Bill comenzaba a sentirse extraño como si algo cambiará dentro de él, soltando un quejido. Mabel lo escucho y se acercó.
- ¿Bill? ¿Estás bien? ¿Te duele algo?- estos meses a su lado habían confirmado lo que sentía por el rubio, y si le sumamos que últimamente se sentía vigilada. Un boom total.
- e-estoy bien Estrella fugaz, debe ser que ya voy a volver a mi forma normal- sonrió. Mabel, sin embargo, aún no se quería ir del pueblo la habían sentir como en casa y eso le agradaba pero también debía recordar que ella era solo una prisionera.
- eso es bueno, supongo- susurro lo último desviando la mirada. Bill lo noto y con una mano en su mentón hizo que lo viera de nuevo.
- tranquila, no nos iremos aún- Mabel se sonrojo, asintió y sin más se fue a su habitación.
Pyronica, como lo había mencionado antes, no dijo nada del tema de Tad. Al poco rato se le olvidó también, notaba como Bill y Mabel se habían acercado un poco más cada día sin obstáculos en medio.
Por su parte, decidió hablar sobre un asunto que ya lo viene necesitando hace mucho tiempo.
- Bill..- hablo, el mencionado la vio.
- dime Pyronica- la pelirosa se sentó frente suyo con la piernas cruzadas.
- debo pedirte algo super importante- Bill alzó una ceja y cruzó los brazos.
- ¿Qué quieres?- pregunto con incertidumbre.
- que me devuelvas mi forma demoníaca- si, para algunos es una tontería desearlo pero cuando has sudo un demonio toda tu vida y de la nada cambias de forma. Lo extrañas.
- Pyronica, el trato dice lo contrario- la pelirosada suspiro.
- Bill, por favor. Quiero irme a casa- Bill pensó un momento la situación, y todos estaban a favor. La verdad, no necesitaba a Pyronica con él pero era la única que sabía sobre su apariencia humana. Decidió dejarla ir, tendría la casa para el solo después de todo.
Sonriendo con picardía asintió.
- ¡Esta bien! Puedes largarte- aviso.
- pero Bill podrías estar solo con Mabel y... ¡¿Espera que?! Puedo irme- sonrió de oreja a oreja dando saltos por el lugar.
- ¡Oh por Lucifer! ¡Gracias Bill! Eres el mejor- los extraños ruidos atrajeron a la castaña.
- ¿Hicieron una fiesta sin mi?- se mostró indignada.
- Mabel, me voy a casa- Mabel sonrió triste, eso significaba que ya no estaría con ella. Pero también la ponía nerviosa porque ya no estaría con ella sino con Bill.
- eso es... Genial, Pyronica- la pelirosa noto su decaída emocional y la abrazo.
- hey, no te preocupes, cuando Bill vuelva a ser el gruñón de siempre con tres lados podremos vernos otra vez- sonrió. Mabel le correspondió el abrazo.
Después de unos abrazos más, Pyronica ya estaba lista para irse.
- ¡Uy! Olvidé mi cuchillo favorito, Mabel puedes...- pidió con ojos de perrito, Mabel asintió y fue a buscarlo.
- tú no usas cuchillos, Pyronica. ¿Qué pasa?- Bill alzó una ceja.
- no quería que escuchará esto. Bill debes decirle lo que sientes- al escuchar esto el cabello del rubio se tornó rosa y negó.
- claro que no, aún no- Pyronica gruño.
- Bill, si no le dices ahora entonces cuando seas un triángulo no podrán disfrutar nada y sabes a qué me refiero- Bill se sonrojo y pensó unos momentos.
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Prisionera |Mabill| •FINALIZADA•
FanfictionMabel Pines una chica de 15 años regresa a Oregon después de derrotar a Bill o al menos eso creía, junto a su hermano Dipper Pines, van a la cabaña de sus tíos abuelos, al regresar Bill aparece otra vez y ataca a los Pines, gravemente heridos y Bill...