Si tan solo yo no fuese a dañarte

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"¿Me dirás de qué se trata todo esto?" decía Sana mientras se dejaba ser arrastrada por Tzuyu, quien no soltaba su muñeca. Ambas caminaban en lo extenso del jardín del lado de los naranjos, aunque era Tzuyu quien tomaba fuertemente la mano de su mayor mientras se adentraban más buscando a Mina. Pero lo que en realidad buscaba era la verdad, eso pensaba. En qué diablos quería Sana, en por qué jugaba con ella y por qué eso hacía que la desease más.

"Bien" por fin, de manera seca paró y soltó su mano. La muñeca de Sana estaba roja por la fuerza, sin embargo, ella no se quejó. No sabía por qué, pero la verdad no tenía intenciones de detener a Tzuyu en nada.

"¿Qué rayos quieres de mí?" la cara de Tzuyu era un enigma, se veía seria, pero a la vez muy roja. Sana simplemente decidió jugar un poco mientras pensaba en qué hacer pues cada que sentía un avance en su plan, Tzuyu se lo arruinaba tomándola desprevenida.

"No tengo idea de qué hablas, Zhou" se acercó un poco más hacia ella.
"Si es por lo del beso en la fiesta, es solo una forma fácil para los principiantes de fumar un poco. No creas que quería ofenderte ni nada, tal vez tú no estés acostumbrada a eso, pero creeme que no significó nada" dicho eso se alejó y puso su vista a un columpio de madera en un árbol mucho más grande que los otros.

Sentada en él aún podía sentir a Tzuyu cerca, y su mirada se posaba en ella, por lo que comenzó a mecerse.
Tzuyu comenzaba a perder la paciencia con la mayor, ¿cómo era posible que dijera eso?

"¿Entonces solo fue un juego?" no hubo respuesta, pero Sana comenzaba a mecerse más fuerte. El poco aguante de Tzuyu hacia Sana ya era demasiado y se acercó, esperó el momento justo y tomó los lazos de los que colgaba el columpio para frenarla. Como Tzuyu era alta y Sana seguía sentada, la mayor tuvo que dirigir su cuello totalmente hacia arriba para poder ver la cara molesta de Tzuyu.

"¿Fue un juego?" preguntó. Esta vez, sí o sí debía recibir una respuesta.
"¿Tú qué crees?" no era lo que estaba esperando.
"Creo que solo disfrutas de provocarme" dijo Tzuyu.
"No te equivocas en eso. Pero no haré nada. Dije que no era mi intención ofenderte" Sana pensó que tal vez era buen momento de hacer un movimiento más en su plan y besarla, pero esta vez sin excusas de cigarros baratos y culpar a la nicotina.

"Nunca me ofenderías, Sana. Nunca me he sentido así por nadie, tú eres la única a la que he podido ver y lo único en lo que he podido pensar desde que vine. Por supuesto que no me ofendiste, nunca podrías"

"Si tan solo yo no fuese a dañarte, yo también creería tus palabras"

"¿Nunca?" preguntó con una mirada profunda. Esta vez, Sana estiró su mano y la llevó al cuello de Tzuyu, haciendo que su rostro estuviera a escasos centímetros del contrario.

Sus caras estaban en posiciones contrarias, pero eso no impidió para nada su beso. Solo que esta vez, no fue un beso ahogado, sino uno simple, que no duró más de dos segundos. Aún así, para Sana era el avance perfecto para su plan; mientras que para Tzuyu, era un avance perfecto para descubrir los sentimientos de Sana hacia ella, y los suyos hacia Sana. Saber si aquello era solo un típico gusto pasajero de verano, o tal vez algo... Más.

En la mente de Sana algo estaba mal, sentía que algo la seguía deteniendo. Si hubiese sido cualquier otra persona, ya hubiese acabado al menos esa parte de su plan, ya habría estado en la cama con ella, y sabría cómo romper su corazón. Pero no podía, no sabía qué era aquello que la hacía detenerse ni que hacía que Tzuyu frustrara tan fácil sus ideas.

Pero a pesar de eso, sonrió de forma inconsciente. Por eso su beso terminó tan rápido. No había entendido qué hizo hasta que Tzuyu le sonrió de vuelta.
"Debemos buscar a Mina, tal vez no se pierda, pero nosotras sí" agradecía que Tzuyu hubiese dicho eso, y que no siguiera confundiéndose por la idea de realmente haber disfrutado eso. Porque normalmente no lo hacía, Sana no disfrutaba de cosas románticas, ni de cursilerias. Le parecía patético ver a las personas así, pues en su mente era totalmente falso. Algo imposible de vivir si no estás en una película o un libro.

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En la mesa; Momo, Nayeon y Chaeyoung comían de forma tranquila con los señores Myoui. Al terminar, la señora les dijo que avisaran a las demás que viajarían a Roma la siguiente semana, y que podrían ir al lago a divertirse ese día ya que no habían planes.

"¿Roma? ¡Momo! ¡Veremos el coliseo, y los acueductos, y-"
"Sí, sí. Cálmate un poco, amante de lo italiano"
"Creí que tú también lo amabas" dijo con un puchero Chaeyoung.
"amo la comida, y lo relacionado a ella. No entiendo cómo un coliseo y acueductos antiquísimos se relacionan con la pizza o las pastas y el tiramisu" dijo Momo de forma divertida. En realidad se sentía bien al hablar con Chaeyoung, ella le brindaba alegría. Y después de la pelea que tuvo con Nayeon, le hacía falta.

Por otro lado, Nayeon había tomado un viejo libro de la librera de la sala.
Estaba titulado <<el amor inesperado cuando lo estás esperando>> se sintió como una idiota, pues en la vida había visto un título que hubiese descrito mejor cómo sentía sobre Momo en ese momento. Se dirigió a la piscina artesanal que estaba en el patio, justo antes de los primeros naranjos. La sombra aún no se hacía presente pues la hora no lo permitía. Se tumbó en la orilla con una mano dentro de la piscina y la otra sosteniendo el libro contra su pecho. Cerró sus ojos y decidió descansar un par de minutos.

Segundos habían pasado y sintió una sombra cubriendo su rostro. En cuanto abrió los ojos observó a Momo terminar de colgar una toalla en el árbol para cubrirla del Sol.

"Creí que me odiabas" dijo Nayeon, con una cínica sonrisa en su rostro.
"No por eso voy a dejar que te quemes. ¿Estás usando el bloqueador solar?" Nayeon solo negó con la cabeza, lo había llevado, pero le dio mucha pereza ponérselo ella misma, así que solo lo dejó en el suelo cerca de sus zapatos. Momo lo tomó, e hizo la seña para que se sentara. Comenzó a frotar su espalda con sus manos embarradas de bloqueador.

"Perdón por haberte gritado así. Solo me protegías, y yo estaba ebria, quién sabe. De no ser por ti pude haber despertado en medio de una habitación en un motel cuyo nombre no podría pronunciar bien" Momo sentía las palabras que había dicho, no soportaba la idea de estar peleada con Nayeon, para Momo era como un amor platónico. Sabía que era hetero, y, aunque eso le partió el corazón en su momento, ya había superado el hecho de no tener oportunidad con ella. Claro que todas sabían sobre la orientación de Momo, pero nadie más que Sana sabía sobre lo que Nayeon escondía. Al igual que con Chaeyoung, Sana tuvo la mala suerte de conocer esos secretos que las atormentaban, y la obligaron a que permaneciesen como se llaman: secretos. No por ser malos, sino por tener miedo de que los demás pensaran así.

En tan solo unos días las cosas habían dado un giro de 360. Las cosas estaban tensas por donde lo miraran. Y apenas estaban comenzando con esas dichosas vacaciones.

Our Last Vacations [Satzu] 🔶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora