Prisionera |Mabill| •FINALIZADA•

Alianza por un día

Al día siguiente, Mabel no le había dicho nada a Bill ni a Pyronica y ese día era el indicado, al menos se lo diría a Pyronica.

- olvidé comprar ropa- se lamentó mientras recordaba que no tenía ni una pizca de dinero. Abren la puerta de un portazo.

- ¡Mabel!- grito la pelirosa.

- ¡Kya! ¿Pyronica? ¿Qué pasa?- dijo alarmada.

- mis instintos de falta de moda me han guiado hasta ti- dijo notando como la castaña sonreía nerviosa.

- ¿Qué? ¿Por qué te guiaría hasta mi?- dijo mientras un mechón de cabello estorbaba en su rostro, lo acomodo detrás de su oreja y cruzó los brazos.

- Mabel.... Escondes algo, dímelo- la mirada penetrante de Pyronica la hizo hablar contándole todo.

- ¡Ahhh! Esta bien, te ayudaré- dijo saltando con alegría.

- ¿Cómo?- la pelirosa sonrió de oreja a oreja, se levantó de la cama y alzó su dedo.

- soy un monstruo con poderes, recuerdas- dijo haciendo aparecer una llama de fuego rosa.

- está bien- dijo con una tímida sonrisa, no sabía si saldría bien.

Después de unos largos intentos por que salga algo que a Mabel le gustará que no sea cosas con calaveras, cuchillos u otras cosas macabras. Aunque Pyronica estaba maravillada con todos esos conjuntos.

- no puedo creer que no te guste ninguno de estos trajes y accesorios- dijo colocándose una pulsera hecha de huesos.

- que te puedo decir, soy Mabel- ah Pyronica le brillaron los ojos.

- ¡Ya sé!- conjuro un hechizo y el resultado fue un lindo atuendo que al parecer le gustó a Mabel.

Faltaba poco para que vinieran por ella así que debía alistarse, por mientras fue a darse un baño y a vestirse.

Salió con un vestido cinco dedos arriba de la rodilla floreado, tiras verdes y unas sandalias color verde.

Se acomodó el cabello y agregando unos cuantos accesorios nuevos como un collar de caballito de mar color naranja, pulseras de colores y una diadema de listón color negro con puntos blancos.

- ¿Y bien?- dijo al verse una ves más ante su amiga.

- si a Bill no le saca celos esto, entonces nada lo hara- dijo en su mente.

- te ves hermosa, Mabel- dijo mientras pegaba una estrella en la mejilla de la castaña como muestra que ésta siendo resguardada por Bill.

-Luego explicaré ese detalle-

- espero que Bill no me atrapé- dijo mientras salía por la puerta trasera. Escuchó un ruido en los arbustos, vio una cabellera rubia y por un momento se le paró el corazón, pero al ver que era Newt todo volvió a latir normal.

- ¡Buenas Mabel!- dijo con una sonrisa.

- igual, Newt. Será mejor irnos antes que me atrapen- dijo y salieron del patio trasero para irse al centro comercial.

Bill POV

Me encontraba en mi dimensión viendo como estaban las cosas por casa, todo estaba muy normal eso era bueno. Decidí regresar a la otra casa en OF.

- ¡Llegué!- cruce el portal y esperaba recibir atención pero no había nadie. Seguro estaban en la habitación de Pyronica o en la de estrella fugaz. Escuché golpes en la puerta, cuando fui a ver me encontré con el chico que acompañaba a estrella fugaz el otro día.

Fruncí el ceño al verlo.

- ¿Qué quieres?- dije de mala gana.

- tenemos que hablar- dijo entrando a la casa como si fuera suya. Sentía mi sangre hervir.

- nadie te dijo que podías pasar, idiota- me queje, el por su lado se cruzó de brazos y me miró.

- Mabel es tu novia ¿Verdad? Entonces, ¿por qué está saliendo con Newt?- se le veía enojado y esperen un momento....

¡¿Estrella fugaz qué..?!

- ¡¿Qué?! Eso no es posible- me estaba alterando y eso es malo.

- los escuché ayer, iban a ir al cine. Con todo el mayor esfuerzo de mi orgullo vine a pedirte una alianza- le mire.

- ¿Qué?- pregunté.

- una alianza por un día, los seguimos y vemos que no pase nada- este chico es extraño.

- y tú... ¿Por qué están así por ese chico?- ví un sonrojo en sus mejillas.

- es que... Es el novio de una amiga, y pues, debo ver qué no la engañe- dijo nervioso, algo ocultaba.

- está bien, salimos ahora- dije decidido.

- bien, vamos- dijo y salimos de la casa.

Llegamos al centro comercial y buscamos por todos lados, claro discretos hasta que los localizamos.

- ahí estan- dijo el chico, fije mi vista y me quedé atontado. Estrella fugaz estaba muy bonita y podía ver cómo varios hombres se la comían con la mirada lo cual hacia que tenga un tic en el ojo.

- estan comprando las entradas- dije.

- sigamos- dije y nos detuvimos detrás de un anuncio.

- esperemos que se vayan para nosotros entrar también- dijo, sonreí de lado. Escuchaba con atención la película que iban a ver.

"Pantera negra"

- solo se me ocurrió esa, jeje-

La cola para esos dichosos boletos era grande así que con mis poderes pude hipnotizar a un trabajador y decir que era amigo mío para que entremos en la sala donde habían entrado.

Nos sentamos detrás de ellos con un combo de canchita grande para que nos tape la cara.

- va a comenzar- la escuché decir.

Con esa melodiosa y maldita voz perfectamente bella que posee.

- por cierto no sé tú nomre- dijo mientras comía una palomita.

- soy Bill- dije- ¿Tú?- pregunté mientras copiaba la acción.

- Thomas- respondió.

Digamos la película estaba interesante que por poco me olvidaba de mi propósito aunque claro debía de a ver una buena razón por la cual yo fuera al cine.

Sentí mis ojos pesar y me dormí. Desperté cuando ya no había nadie solo Thomas a mi costado que igual que yo estaba recién despertando.

- ¡Mierda!- dijimos al ver que todos se habían ido, salimos corriendo pero ya no los encontramos.

- se arruinó- dijo el pelinegro.

- ese chico no es novio de nadie ¿Verdad?- el me miró y negó.

- no, la verdad es que me gusta Newt. Soy gay- dijo esperando algo pero solo le pude sonreír.

¿Desde cuándo sonrió tanto?

- tranquilo, no voy a matarte por ser gay eres simpático en estas horas que llevo de estar contigo aunque no logramos lo que vinimos- dije mientras posaba mi palma en su hombro.

- a ti te debe gustar mucho Mabel, ¿verdad?- me sonroje para morir. Iba a responder pero.

- ¡Mira!- aún seguían aquí, eso es bueno. Esta vez los seguimos pero no vimos una señal de advertencia por el suelo resbaloso y nos resbalamos cayendo al suelo mientras que nos deslizabamos hasta un puesto de comida.

¡Boom!

Las personas se acercaron incluyendo a esos dos que nos miraban con el ceño fruncido a los dos.