29

915 30 0
                                    

En toda la mañana Christopher no me había dirigido la palabra. No lograba entender qué había pasado. Se supone que yo debería de estar enojada. él fue el que terminó arruinando todo anoche. Estaba sacando sus cosas del armario, al parecer también se irá, no sé si hoy, pero si pronto. No quería preguntarle ni hablarle porque tenía miedo a que reaccionaria de una manera agresiva.

Esta vez en el departamento solo estábamos yo y él. Joel y Erick estaban en el hotel con Richard recogiendo sus cosas por que hoy partían. Los iba a extrañar mucho. Ximena y Sasha habían ido a comprar ropa y a acompañarlos. Zara, Roma y Karina habían ido a arreglar unas cosas para el próximo mes irse a terminar sus practicas en Nueva York. Ellas habían conseguido entrar en las rondas de prácticas para Vogue, así que tenían que ver lo del departamento y sus gastos. Me ponía triste en verdad el separarme de mis amigas. Aunque ahora tendría una excusa para visitar esa ciudad. Mi sueño frustrado. Terminé de recoger la casa y me senté en el sillón. Por enésima vez puse Orgullo y prejuicio. Christopher seguía empacando sus cosas y cuando vio que puse la película, se sentó a mi lado.

-Si quieres puedo quitarla. Sé que odias las películas de amor.

-No. Está bien. Déjala.

-¿Te pasa algo? -y otra vez, las ganas fueron más fuertes que él orgullo.

-No. Es solo que me apena lo de ayer.

-Ya olvídalo. Miremos la película mejor.

Él colocó su brazo detrás de mi cabeza haciendo que me apoye en su regazo. Logré sentir varias veces que me veía fijamente, lo cual me gustaba. Levanté mi mirada para observarlo a lo que él se rio.

-Te miro porque me encanta la manera en la que tus ojos brillan cuando ves esa película. Aunque no me agrada que te guste Darcy en absoluto.

-Bueno. Si estamos de acuerdo. Te descubrí viéndole los pechos a Elizabeth. Eso no es justo.

-Claro que no. Yo miraba tus pechos. Esos si son hermosos -yo solo reí y me coloqué encima de él con mis piernas a los lados de sus caderas.

-No te creo. Demuéstrame y te creeré -esta Ina salvaje me estaba gustando.

-Te demostraré -me tomó de las piernas y me cargó para recostarme en el sillón. Lo bueno es que es lo bastante amplio para estar en él.

Comenzamos a besarnos salvajemente. Amaba los besos tiernos, pero me fascinan los apasionados. Tomé el dobladillo de su camiseta y se la quité, él hizo lo mismo con la mía mientras nos seguíamos prácticamente comiendo el uno al otro.

-¿Qué te parece si lo hacemos en el suelo. La alfombra es cómoda y es un espacio más grande -me dice con una mirada perversa.

-Yo creo que sí -jamás en mi vida me imagine que iba estar a punto de hacer el amor con alguien en la alfombra de mi casa corriendo el riesgo de que llegaran mis amigos y me encontraran el plena acción.

Una vez estando en el suelo. Yo me quité mis short de seda que traía puesto dejando ver mis bragas de encaje negro que había comprado exclusivamente para él.

-¿Cómo es que nunca te habías puesto esto? -me dice mientras se mordía el labio. Ese ademan de él era uno de los tantos que me volvían loca. Lo tomé de la cara y lo besé mordiéndole el labio.

-Perdona. Tenía unas ganas tremendas de hacerlo.

-Me parece justo -me tomó de mi blusa y me la quitó. Yo normalmente me duermo sin sostén, así que esta vez, no traía. Comenzó a besarme los pechos de una manera lenta pero segura. Tiraba de ellos sin lastimarme tanto pero haciéndome sentir bien. Es de ese tipo de dolor que te molesta pero quieres más siempre. Fue bajando poco a poco hasta llegar a mi sexo. Lo agarré de la cabeza y lo detuve. Aunque siendo sincera y un poco egoísta, prefería tenerlo a él complaciéndome.

"𝑩𝒆𝒔𝒐𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒓𝒐𝒃𝒂𝒏 𝒆𝒍 𝒂𝒍𝒎𝒂" #1 ||Christopher Vélez|| TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora