❝Todas las personas tenemos historia, pero no todas nacimos para ser protagonistas❞
|Sinopsis en el interior|
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SIN EDITAR
Comienza: 10/junio/2017
Termina: 17/mayo/2018
Bienvenidos 💙
Qué raro es actualizar por estos lares, peeero estoy participando en un concurso y en uno de los retos, debía escribir un relato navideño y ya que entré al concurso con esta historia, decidí hacer este extra con mi Carito.
Aprovecho para desearles una navidad muy feliz y un año nuevo lleno de amorsh y de comida que no los engorde. Thyfhanhy Inc. les envía un abrazo virtual a todos.
Espero disfruten este pequeño especial navideño y no se olviden de comentar y/o votar, o al menos de amarme profundamente ♥♥
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El comercio extravagante que nace desde finales de octubre hasta fin de año con motivos navideños ya me tiene con dolor de cabeza.
En años pasados y desde que tengo memoria, ver los alumbrados, las tiendas vendiendo árboles, guirnaldas, renos, Santas y una infinidad de adornos y regalos más, era algo que me emocionaba e incluso sacaba un día específico para ir a ver luces por la ciudad con la madre de Kevin y sus hermanos. A mis padres no les emocionaba mucho, pero a mí sí, y aunque el espíritu navideño no entraba con mucho agrado a mi casa, en mi corazón siempre estuvo presente.
Hasta este año.
Las navidades y sus relacionados suelen verse como sinónimo de alegría, de unión, de amor, de dejar al menos por un par de días los rencores para sentarse alrededor de un árbol en casa, escuchando música y riendo con la familia, sin embargo cuando no se puede compartir nada de eso, la navidad solo se convierte en una apreciación lejana y obligada de la felicidad ajena.
Este año no tengo motivo alguno para celebrar; estoy en una nueva ciudad sin Kevin, acabo de sufrir un colapso amoroso y lo peor de todo, Adam acaba de irse al cielo, ya no tengo ánimo alguno de celebrar o compartir la dicha general que invade a las demás personas.
De hecho, ver el ambiente navideño me trae más bien nostalgia de lo que era mi vida trescientos sesenta y cinco días atrás, cuando estaba en mi casa, sabiendo que iba a seguir estudiando cuando enero llegara, con Adam a una llamada de distancia y con Kevin y su madre a la luz del arbolito de navidad y su pesebre... y claro, sin conocer a Luka.
Se supone que el tiempo y la distancia deben hacer que los desamores se olviden pero al parecer las dos constantes físicas no son capaces de irrumpir en la mente ni en el corazón. Luka, contra toda mi voluntad, no deja de pasearse por mi pensamiento.
Es algo irremediable, estando en el trabajo o en la casa o comiendo o ejerciendo cualquier actividad, sea como sea, de un momento a otro su nombre aparece o veo algo que me lo recuerda y a veces parece que todo me lo recuerda a él. No es algo que controle y eso lo hace peor aún porque mi mente ya está convencida del mal que me hace seguir pensando en él pero Luka sigue ahí, quiera o no, me guste o no, vaya a regresar algún día con él o no.