V E I N T I D O S

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Seis colores

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Seis colores.

Seis hermosos colores que ocultan mil emociones y gamas diferentes ocultos en cada matiz. Divagando mientras miro las miles de banderas de papel en las manos de los asistentes y los arcoiris que parecen decorar hasta las pupilas de cada persona, me siento maravillada con todo y trato de buscarle un significado a lo que una marcha del Orgullo representa. O lo que puede representar.
Empezando en el rojo del amor, pasando por el amarillo de la vida hasta llegar al morado que podría representar la nostalgia de algo que se quiere pero no se consigue con facilidad. Como los derechos, la libertad... la vida.

Es muy fácil sumergirse en el ambiente de cariño mutuo e igualdad de condiciones que se respira acá. Es como que todos asisten solos o acompañados pero de cierta manera vienen y se mantienen y se van juntos porque luchan por una misma causa, bueno, ahora puedo decir que vamos porque estoy acá gozando de cada segundo de alegría en cada mota de polvo que revuela en el ambiente.

—¿En qué piensas? —dice Luka, sonriendo divertido ante mi rostro.

—En los colores. —Acentúa su ceño sin dejar de, prácticamente, burlarse de mí—. No te burles.

—No me burlo —objeta—. Me maravillo.

—Es genial, ¿Cierto? —respondo, en una tonalidad más arriba de lo normal—. Es mejor que en las fotos, hay tanta gente y...

—Yo he venido a la marcha anteriormente —me interrumpe—. Me maravillo contigo.

Endurezco mi sonrisa un momento para mirarlo con algo de reproche. Él tiene que dejar de decir esas cosas o mi salud mental y emocional correrán peligro. Ni hablar de mi salud circulatoria.
Vamos caminando muy juntos pero un cuerpo pasa en medio de ambos, poniendo distancia y desviando todo el comentario anterior.

—¡Casi no los encontramos! —exclama Denny, posicionándose a mi lado mientras Gabriel camina de espaldas avanzando a nuestro ritmo, mirándome a la cara.

—Pensamos que mejor se iban a devolver al apartamento a hacer cosas —apostilla Gabriel meneando sus cejas y despertando la risa de tres personas desconocidas a la redonda. A Luka le hace gracia, a mí... no.

—¿Sabían que ustedes son una porquería conmigo cuando están todos juntos? —asevero, volteando la cara. Gabriel se endereza y pasa su brazo por mi hombro apresurando mi marcha y dejando a Luka y a Denny atrás.

—Me refería a hacer palomitas o helado de galleta —dice. Ruedo los ojos—. Ya eres uno de nosotros, Carolina. No te ofendas por lo que decimos.

Termino cediendo a la risa que no soy buena aguantando y asiento, aunque en teoría me dijo que soy un chico más. Es ser parte de algo, es más de lo que he obtenido antes de cualquier círculo social... Me suelta y reanudamos la caminata con los otros dos chicos, Gabriel se ubica junto a mí agarrando la mano de Denny. Su playera fucsia intenso me llama la curiosidad y ladeo mi cuello como buena chica chismosa y leo lentamente lo que dice.

La no protagonista de una historia de amor •TERMINADA•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora