Capítulo 18

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Narra Ana

Nos separamos jadeantes después de que nuestros labios hubieran estado unidos durante unos segundos. Sonreí. Joder, qué nos habíamos besado y quería volver a hacerlo, asi que volví a unir nuestros labios, dándole un beso fugaz. La leona sonrió en medio del beso y bajó sus manos a mi cadera, haciendo que pegara su cuerpo al mío.

-No me has contestado a la pregunta. - dije con una sonrisa y pasando mis manos por su nuca.

-¿No te ha valido con el beso? - dijo acercando sus labios a los míos.

-No, quiero oírlo de tu boca.

-Estoy enamorada de ti, - susurró contra mi boca. - pero como amiga. - dijo guiñando un ojo.

-Te quiero, pero como amiga también. - dije siguiéndole el juego.

Miriam me besó intensamente, sin esperármelo. Me separé y la miré con una ceja levantada.

-¿Qué pasa? - dijo asustada.

-¿Desde cuándo se besa así a una amiga?

-Desde que esa amiga se llama Ana Guerra y tiene enamorada perdida a una chica llamada Miriam Rodríguez que, casualmente, somos tú y yo.

Reí y la empujé por los hombros para que se sentara en el borde de la cama. Me senté sobre su regazo y la besé apasionadamente, colando mi lengua en el interior de su boca. Miriam agarró mi cintura y me pegó a su cuerpo. Bajé mis manos por su cuerpo y le comencé a desabrochar los botones de su chaqueta.

Tiré su chaqueta al suelo y acaricié su abdomen con mis manos antes de volver a besarla. Miriam gimió sobre mi boca y aproveché para morder su labio inferior. Bajé mi boca a su cuello y se lo besé delicadamente. Empezé a juguetear un poco con las tiras de su bralette negro, haciendo el amago de quitárselo.

Miriam sonrió y atrapó mis muñecas con sus manos. Las levantó por encima de mi cabeza y giró nuestros cuerpos para tumbarme delicadamente sobre la cama. Al instante, ella se puso encima mía, colocando sus piernas a cada lado de mi cadera. La miré de arriba abajo  comiéndola con la mirada, antes de que ella bajara su cabeza a mi cuello y comenzara a dejarme una serie de besos, intercalando algunos pequeños mordiscos.

Gemí y arqueé mi espalada para que nuestros cuerpos se pegaran más. Las manos de Miriam soltaron mis muñecas y se deslizaron suavemente hasta los tirantes de mi vestido. Dejó de besar mi cuello y me miró con una sonrisa y con un brillo en sus ojos.

-Te quiero. - susurró antes de besarme delicadamente y bajarme el vestido poco a poco.

Mi piel se erizó cuando noté las manos de Miriam acariciándome y deshaciéndose de mi vestido lentamente. Además, Miriam acompañaba sus caricias junto con sus labios, besándome cada centímetro de piel que recorría el vestido y sus dedos.

Gemí y levanté mi cadera para que Miriam me pudiera quitar el vestido fácilmente. Cuando mi vestido se encontraba tirado en el suelo, y estaba solo con mi conjunto de lencería blanco, Miriam me miró y sonrió. Acarició mis piernas y después subió sus manos por mi abdomen. Me estaba volviendo loca con sus caricias. Se inclinó sobre mí y me dio un dulce beso en los labios. Después volvió a comerme con la mirada.

Sentimientos Encontrados | WariamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora