BAD BYE │KOOKV。o○.｡o○.

II

Disculpa

Encerrado en su habitación, JungKook se distrae al tocar la batería electrónica y no repara en primera instancia en que alguien golpea su puerta hasta que, sin más remedio, el empleado debe ingresar en la habitación.

— Señor JungKook, disculpe.

El menor frunce el ceño y, quieto en su lugar, espera a que el anciano hable.

— Lo están esperando para cenar.

— ¿Cena familiar? —sonríe, divertido por la situación y se dispone a bajar.

Viendo que aún todos visten los trajes que utilizaron horas antes en el funeral, JungKook se siente ajeno al llevar una sudadera blanca. Por supuesto, su padre es el primero quien lo observa con desaprobación, a pesar de que JungKook sonríe de medio lado, casi burlándose de verlo ahí, sentado en el sitio que antes ocupaba su abuelo.

— Decidieron bastante pronto quién será el reemplazo del abuelo.

Escucharlo no los escandaliza, como si estuviesen acostumbrados a las faltas de respeto del menor, así es que sólo lo ignoran y comienzan a cenar. A ratos, JungKook observa a su primo, sentado frente a él, y recuerda la última vez que se vieron, cuando TaeHyung no reparó en su presencia y se entregó al cálido beso que, en ese entonces, le dio quien era su mejor amigo.

— ¿Sigues viendo a YoonGi?

TaeHyung no levanta la mirada, sólo lo ignora y continúa comiendo. Sabía que en cualquier momento JungKook le sacaría ello en cara, pues presintió que, cuando se fue al extranjero y su primo dejó de responder a sus mensajes, se debió a que estaba dolido por no haberle revelado la verdad, sobre todo en esos años en que supuestamente se contaban todo.

— Menos mal el abuelo nunca se enteró de tus amoríos.

— JungKook, ¿de qué estás hablando? —interviene su padre al ver que su sobrino parece incómodo, incluso, mordiéndose el labio inferior, TaeHyung ha dejado de comer y espera ansioso a salir de ahí.

— Vamos..., ¿cómo no se han dado cuenta? —sonríe JungKook— TaeHyung tiene veintitrés años y todavía no le conocemos alguna novia.

— Si te refieres a la orientación sexual de mi hijo, pues sí, estamos todos enterados y, si vuelves a querer hacer burla de ello, pues entonces será mejor que con Tae busquemos otro lugar en el que vivir.

— Tío... —tiembla JungKook, contrariado a que su ataque se haya vuelto en su contra—, lo lamento.

Por primera vez en años, el padre y la madre de JungKook se deleitan ante las palabras que pensaron que ya no estaban dentro del vocabulario de su hijo. Están fascinados y, así, procuran calmar la situación y piden que vuelvan a comer, que todo está bien.

No, las cosas no están bien. JungKook come, pero no sabe por qué no siente los sabores, sino que, humillado, no entiende por qué quiso molestar a su primo con algo que ocurrió hace tanto tiempo. Incluso, se pregunta el por qué quiso molestarlo con que es homosexual, cuando en realidad el mejor amigo de su novia lo es. No lo entiende y, levantando la mirada, se encuentra con aquellos ojos que lo miran con dolor y no sabe cómo escapar de ellos.