27.Capítulo

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Las doce. Tras comerse doce uvas, ni una más y ni una menos, el timbre de casa sonó. Elena se levantó a abrir tras darle un sorbo al champan.

Abrió la puerta de mientras se reía ya que Jesús le había contado una anécdota de cuando era pequeño. Al ver quien era su cara cambió por completo, al igual que la de todos los invitados.

-¿Paula?-Preguntó Elena boquiabierta.

Dani se levantó rapidamente de la silla y se lanzó sobre Paula. Los dos se difundieron en un beso nada más abrazarse.

Elena los contemplaba con una sonrisa de oreja a oreja. Jesús, se acercó a ella y la abrazó por detrás tras depositarle un beso en su mejilla izquierda.

Los demás invitados contemplaban la escena sentimentales. Ver a sus hijos tan mayores y tan enamorados era algo precioso. Era algo único, era mágico.

Elena se separó de Jesús con delicadeza y cogió de encima de la mesita que había en la entrada una bolsa del fnac. Acto seguido cogió de la mano a su novio y lo llevó hasta el jardín.

Para ser uno de Enero no hacía tanto frio como esperaban. Los dos jóvenes se sentaron sobre el césped con una sonrisa de oreja a oreja.

-Felicidades Jesusiano.-Dijo antes de besarlo.

Tras besarse Elena le entregó el regalo y este lo abrió. Al ver lo que era no pudo evitar soltar una carcajada.

-Mi hermano y tu que bien haceis las compras.-Dijo Jesús divertido.

-No te quejes, que te los he comprado con todo mi amor.-Dijo entre risas.

-No me quejo. Sinceramente me encanta.-Admitió abrazandola para que no tuviera frio.

Los dos jóvenes comenzaron a besarse apasionadamente. A pesar de todo seguían juntos. En pocos meses iban a hacer cuatro años juntos y cinco años que se conocieron. El tiempo había pasado demasiado rápido.

Se tumbaron en el césped boca arriba para poder contemplar las estrellas. A pesar de todo se veían claramente.

-¡Una estrella fugaz!-Exclamó Elena emocionada. Tal y como si fuera una niña pequeña. -Corre, pide un deseo.

-Ya está.-Dijo Jesús sin apartar la mirada del cielo estrellado.

-¿Qué has pedido?-Preguntó curiosa.

-Si te lo digo no se cumple.-Dijo esbozando una sonrisa.

-Eso mismo me dijistes una vez y se acabó cumpliendo.-Dijo Elena.

-He pedido lo mismo que la última vez, tener una vida contigo.-Confesó Jesús. Sus mejillas, poco a poco, comenzaron a tomar un color rojizo.

-Las cosas buenas nunca cambian.-Admitió Elena apartando la mirada del cielo para mirarlo a los ojos.

-Ni tu vestido blanco.-Dijo Jesús tras soltar una carcajada. -Recuerdo que el que llevastes en tu primer cumpleaños en Sevilla era clavado; por no decir que era el mismo.

- Cuanto ha llovido desde entonces.-Dijo Elena tras soltar un suspiro.

-No importa que llueva si estoy cerca de tí narananana. -Comenzcó a canturraer Jesús.

-Pues no llevo paraguas. Así que si yo fuera tú me importaría y mucho.-Bromeó Elena.

Jesús ladeó la cabeza para poder mirarla fijamente a los ojos; al igual que estaba haciendo ella. El tiempo avanzaba pero las cosas buenas nunca iban a cambiar.

-¿Me prometes una cosa?-Preguntó Jesús poniendose serio.

-¿Qué?-Preguntó curiosa.

-¿Me prometes que me vas a querer a pesar de todo?-Preguntó Jesús tímido.

-Te lo prometo Jesusiano.-Dijo Elena limitandose a sonreir. -¿Tú me lo prometes?

-Te lo prometo pequeña.-Dijo Jesús.

Acto seguido los dos jóvenes se difundieron en un beso. Lo que sentía el uno por el otro era mágico, era único.

-¿Recuerdas cuando te dije que si me traías a One Direction me iba a casar contigo?-Preguntó Elena tras soltar una carcajada y este asintió. -Lo has conseguido sin la necesidad de traermelos.

-Es que soy fabuloso.-Dijo divertido.

-Eres imbecil.-Soltó entre risas.

-Es broma.-Dijo finalmente. -El que no arriega, no gana.-Dijo Jesús limitandose a sonreir. -Como bien te dije en la boda de tu madre vale la pena luchar por lo que vale la pena tener.

Tras decir eso volvieron a besarse; esta vez apasionadamente. A pesar de estar en la flor de la vida estaban muy enamorados y eso nadie podía cambiarlo. Ellos estaban destinados a estar juntos y así iba a ser. Por que lo mejor está por venir si no te das por vencido.

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¡Nuevo capítulo!

Lo mejor está por venir si no te das por vencido. Que grán verdad. Y como podeis comprobar eso de juntar trozos de canciones creando frases se me da de lujo JAJAJAJA.

Quedan nada más y nada menos dos capítulos + epílogo para terminar la novela para siempre. Como Hannah Montana Forever (JAJAJAJA, he ahí mi infancia) En el fondo fondo soy normal ✌✌

Espero que os haya gustado el capítulo. Una vez más os agradezco cada voto y comentario que me dejais. Seré una pesada por repetir siempre lo mismo pero os lo debo todo, gracias a vosotras tengo la oportunidad de escribir.

Sin duda empezar Invevitable el 22 de Marzo fue la mejor elección que tuve. Y no me arrepiento de nada.

Un beso enorme.

Ni un segundo (Daniel y Jesús)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora