fuerte y profundo.
—¡papi! a-ah, sigue así.
entraba y salía, algunas veces más profundas que otras. temo comenzó a gemir más, había encontrado su punto dulce, embistió con más fuerza y los ojos de temo se volvieron más oscuros, no paraba de gemir, después de unos minutos temo se corrió. y Aristóteles también. se acostó a lado de él y lo besó tiernamente.
—eres el mejor, bebé.
—también eres el mejor, papi.
ambos rieron y se besaron.
—papi...
—¿sí?
—stiles y derek dijeron que eras todo un mafioso, ¿qué quiso decir?
—no les hagas caso bebé, luego te explico.
—bien. Derek... es un poco amargado. -Aristóteles ríe.
—lo es.
se acomodan y se abrazan para después quedarse dormidos.