Resaca Y Arrepentimiento

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"Buen día" dijo el señor Myoui a Sana cuando vio que esta bajaba por las gradas hasta llegar al primer piso.
"¿Eh? Ah, buen día, creo" sentía su garganta seca, probablemente por haber fumado el día anterior, o por la discusión que se había formado a escasas horas de que amaneciera.

"¿Gustas de café?" El hombre se servía un poco mientras miraba fijamente a la joven que se veía fatal.
"Claro" Sana tomó una taza y se la extendió para que le sirviera.
"Sabes, dicen que el café es bueno para la resaca" Diablos, el señor Myoui en verdad era observador, pero se había equivocado. Probablemente la única que permaneció sobria desde el viaje fue Sana.

"Se equivoca de persona, yo no tomé" El hombre solo la miraba divertido.
"¿Hay alguien más que sí lo hizo?" Ahora el rostro de aquel era más cuestionable, claro, había olvidado que era el papá de Mina después de todo.

"N-no. Solo digo que no he sido yo. Pero aún quiero el café" solo le sonrió y le extendió la taza caliente llena de un café que por su olor podía deducirse que era muy bueno.

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Tzuyu recién se estaba despertando. En la noche, al llegar, quería esperar a hablar con Sana, pero cayó dormida sin darse cuenta, y su sueño fue muy pesado. Abrió los ojos y se estiró, tocando accidentalmente el cabello de quien creía que estaba ahí. Apenas si se lograba ver su cabeza desde atrás; las sábanas la cubrían casi por completo. A la menor se le hizo tierno y en un impulso abrazó a la otra por detrás. Aunque sentía un olor extraño: alcohol, pensó. Pero sabía que Sana no había bebido, o al menos no cuando estuvo con ella.

"Sana..." susurró casi cerca de su oreja.
"Sana... Oye. Hay que bajar" acariciaba suavemente su cabello. Esa habitación al ser la más alejada, era la única que no poseía ventanales tan grandes como las otras, ni una terraza. La oscuridad por las cortinas no les permitía saber de quién se trataba. Tzuyu tomó delicadamente el rostro de quien se encontraba a su lado.
"¿cómo puede seguir durmiendo?" pensó. Su única solución momentánea fue un beso. Se sonrojó por la idea pero, ¿qué más daba? No sería el primero. Y sentía que Sana se lo debía, habían demasiadas cosas de las que sentía que tenían que hablar y aún así Sana prefería mantener su distancia con ella cuando realizaba ese tipo de acciones.

Sin pensarlo mucho plantó un suave beso en sus labios, el cual rápidamente fue correspondido. Un beso que en un inicio fue suave, en un momento incrementó y logró que Tzuyu diera paso a su lengua. Un poco raro, pues para nada esperaba que eso pasara, pero con gusto fue aceptado, al menos hasta que hizo falta el aire en ambas.
"Cha-Chae... Ah" ambas mantenían sus ojos cerrados. Pero Tzuyu se asustó al escuchar ese nombre.
"¡Ah! ¡Qué diablos!" saltó de la cama y corrió rápido a las cortinas para dejar ver a una increíblemente sonrojada Mina.
"¿Mina? Oh por dios... No me digas que..." Tzuyu estaba incrédula. Había besado a su amiga. No, lo peor es que había sido capaz de confundir a la japonesa que le gustaba por la falta de luz.
"¿qué carajos te pasa? ¡No puede ser!" Mina estaba en shock.
"Y-yo c-creía... Creí que eras Sana, ¿de acuerdo?"
"¿y se supone que me sienta mejor con eso?... Además, un momento, ¿cómo que ibas a besar a Sana?" había metido la pata al tratar de excusarse con Mina, lo sabía. Pero no iba a dejar que ella fuese la única perjudicada.
" Y tú, ¿por qué dijiste Chae cuando nos besabamos?" las dos no podían estar más jodidas.

"¡Yah! ¿Sabes qué? Nada de esto pasó. Sí, nada de nada. A nadie. Nunca" definitivamente Mina no pensaba seguir con la conversación.
"bien. No podría estar más de acuerdo. Pero dime algo" ambas ya estaban más que despiertas.
"Mientras no sea sobre los últimos diez minutos... "
"¿Qué hacías en esta habitación?" Tzuyu pensaba en por qué Sana no había querido dormir con ella. O en la misma habitación.
"Jamás mezcles alcohol con sentimientos, Tzu. No sale nada bueno de eso" dicho eso se levantó y salió del cuarto. No tenía ganas de comer por lo de la noche pero aún así debían bajar. No se podría permitir que sus padres se enteraran que no fueron precisamente a bailar en esa fiesta.

Cuando ambas bajaron el desayuno aún no había sido servido. Pero las otras ya lo esperaban. Todo era un ambiente de lo más incómodo. Momo y Nayeon habían decidido sentarse lo más lejos posible de la otra. Chaeyoung no tenía el valor de ver a Mina a la cara, y Mina, para, según ella evitar sospechas, tampoco tenía intenciones de verla. Claro que no se podía dar el mismo lujo al ver que el único otro lugar disponible era junto a Sana; a quien en su nublada vista por el alcohol, anoche casi tira por la terraza debido a la furia que tantos sentimientos se guardaran en ella.

"Buenos días, mis niñas. Hoy sí que es un alegre día, ¿no es verdad?" la madre de Mina no podía estar más equivocada sobre algo ese día. A ninguna le agradaba el hecho de que después de la fiesta, todo se pusiera tenso.
"Mamá, ya no tengo hambre. Si me disculpan..." Mina salió del comedor y de inmediato se fue al jardín. Era tan grande después de los naranjales que cualquiera que no conociera se podría perder.

"¿Y ahora qué le pasa?" la señora estaba confundida, y no ayudó mucho que su esposo se limitara a elevar sus hombros en señal de respuesta.
"Sana, Tzuyu, ¿quieren ir a buscarla?" Tzuyu asintió y antes de que Sana pudiese terminar su pan la levantó de la mesa para ir a, según la señora, buscar a Mina. Y de hecho la menor sí lo iba a hacer, pero antes debía hablar con Sana. Tenía muchas cosas que preguntarle.

"No puedo volver a ser como antes. Ya no"

Our Last Vacations [Satzu] 🔶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora