Capítulo 22

2.4K 120 23
                                    


Narra Ana

Miriam y yo nos despertamos por el sonido del despertador. La gallega seguía abrazada a mí y cuando escuchó el pitidito, se acurrucó más a mí e hizo un sonidito adorable para quejarse. Sonreí tontamente y acaricié su espalda despacio.

La respiración de Miriam chocando contra mi cuello y la sonrisa que sentí sobre mi piel hizo que se me erizara la piel. Joder, cómo me hubiera gustado que se repitieran más momentos como ese.

Estuvimos un rato más abrazadas, ella en ropa interior y yo con la camiseta de su pijama que le había robado. Decidí despertarla a base de cosquillas, ya que sabía que era la única forma de hacerlo.

En cuanto coloqué mis dedos en sus costados, Miriam se separó de mí rápidamente y atrapó mis muñecas, intentando que parase, sin embargo me puse encima de ella, colocando mis piernas a cada lado de su cadera, y conseguí hacer que Miriam perdiera y tuviese que dejarse hacer cosquillas.

-Ana, Ana, no, para, por favor. - rió. - En serio, no puedo más.

Yo la miraba sonriendo tontamente mientras seguía acariciando su piel desnuda suavemente. Estaba tan absorta escuchando su risa, que no me di cuenta de que Miriam atrapó mi cadera con sus manos y dio la vuelta a nuestros cuerpos, dejándome bajo ella.

Entrelazó nuestras manos y me las subió por encima de mi cabeza. No podía parar de mirar cómo acercaba su rostro al mío y cerré mis ojos al sentir sus labios sobre los míos.

Me besó lentamente, haciendo que se me quedara grabado cada segundo que nuestros labios estaban unidos. Gemí al sentir sus labios en mi cuello mientras bajaba sus manos por mis brazos y las colaba por debajo de la camiseta.

Mi piel se erizó y arqueé mi espalda para que nuestras caderas se pegaran. Miriam subió sus labios poco a poco, acariciando mi mandíbula y volviendo a unir nuestros labios en un beso apasionado.

-Te quiero. - susurró contra mi boca.

-Te amo. - dije mirándola a sus ojos color chocolate y besándola de nuevo.

Miriam sonrió en el beso y enmarqué sus cara con mis manos. Nos separamos lentamente del beso, con nuestras mejillas algo sonrojadas y la respiración agitada. Acaricié sus mejillas con mis pulgares. Ella sonrió tiernamente y cerró sus ojitos. Joder, que guapa era...

Me quedé mirando sus perfectos rasgos mientras seguía acariciando sus mejillas suavemente, hasta que escuché cómo Miriam hizo un pequeño ronroneo. Abrí los ojos y no pude evitar reírme bajito.

Miriam abrió sus ojos lentamente al escuchar mi risa y me miró con una ceja levantada.

-¿Qué te pasa ahora? ¿De qué te ries?

-Has ronroneado, - sonreí. - como un gatito.

Miriam abrió los ojos y sus mejillas se pusieron algo coloradas, sin embargo se hizo la tonta.

-No sé de qué me estás hablando.

Reí, era tontísima.

-Anda, amor, que te he escuchado perfectamente. Pero que no pasa nada, era muy adorable.

Miriam rodó los ojos, aunque luego me miró con una sonrisa.

-Me ha salido solo.

-Eso es que te gusto mucho.

Sentimientos Encontrados | WariamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora