Narra MiriamCon la maleta abierta, encima de mi cama, y yo con una simple camiseta blanca y larga tapando mi cuerpo y mi pelo recogido en un moño informal, me disponía a acabar de preparar la maleta para mi viaje con Ana a su ciudad natal.
Ya habían pasado unos cuantos días desde que Ana me preguntó de ir con ella a Tenerife. Al principio me negué, no estaba del todo segura de ir hasta allí en avión, además que Ana sabía el miedo que tenía de volar, pero me acabó convenciendo con su carita de pena.
Era muy tarde y mañana por la mañana salía nuestro avión, asi que me tenía que levantar muy temprano, cosa que no me agradaba demasiado.
Coloqué las últimas prendas en la maleta y me dispuse a cerrarla cuando de repente escuché la puerta de mi habitación abrirse. No me giré, sabía de sobra que era mi madre.
-¿Qué quieres, mamá? - dije sin girarme y cerrando la maleta. - Sabes que mañana sale el avión muy pronto y tengo que dormir, ¿no?
Me giré y me sorprendí al ver a la canaria allí plantada, apoyada en el marco de la puerta y mirándome mientras se mordía ligeramente el labio inferior.
-¿Ana? ¿Qué haces aquí? ¿Cómo has entrado?
Ana sonrió y se acercó a mí. Pasó un rebelde mechón de pelo, que se había escapado de mi moño, por detrás de mi oreja y me dio un dulce beso en la mejilla.
-Hola a ti también, amor. - susurró en mi oreja.
Sonreí y atrapé sus labios con los míos.
-Te quiero. - dije una vez que nos separamos. Cogí sus manos y la miré de abajo a arriba. - Pero, en serio, Ana, ¿qué haces aquí?
-Pues he venido a verte.
-¿A estas horas? - dije sorprendida. - ¿Pero estás loca? No sé si te acuerdas, pero mañana tenemos un vuelo.
Ana levantó una de sus cejas y poniéndose de puntillas para mirar por detrás de mi espalda.
-¿Lo dices tú? ¿La que todavía no tenía ni hecha la maleta?
Abrí los ojos y pasé una mano por mi nuca, sonrojándome.
-A ver, soy así. Hago la maleta justo el día de antes. - sonreí.
Ana rodó los ojos y hechó a reír.
-Estás muy nerviosa, ¿verdad?
-Un poco, ya sabes que no soy muy fan de volar en avión...
Ana colocó sus manos en mi cadera y me besó la punta de la nariz.
-Ya lo sé, amor. Pero te aseguro que voy a hacer todo lo posible por que te olvides de que vas a estar en un avión.
-¿Ah sí? - dije divertida y pasando mis brazos alrededor de su cuello. - ¿Y qué vas a hacer?
-Dormir contigo. - sonreí divertida. - ¡Miriam! Es en serio, solo vamos a dormir.
-Anda, Ana, ¿pero no me ves que solo tengo esta camiseta puesta? - dije apartándome de ella y dando una vuelta sobre mí misma. - ¿En serio te vas a quedar con las ganas?
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Sentimientos Encontrados | Wariam
Roman d'amourDespués de que Ana pasara un mal año: sus padres se divorciaran, se enterara de que su novio le había engañado con otra, repetir curso... Decidió que no aguantaba más allí, en Canarias y se mudó con su primo Agoney a Barcelona. Pensó que le vendría...