IN LOVE |T.H| [2] COMPLETA.

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Estábamos abordó en el avión. Tom estaba a mi lado y yo a lado de la ventana. Todo el transcurso de londres a Italia fue algo corto pero cansado. Eran las cuatro de la mañana cuando llegamos a nuestro destino. Bajamos del avión, había gente de un lado a otro. Tom tomo de mi mano y la entrelazó, caminando firmemente a la salida donde había un automóvil negro. Tom y yo subimos las maletas en la cajuela.

Abrió la puerta del coche y subí por la parte de atrás junto con el. El chófer arrancó.

Yo miraba por la ventana, apreciando la gran ciudad de Italia, las luces de los coches y de los edificios, me hacía sentir un ambiente cálido. Me sentía en mi propio vídeo musical.

–Tienes que descansar–dijo Tom acariciando levemente mi mano con su pulgar, el estaba cansado al igual que yo, me acerque lentamente hacía él y tomé su mejilla.

–Descansa tu Stanley, se ve que llevas días planeando esto–recogí los rizos del castaño con mi dedo índice, sus ojos se cerraron levemente.

Una canción tranquila se hizo sonar dentro del coche.

–Pensé que algo de música les ayudaría a sentirse mejor–habló el chófer sin quitar la mirada del camino.

–Si, supongo que es lo mejor, gracias– agradecí con una sonrisa, Tom se recargo en mi hombro.

–Pronto llegaremos–dijo con entusiasmo por última vez el chófer.

Tom me envolvió en un abrazo cálido, mientras miraba a la ventana. «¿Qué me esperaba de ahora en adelante?».

...

Había pasado alrededor de una hora, el sol comenzaba a asomarse de entre los edificios. En eso, el coche se detuvo.

—____, llegamos...–habló con cansancio Tom, nos habíamos quedado dormidos.

–¿Ya no hay más sorpresas?— pregunté burlona mientras me tallaba los ojos para despertar bien.

–Pues aún faltan algunas— Respondió bajando del coche, yo lo seguí.

Nos dirigimos a la parte de atrás, y sacamos las maletas. Tom fue con el chófer y estaban hablando. El hombre sonrió y se marchó.

El castaño se acercó a mí y tomo las dos maletas y yo las dos mochilas. Para dirigirnos al edificio que se encontraba a unos dos metros lejos de nosotros.

Ya adentro fuimos a la recepción, donde se encontraba una carismática joven de cabello negro. Nos entrego una llaves y nos fuimos hacia el ascensor.