James vs Marina (Ídem VS Mía)

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-Me importa un cuerno quién seas les dí una opción... Si no se van a la cuenta de tres morirán.-

Gritó desde la muralla Marina.

-Marinaaa... Hermana hablemos...-

Dije, mientras salía del automóvil y me acercaba a la improvisada muralla de chatarra.

Ni siquiera pude ver su movimiento, ella simplemente apareció frente a mí, como si se hubiese teletransportado.

-Me importa un bledo quién seas ... Vete o te asesinaré.-

Dijo mi hermana menor.

-James... No está bromeando... Siento deseos homicidas emanando de ella...-

Me susurró Idem.

Escuché, lo que Ídem me dijo, pero me petrifiqué, al ver el rostro de mi hermanita vendado en toda su parte izquierda.

-Marina ... Yo...-

Mi intento de disculpa murió en esa dos palabras.
Un puñetazo directo de ella me arrojó unos quince metros de distancia y antes de procesar lo que había sucedido, Marina ya estaba sobre mí, dándome una ola de puñetazos que apenas pude esquivar, aún con ayuda de Ídem.

Dando un salto, me alejé dos metros de distancia aproximadamente.

-Marina... Que haces???- Grité.-

-No soy Marina... Soy Mía...-

Nota: (Mía a parte del nombre se refiere a que Marina ya era una sola con su parte del xt-3000.)

No comprendía, ése radical cambio de Marina, hasta que a mi mente surgió, mis primeras veces siendo controlado por Ídem.

Al mismo instante que llegué a esa conclusión, Marina o mejor dicho Mía, había llegado a mi costado y logró darme una patada giratoria que dejaría en verguenza al mejor maestro de MMA (Artes Marciales Mixtas).

Mi cuerpo, dió de lleno con la muralla fronteriza de el aeropuerto.

Y aunque noté que ya me había fracturado dos o tres costillas, me mantuve en pie, esperando su tercer embestida y tal como la esperé. ella corrió hacía mí, pero antes de recibir un golpe, ella se lo llevó.

Mi puñetazo, le dió de lleno en medio de su rostro, haciendo que su cuerpo volara literalmente diez metros y su vendaje se saliera, revelando que la mitad de su rostro estaba desfigurado por una seria quemadura, su ojo izquierdo ahora era una cuenca vacía, sin el globo ocular que debía estar allí.

-Marina... Que ocurrió??...- Pregunté.-

Ella solo desgarró parte de su blusa e improvisó un vendaje.

-Me abandonaste eso ocurrió!!!- Gritó llena de furia.-

Aunque Ídem ya había tomado el control, mis piernas flanquearon.

La ví comenzar una carrerilla, fijándome como su objetivo, pero lo peor fué escuchar a Idem casi gritarme.

-Hay que esquivarla!!!... Es más fuerte que nosotros....-

Juraría, que en ése momento Idem conoció el temor, ya que con fracturas en mis costillas, Él se encargó de esquivar los golpes de Mía.

Los golpes y patadas de mi hermana o mejor dicho, la mutación del xt-3000 que se había apoderado de ella, rozaban mi rostro y mi torso, excepto uno que fué tan rápido para Idem, que me dió de lleno en el estómago, dejándome arrodillado e indefenso.

Tras esa oportunidad ...

Los golpes de Marina, me llovieron a mi cara. No podía hacer nada, sus puños, desahacían mi rostro.

-Siempre me podías dar una paliza... Inclusive desde niños...-

Dije antes de perder el conocimiento.

Desperté cuatro días después, en una tienda, Samantha y Lyla estaban a mi lado.

-Mi hermana!!! Como está???-

Fué lo primero que atiné a decir.

Sentía mi rostro pesado, como si todo el peso desde que esta mierda de apocalipsis comenzó, me hubiese caído encima.

-Lyla??... Nos dejas a solas?- Preguntó Samantha.-

Lyla no dijo nada y con una naturalidad típica de alguien que podía ver, se levantó de la silla que estaba a un costado.

Unos segundos después de que se hubiese ido la muchacha, Samantha suspiró antes de decir.

-No escuché lo que le dijiste... Ni me interesa, sólo sé que lo que dijiste, la hizo recapacitar, apenas terminaste de decir eso, Marina se detuvo, tu ya estabas inconsciente... Ella...-

Se detuvo, dando una pausa que pareció dramática, pero que era justa ya que ni Samantha sabía con seguridad lo que había sucedido.

-Ella... Se puso a llorar desconsoladamente...- Continuó diciendo.-

-Pero ahora a donde está??- Pregunté.-

-Hace cuatro días está encerrada... En la torre de control...- Dijo señalando la torre.-

-Gracias Sam... No te ofendas pero... Me dejas un rato solo?...- pregunté temeroso de la respuesta de Samantha.-

-Ok.- Dijo simplemente, mientras fué tras Lyla.-

Floté mi lengua contra mis dientes, había notado que me costaba peonunciar algunas palabras, y al comprobar mis huesos bucales, noté que estaban creciendo.

Al sentarme suspiré, comprendí que literalmente, Marina me había votado los dientes a puñetazos.

-Estuvimos cerca de morir... Ella es una amenaza y a la menor oportunidad debemos asesinarla...-

Dijo Ídem, rompiendo su silencio.

-Antes de que se te ocurra hacer eso... Yo nos mato a ambos...-

Respondi tajantemente.-

-Ella sigue siendo mi hermanita y la protegeré aunque me cueste la vida...- Continué.-

Al intentar levantarme de la camilla, caí de bruces al suelo, no tenía la fuerza necesaria.

-Tranquilo James... Tuve que usar nuestra fuerza para evitar que murieras... Aunque de echo moriste cinco minutos, creí que esta no la contábamos...- Comentó Ídem.-

-Como así?- Le pregunté.-

-Lo que quiero decir, James... Es que al acelerar tu curación... Cometí un error, ahora mismo estoy desapareciendo gradualmente ... Quizás tengamos un mes o un año.. No lo sé, lo único que sé es que ya no me tendrás como antes a tu disposición, si no descanso yo también me apagaré como la llama de una vela... Lo siento.-

Dijo Ídem, antes de no sentirlo, era como si se hubiese evaporado, pero sabía que allí debería de seguir.

Diez minutos después, apenas manteniendomé en pié, pude ver lo que mi hermana había logrado, unas quinientas almas recorrían los hangares y las improvisadas tiendas dentro de las murallas, por un momento, creí que un pequeño grupo de personas me observaban con desconfianza y sospecha.

Ignoré esas miradas y me dirigí hacia la torre de control, aunque esos ojos me perseguían, incluso sus manos estaban muy cerca de empuñar sus armas.

Aún así no me importó, seguí caminando hacia la torre, subiendo esas decenas de escalones llegué a la puerta, donde frente a ella, Luis estaba sentado en una silla.

No debía ser un genio para notarlo, Él había estado aguardando desde el momento en que Marina se había encerrado allí.

-Como va la espera?- Pregunté.-

-Cuatro días y no ha salido ni a tomar agua...- Respondió, con desánimo mi mejor amigo.-

Cuando yo ya comenzaba a perder la paciencia y la sed de respuestas llegaba a mí, se abrió la puerta.

Marina, con el lado izquierdo de su rostro vendado y con su ojo derecho, rojizo por el llanto, suspiró y dijo.

-Pasen por favor.-

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