Narra Miriam-¿Qué? Espera, ¿cómo que te vas? - pregunté atónita.
-Sí, Miriam... Me voy a Tenerife.
-Pero, ¿por qué? ¿Qué ha pasado?
Ana se mordió el labio inferior y me miró con lágrimas en los ojos. La miré preocupada.
-¿He hecho algo yo, Ana?
-No, amor... No es culpa tuya... Es...
Pero antes de que me dijera nada, me abrazó con fuerza, escondiendo su cabeza en mi cuello y rompiendo a llorar.
Rodeé su espalda con mis brazos y la apreté contra mí con fuerza.
No me podía creer que siempre nos pasara lo mismo. Que siempre que estábamos genial, todo se estropeaba.
Escuché los sollozos de Ana y cogí su cara entre mis manos con cuidado. Le sequé las lágrimas con mis pulgares y la besé con dulzura.
-Ana... Cuéntame qué ha pasado para que te tengas que ir...
-Es mi madre... - dijo con dificultad. - Está ingresada en el hospital. Le han detectado una enfermedad y está muy grave... Tengo que ir, lo siento.
Abrí los ojos cuando la escuché y viendo cómo estaba a punto de derrumbarse de nuevo.
-Ey, ey, Ana. No sientas nada, ¿vale? Claro que tienes que ir, es tu madre. No te preocupes por mí, en serio.
-Pero Miriam... Estamos super bien y ahora...
-No pasa nada, Ana. Lo importante es la salud de tu madre. Ve, ¿vale?
-Pero, es que Miriam, me siento tan mal...
No la dejé continuar porque la callé con un beso. Yo tampoco quería que la canaria se fuese, pero entendía perfectamente que se volviera a Tenerife por su madre.
Nos separamos despacio. Había intentado que hubiera sido un bonito momento para recordar y querer vivirlo de nuevo siempre, pero al final había sido uno que a ninguna de las dos nos gustaría volver a revivir.
-¿Cuándo te irás? - pregunté.
-No sé... Creo que el finde que viene, antes tengo que hacer los exámenes, aunque me gustaría ir antes por si mi madre...
La miré con pena. Me dolía volver a tener que separarnos, pero haría lo posible por ir a visitarla algún día. Seguramente Ana me necesitaría muchísimo durante todos esos días y yo iba a estar allí para apoyarla e intentar sacarla una sonrisa.
-Te voy a echar mucho de menos, amor.
-Y yo a ti, no sabes cuánto. - dije abrazándola. - De todas formas no me voy a separar de ti en toda la semana.
Ana rió y me dio un beso. La miré y sonreí. Jamás querría separarme de la canaria.
-Estaré siempre ahí para lo que necesites, lo sabes, ¿no?
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Sentimientos Encontrados | Wariam
RomanceDespués de que Ana pasara un mal año: sus padres se divorciaran, se enterara de que su novio le había engañado con otra, repetir curso... Decidió que no aguantaba más allí, en Canarias y se mudó con su primo Agoney a Barcelona. Pensó que le vendría...