Día tras día el clima se fue templando, dejando ver el frondoso verde de los árboles y las majestuosas flores que renacían por doquier. Ya no necesitaban campera, y tuvieron que optar por finas remeras de algodón.
El verano estaba cerca, y se podía palpar en el ambiente, en la humedad asfixiante y en la piel rojiza de la gente. Los días eran más largos, y las noches más cortas, pero eso no era impedimento para seguir trabajando. Habían vaciado la casa de un juez que estaba de viaje, y Carlitos sustrajo varios libros del lugar, lo cual desconcertó a Ramón.
-La semana que viene es el cumpleaños de Renato – le dijo.
Ramón sintió que la paz que tanto tiempo les había costado reconstruir se veía amenazada nuevamente. Hacía meses que no veía al chico, desde su pequeño encuentro en el cuartito de limpieza.
Él y Carlitos se sinceraron, se prometieron una relación exclusiva, sin terceros, y lo habían podido cumplir, aunque sabía que ese pendejo se las ingeniaba para verse con Renato, aun así no desconfiaba de él.
Por su parte, había hecho un gran esfuerzo por no volver a verlo, por no pensar en él, y por no buscarlo, pero sabía que no podría evitarlo por siempre, porque la amistad entre ambos chicos continuaba.
Un llamado telefónico les anunció dos noticias, una era que ambos estaban invitados a una súper fiesta para celebrar los 18 años del chico, y la segunda era que se había puesto de novio con un compañero que había conocido en los cursillos previos a comenzar la facultad. A Ramón no le cayó bien ninguna de las dos noticias.
Las noches de diciembre eran cálidas y pintorescas, ya que la mayoría de las casas y barrios estaban decoradas con parpadeantes luces de colores anunciando la navidad que se avecinaba.
El cumpleaños de Renato era en un lugar que se hacía llamar "El refugio", estaba casi oculto a la vista de la gente... de la gente heterosexual. Era un bar para homosexuales que estaba escondido detrás de otro bar. Ellos debían quedarse en el bar que daba al frente, disimular un poco y luego ir al baño de hombres, allí encontrarían una puerta de servicio que les daba acceso al lugar.
Tuvo que agarrar a Carlitos de la mano cuando entraron, no solo estaba lleno de hombres muy atractivos, sino que la música fuerte y las luces de colores lo hicieron sentir mareados.
Cuando lo vio su corazón empezó a latir fuerte. Tenía una sonrisa hermosa y enorme en su cara, y se había dejado el pelo un poco más largo, haciéndolo parecer más grande.
-¡Deja de apretarme! – le dijo Carlitos.
-Perdón, es que estoy medio incomodo.
-Ramón, acá vamos a poder ser más libres que nunca.
Lo miro, y tuvo que darle la razón, echo un vistazo y pudo ver a hombres besándose, bailando, caminando de la mano, o simplemente hablando. Quería hacer todo eso con Carlitos.
Renato se acercó a ellos, y tuvo que apartar la mirada. Le dio un largo abrazo a Carlitos, y a él lo saludo con un rápido beso en la mejilla. Venía acompañado por un chico, era bastante bajito, de piel clara, cabello oscuro enrulado y hermosos ojos con tonalidad verdosa. Se parecía a él.
-Este es Gabriel – les dijo.
Lo saludaron amablemente y luego se fueron a recibir a otros invitados.
-Se parece a vos – le comentó Carlitos.
-¿Sos loco?, nada que ver.
Se pusieron a bailar un poco en el medio de la pista, a Ramón no le gustaba la música que estaban pasando, pero poder bailar con Carlitos afuera de las paredes de la habitación lo hacían sentir relajado y feliz. Podía abrazarlo y besarlo que nadie los miraba o los juzgaba. Eran realmente libres.

YOU ARE READING
PENDEJO /El ángel/
FanfictionCarlitos siempre puede volverse un poco mas psicópata. Ramón lo sabe, y así le gusta.