Capítulo 7

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Narra Ana

Mimi se había ido un rato con sus amigos. Yo me quedé con Aitana, Nerea y Amaia bailando. La música era muy marchosa, por lo que siempre teníamos ganas de bailar. De repente, sentí una mano en mi hombro. Giré mi cabeza y me sorprendí al ver a Miriam allí.

-Hola, canaria. - susurró en mi oído, haciendo que mi piel se pusiera de gallina. - Hola, chicas. - dijo después más alegremente. - ¿Os lo estáis pasando bien?

-Ay, sí. Gracias, Miriam por preocuparte. Por cierto, vas muy guapa. - dijo Amaia.

Miriam rió y pasó su mano por el brazo de Amaia en un gesto cariñoso.

-Gracias, Amaia. Tú también vas muy guapa.

-No, en serio. Desde que estás con Ana estás como mucho más guapa. Te sienta bien el estar enamorada.

Todas abrimos los ojos al oír a Amaia. La chica de Pamplona nos miró asustada, como si acababa de decir algo que no debería de haberlo dichi.

-Creo que te estás equivocando, Amaia... - dije algo nerviosa. - Miriam no está enamorada de mí.

Me dolió decirlo, pero era verdad. Ella no me quería, tan solo le gustaba provocarme y yo le seguía el juego, nada más.

-Ah, pensé que sí... Es que como a ti te gust...

Abrí los ojos y Aitana le tapó la boca a Amaia en el momento justo. La miré y le di las gracias a través de mi mirada. Cuando Aitana estuvo segura de que su amiga no iba a decir nada más, le destapó la boca. Miriam nos miró extrañada, menos mal, no se olía nada.

-Bueno, ¿qué quieres, prima? - le preguntó Aitana.

-¿Os importa que me lleve a Ana un momentito?

La miré con los ojos abiertos y después miré a las demás, que me miraban con una sonrisa pícara. Negué disimuladamente con mi cabeza, pero ellas me ignoraron y miraron a Miriam.

-Claro, sin problema. - dijo Nerea.

-Genial, gracias. Vámonos, canaria.

Miriam me cogió del brazo y nos alejamos. Giré mi cabeza y vi a las chicas moviendo su mano mientras reían. ¡Las mataba!

-¡Sois super novias! - gritó Amaia de repente.

Abrí los ojos y me puse colorada. Miriam tan solo arrugó su nariz y echó a reír. Nos alejamos un poco de las demás y nos quedamos en un lugar apartado, pero donde se escuchaba perfectamente la música.

-¿Por qué me querías? - pregunté.

-Quiero bailar contigo.

-¿Qué? ¿Bailar?

-Sí, ¿qué pasa?

-¿Estás segura?

Miriam rodó sus ojos y clavó su mirada en mí. Asintió con un rostro serio y tragué saliva. Se acercó a mí y colocó una mano en mi cadera, acercando su boca a mi oído.

Sentimientos Encontrados | WariamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora