Capítulo 30

19.1K 1.7K 1.2K
                                    

Durante toda la noche pude sentir los labios de Ana sobre los míos, en un recuerdo tan vívido que mi corazón latía con la misma fiereza que en ese momento, y mi piel aún podía sentir la calidez de la suya. Era como si ella todavía estuviera frente a mí, y su dulce aroma embriagara mi sentido del olfato.

No podía pensar en otra cosa que no fuera aquél beso y los sentimientos que desembocó en mí. Fue una oleada de calor, nervios y alegría, una felicidad inexplicable que hacía mucho tiempo no experimentaba. Sin embargo, ese estado de bienestar me tenía terriblemente confundido, porque no se suponía que me sintiera así por Ana, ni siquiera estaba seguro de que aquel gesto hubiese sido correcto, pues al final de cuentas yo aún estaba con Tania... ¿o no?

Y si la respuesta para la anterior pregunta era afirmativa, eso significaba que había vuelto realidad la peor de sus pesadillas: la engañé, y no lo hice con una chica cualquiera, sino con aquella a la que tanto temía, y eso me convertía en todas aquellas injurias que gritaba sobre mí cuando estaba molesta. Y no quería ni imaginarme su reacción si se llegase a enterar de lo que pasó con Ana, aunque técnicamente era imponible que lo supiera, pues sólo dos personas éramos testigos de ello, y estaba casi seguro de que la pelirroja no lo recordaría al amanecer entre todos sus recuerdos borrosos.

Aunque, a pesar de creer que aquella caricia era un error, no me arrepentía ni un poco.

Un simple beso había sido el detonante para todas mis dudas, las cuales revoloteaban en mi mente sin cesar, preguntándome qué haría a partir de ese momento, pues aquel hecho cambiaría mi manera de ver mi relación con Tania, ya que ahora existiría un antecedente que ponía a tambalear la estabilidad que creía tener de ella, llenándola de cavilaciones e interrogantes, las cuales no aparentaban tener una respuesta.

Los rostros de ambas chicas anidaban en mi mente en intervalos alternados, mostrándome la opuesta belleza de cada una, pues como lo había dicho en ocasiones anteriores, una era fuego y la otra hielo. Pero no sabía cuál lado me gustaba más y al por el cual debía apostar.

Tania era ideal a su manera. Alocada, divertida, encantadora, responsable, aunque su alegría estaba manchada por la ausencia de sus padres y la soledad que enmarcaba a su descuidado corazón, ensuciándolo con celos y desconfianza consigo misma, lo que la volvía insegura y un poco inestable, pero me gustaba justificar sus acciones creyendo que cualquier humano se vería afectado al vivir en un hogar tan gélido y desprovisto de amor y atención.

Sin embargo, en la contra parte se encontraba Ana... ¿Y cuáles serían las palabras indicadas para describir a alguien como ella? Supongo que ninguna la encuadraría por completo, pues era tan especial que nada parecía ser suficiente para definir su extraordinaria personalidad. Alegre, inteligente, cariñosa, comprensiva, carismática, humilde, pero interesante. Little Darling era compleja a pesar de que mostrara una faceta sencilla y despreocupada, pues sus sentimientos eran los que guiaban su comportamiento, y aquellos no podían comprenderse con facilidad. Y quizás eso era lo que más me gustaba de ella, la pureza de su sentir y la imposibilidad de esconderlos. Ella era real, enteramente.

Las definía como polos opuestos, pero ambas chicas eran grandiosas, con cualidades similares, pero muy diferentes entre sí.

Ese cuadro de confusión y reflexión fue interrumpido por el sonido de mi celular anunciando una nueva notificación, y en la pantalla apareció un mensaje con el nombre de Tania. Me erguí de golpe sobre la cama, sintiendo una opresión en las costillas. Era la primera vez que tenía noticias de ellas desde el jueves en la mañana, tres días antes, cuando la dejé en la escuela detrás de la estela que dejamos Little Darling y yo.

Abrí el texto, el cual era corto y sencillo, pero su contenido causó un vuelco en mi estómago:

»Estoy afuera de tu casa, ¿puedes salir un momento?

Para la chica que siempre me amóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora