6

1.4K 51 4
                                    

No fue mucho tiempo el que duramos en el avión. Nadie pudo dormir. Todos estábamos nerviosos y aparte las turbulencias eran muy fuertes y pensamos que íbamos a morir. La única que si iba muy rolada* era Roma. Ella iba sentada a mi lado, yo iba en la ventana. De la vista que se perdía esta mujer. Pasaron diez minutos y las turbulencias se dejaron sentir otra vez.
-Roma, despierta. Ya llegamos.
No había respuesta alguna.
-Roma, ya despierta. Solo faltas tú para bajar del avión.
-Si, si. Ya te oí.
Se despertó y nos bajamos del avión. El sol rosaba mi piel. Nosotros pensamos que iba a estar haciendo mucho frío aquí. No, hacía calor. No dudaba que en cualquier momento nevara ni lo descarté de mi lista así que cargué con muchas sudaderas y jeans de mezclilla.
Pasó al rededor de una hora y por fin pude decir que pise tierras americanas.
-¿Dónde queda exactamente los departamentos que alquilamos?- me dice Roma.
-Karina es la que tiene la información exactamente.
Karina es básicamente la administradora de todo. Ella es la más responsable de todo. No toma, no bebe y jamás ha tenido novio. Lo mismo que yo, nada más que yo sí tengo novio. Uno de los propósitos para este viaje es conseguirle un novio a Karina. Al menos alguien que la quiera mucho. Nosotros rentamos unos departamentos que estaban por el paseo de la fama. Cada departamento era para tres personas. Sasha, Ximena y Zara iban a estar en uno y Karina, Roma y yo en otro.
Karina, Ximena, Sasha, Roma, Zara y yo tomamos un Uber para ir al condominio. Yo nunca supe cómo era y dónde quedaba exactamente, lo que sí sé es que gaste mucho dinero así que por lo menos cada habitación tiene que tener su propio baño. Karina me había dicho que tiene en total cuatro habitaciones así que una de esas será de invitados.
Del aeropuerto a la casa se hizo, sin mentir, una hora aproximadamente. El tráfico estaba horrible. Los turistas, como yo y las niñas dominábamos las calles. Eso hacía que el tráfico fuera lento.
-ya llegamos chicas.- dice Karina.
-para ser sincera, luce genial.
El condominio de afuera lucía genial. Cuatro edificios dominaban mi vista, pero no por tanto. Mis ojos se dirigieron a lo que parecía ser una piscina, era hermosa.
-bueno chicas. Vamos a entrar.
Aproximadamente éramos cerca de 30 estudiantes de mi carrera. La universidad nos daba dos opciones. Tú vives por tu propia cuenta en donde tú quieras, sin reglas ni restricciones, siempre y cuando cumplas con los horarios del curso, o, te metes al condominio de la universidad pero era prácticamente un infierno. Tenías horarios establecidos y separaban a hombres de mujeres. Yo no le veía nada malo en eso. Venimos a estudiar, no de vacaciones pero a ver qué pasa.
-Nuestro edificio es el A nivel 5. Departamento de ustedes es el 53 -les dio sus llaves- Son tarjetas. Una para cada quién. Cuidenla porque si se extravía les ha a costar 100 dólares la reposición de esta. Chicas. El de nosotras es el 55. Lo mismo para ustedes. La extravían, 100 dólares.
Yo tomé mi llave y me dirigí al departamento. La habitación más grande definitivamente tenía que ser mía.
-Ni lo creas LUCINA. Vamos a rifar las habitaciones. La que gane se queda con la que tiene jacuzzi en el baño.- me dijo Roma
-Yo solo corría porque quería entrar a la piscina.
-si como no.
Todas juntas nos dirigimos a nuestros nuevos hogares. Abrimos la puerta y una hermosa sala y una cocina decoraban la entrada. Estaba grande y la cocina era amplia. La sala tenía sillones y un sofá cama. Había una televisión plasma grande en la sala.
-Deberíamos de comprar una consola para jugar Just Dance.
-Aqui a unas 5 cuadras hay un Best Buy. Vamos después de instalarnos.- Karina era una persona seria y casi no amaba las consolas ni los videojuegos así que no le gustó mucho la idea.
-Okay chicas. Ina, sé que odias las fiestas y prefieres quedarte encerrada en tu habitación leyendo un libro o viendo alguna película aburrida de esas viejas que odias. O simplemente teniendo pláticas sucias pero inocentes con tu novio. Peeeero quiero que salgamos. Ya les dije a la otras chicas y concuerdan con nosotras.
-Pero yo tengo que ordenar todo. Mis cosas son muchas.
Ella y Karina se voltearon a ver.
-Si aceptas salir te dejamos la habitación grande.
-Okay, acepto.
-Vamos a ir a Santa Mónica.
-¿Hasta allá?- dije sorprendida.
-Es una hora para llegar.
-Pero mañana tenemos que ir a la plática de bienvenida de la universidad.
-Es a las 3 de la tarde. Ina.
-Si Ina. Relájate y ya apúrate para arreglarte.
-No tengo ropa para fiesta en Santa Mónica.
-Yo te presto.
-Roma, no quiero tus faldas que enseñan más piel que de tela.
-Recuerda... Jacuzzi.
-Ash. Está bien. Ya ya.
Teníamos diez minutos dentro del departamento y no me había dado cuenta...
-Después de todo, ¿dónde están las habitaciónes?
-Están abajo.
-¿Abajo?
-Es de dos pisos- dijo Karina. Abajo están nuestras habitaciones. La tuya está aquí. Sígueme.
La seguí. Justo al lado de la televisión había una puerta color café oscuro.
-Entra- me abrió la puerta y entré.
La habitación media el triple a la mía en México. Sin contemplar el baño que aún yo no exploraba. La cama era matrimonial pero había dos sofás camas a los lados. Tenía una televisión plasma también al igual que afuera junto con su consola. El cuarto era color blanco y la cama negra con edredones rojos sangre. Me di vuelta y me dirigí al baño. Era tamaño regular el área del retrete, lo mejor era el jacuzzi que decoraba al fondo.
-¡CHICAS!
-QUEEEEE
-VENGAN A MÍ CUARTO
Los pasos solo se escuchaban resonando por todo el lugar.
-Miren, les presento a Blanco el jacuzzi. Cuando quieran me la piden. Siempre y cuando no esté un hombre implicado en la visita.
-Prefiero que no vayas a la fiesta y hacemos la rifa- dice Karina.
-Muy tarde. Ya tengo mi conjunto listo.
-Dime ¿qué te vas a poner?- dijo Roma sentándose en la cama.
Saque de mi maleta unos jeans negros ajustados con las rodillas rotas, una playera con estampado de Selena Quintanilla para fajarme y unas botas seta con ancho y alto con evillas* doradas.
-tachaaan- dije con sonido de mago.
-vamos a mi maleta mejor.
-me gusta lo que tengo.
-acompáñame y cállate.
Fuimos a su habitación. Era igual a la mía solo que un poco más pequeña y sin jacuzzi. Tomó su maleta y sacó una falda negra junto a un top negro de tirantes.
-Esas botas que traes puestas te quedan muy bien con esto. Póntelo y te arreglas. Alísate el cabello y te espero en la sala en 30 minutos.
-Está bien pero solo dime un cosa. ¿Cómo pretendes que entremos en un lugar de esos si somos menores de edad aquí en Estados Unidos?
-Te recuerdo que para eso es la falda. Aparte, al lugar que vamos a ir no piden identificación para entrar.
-Roma...no quiero perder la beca.
-Relájate. Yo me encargo de todo.
Me dirigí a mi habitación y hice lo que Roma me dijo. La verdad es que este tipo de faldas y blusas no me gustan, me siento desnuda. En cima de todo lo que llevaba me puse un abrigo color negro para lograr tapar un poco de mi piel, aunque en realidad el clima estaba un poco frío. Agarré mi bolso, mi celular y salí.
-¡Karina y Roma! No me gusta esto.
Bajé a sus cuartos y estaban abiertos. Las puertas estaban una frente a la otra entonces era fácil hablar con ellas.
-Dos cosas. La primera, hace mucho frío y esto no me cubre para nada; la segunda es que ustedes aún no están listas y yo necesito estar aquí más tardar a la media noche para mañana lograr levantarme temprano.
-Ina, relájate. Lo que traes puesto se te ve muy bien. Tu figura luce hermosa y aparte, ya era hora de que dejaras salir a relucir estas pequeñas.
Decía Roma mientras me daba una nalgada. María ya se estaba poniendo los zapatos cuando unos pequeños golpecitos sonaron en la puerta.
-¡Voy!- grité desde los cuartos de las niñas.
Subí las escaleras y me dirigí a la puerta. Eran las otras niñas.
-¿Listas para la fiestas?- dice Ximena emocionada y aplaudiendo cual niña.
-Tranquilízate Ximena. Ya te dije que no vas a encontrarte a esos chicos en la calle.
-¿A quienes?- dije mientras cerraba la puerta y caminábamos hacia la sala y nos sentábamos.
-A los chicos de la banda que le gusta a Ximena, la banda de los del año pasado...-Sasha trataba de soñar lo menos inoportuna.
Ya sabía a quién se refería. Definitivamente no me interesaba saber algo sobre ellos. Después de todo la vergüenza que me hicieron pasar. Sonará infantil pero en verdad, aún no lo supero.
-Claro, claro. Bueno. Ximena, tranquilízate. Van a estar en su hotel acostados o yo qué sé. Ni los vas a poder ver.
-Okay, ¿a qué lugar vamos a ir? Roma me había dicho que iremos a Sunset Strip y ya ahí veremos a qué lugar llegamos ¿no?
-La verdad es que no sé. No me ha dicho a dónde vamos a ir y esas cosas.
Ximena solamente estaba muy feliz y entusiasmada.
-Okay. Ya vámonos entonces.- Ximena en verdad estaba muy impaciente
-Pediré el Uber.
-Ina, pide dos, recuerda que no todas cabemos.- dice Karina mientras sube las escaleras. La verdad es que Karina era una niña muy hermosa, solo que casi no se arreglaba pero cuando lo hacía se veía espectacular.
-Que guapa amiga.
Pedimos los dls carros no tardaron más que diez minutos en llegar. Karina, Ximena y yo veníamos en un carro, Sasha, Roma y Zara venían en otro. Tardamos al rededor de una hora en llegar a The Viper Room. Ximena estaba insistiendo a las chicas en llegar ahí así que todas accedieron. Ese lugar era famoso ya que Jhonny Deep había sido propietario pero aun así yo no le encuentro algo extraordinario. Le pagamos al conductor y vaya sorpresa. Había demasiada gente formada para entrar.
-Chicas, mejor vayámonos de aquí. Hay demasiada gente.- sugerí de una manera tranquila a lo que contestaron que no- ¿qué piensan hacer entonces?
-Esperar.
Pasaron al rededor de treinta minutos y demasiada gente estaba entrando. Y nosotras seguíamos en el mismo lugar. Me empecé a desesperar así que me dirigí con la persona de seguridad que estaba en la entrada y le empecé a gritar demasiadas cosas. Todo iba bien hasta que vi su cara de conjunción. ¡Genial! No habla español. Roma vino, me tomó del brazo y me llevo con las niñas.
-¿Estas acaso mal de la cabeza? Ahora no nos dejaran entras porque tú le gritaste y peor aún, lo hiciste en español. Somos menores de edad Ina. Nos cachan y nos meten a migración y nos deportan. ¿Acaso quieres eso?
Me quedé callada. Jamás había pensado las cosas de esa manera. No sabía que hacer así que me di media vuelta y corrí hacia la parte trasera del lugar. Respire muchas veces hasta que caí en cuenta de que pude haber hecho que mis amigas y yo estuviéramos en muchos problemas. Me dejé caer en el suelo. Yo normalmente tenía ataques de ansiedad y en este momento estaba teniendo uno.
-¿El novio te cortó?
Inmediatamente me levante y tomé mi bolso.
-Tranquila, no te voy a hacer nada- empezó a reír. Estaba hablando en español pero definitivamente el no era mexicano. Tenía un acento un poco sexy, cubano parecía ser.
Todo el callejón estaba obscuro, así que él se colocó en donde está a la luz y pude ver su rostro. Era Erick, ese chico cuyos ojos bonitos me habían enamorado aquel día.
-Yo a ti te conozco, Erick.
-Si bueno, soy Erick de CNCO. Ven- me tomó la mano- hacia la luz, así te sentirás más segura.
Lo seguí. Estoy en shock. No sé cómo reaccionar ante esta situación. Quería correr con Ximena y decirle que esto había pasado pero a la vez quería quedarme también.
-¿Que haces aqui, linda?
-¿qué haces aquí tú?
-Bueno, digamos que quise salir a tomar aire. Allá adentro es un lugar muy sofocante. ¿Y tú? Dime tu nombre cuando menos.
-Yo no le digo mis nombre a extraños.
-Yo te dije el mío y tampoco te conozco.
-La diferencia aquí, querido, es que tú eres un artista y todo mundo te conoce. Yo solo soy una universitaria que vive en Los Ángeles.
-¿te das cuenta de que me acabas de decir más de tu vida personal de lo que en realidad yo quería saber?
-en mi defensa, tú no puedes hacer mucho con esa información.
-pues mira. Me dices que eres universitaria, eso me dice que tú no tienes la mayoría de edad aquí en los Estados Unidos lo cual es un delito, por cierto. Por tu acento descarto que eres colombiana, cubana, argentina o cualquier otra nacionalidad que no sea Mexicana aunque tal vez ecuatoriana pero no tienes el modito cantado.
La verdad es que ya me había dado miedo así que lo mejor será que me retire.
-Bueno, Erick. Un gusto conocerte pero mis amigas llevan formadas desde hace cuarenta minutos y no quiero dejarlas solas.
-¿Tus amigas? ¿Hay más chicas?
-si. En fin. Gracias.- me di la vuelta y empecé a caminar.
-¡Espera! Dame cinco minutos, solo cinco. Espera con tus amigas afuera.
Asentí y me dirigí a donde ellas estaban. Seguían ahí paradas esperando.
-¿dónde demonios estabas?
-relájate Karina, solo fueron unos minutos.
-¿adónde fuiste?
-a conseguir que nos dejen entrar. Hice un amigo en la parte trasera del lugar y creo que nos dejaran entrar más rápido.
-¿un mesero? Porque de ser así, olvídalo.
-solo esperen.
Y así fue. Esperamos al rededor de diez minutos y el señor de seguridad al cual yo le había gritado nos llamó.
-pasen.
Fue en ese momento cuando me di cuenta de que si hablaba español pero en realidad simplemente o quería dejarnos pasar. Otro chico nos recibió y empezó a caminar, nosotras sólo lo seguíamos.
-¿acaso es ese tu amigo, Ina?
-No Rommy, él no es.
-¿y adonde nos lleva?
-no tengo ni la menor idea. Pero estoy segura de que no moriremos.
Estábamos pasando por toda la multitud. Subimos unas pequeñas escaleras y llegamos a un área en la parte de arriba.
-pasen por aquí.
Pasamos por una pequeña puerta y llegamos. Los cinco chicos que tanto le gustaban a mi amiga estaban ahí sentados.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Chicas. Perdonen que después de todo el desenlace apenas salgan los chicos pero así tiene que ser. Jajaja. Les prometo que a partir de este cap los tendremos más seguido.

"𝑩𝒆𝒔𝒐𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒓𝒐𝒃𝒂𝒏 𝒆𝒍 𝒂𝒍𝒎𝒂" #1 ||Christopher Vélez|| TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora