Sinceramente no quiero sonar desagradecida o mala persona pero jamás en mis veinte años de existencia había sentido este odio por mi madre.
No he parado de llorar en lo que me ha parecido una maldita eternidad y siento que en cualquier momento me voy a derrumbar. Mamá podrá excusar como quiera lo que hizo, pero ¿dentro de la mente de cual Jesús, según ella, cabe la idea de golpear un hijo hasta el cansancio como algo positivo?
Trato de ladearme en mi pequeña cama sintiendo la punzada en mi costado izquierdo, obligándome a volver hacia el otro lado. Un jadeo se aloja en mis labios cuando mi mano viaja hacia ese punto de dolor y palpo con mis dedos la marca repetitiva de la correa de cuero que mamá usó. Ya estoy cansada de llorar y me digo que no voy a hacerlo pero este es uno de esos dolores que hacen que las lágrimas broten solas, así no más.
No voy a repetir todo lo que mi madre dijo cuando llegué de trabajar ayer antes de su arranque de ira, solo diré que jamás había escuchado que alguien condenara verbalmente de esa manera a una persona; mi madre asegura que iré a arder a lo más profundo del infierno y que no hay nada que compense mi ofensa a Dios al siquiera pensar en apoyar a las personas que según ella son la abominación en tierra. Cometí el error de responderle en una ocasión y mi mejilla pagó las consecuencias.
Mis ojos están hinchados de llorar y al tomar una ducha los dolores se acentúan en ciertos lugares y los músculos de destensan en otros. Me cuesta un poco agacharme y mis piernas duelen con cada paso pero me decidí a no mostrar eso a mis padres. Lo único que me queda es mi supuesta fuerza interior que a veces siento que no sirve para un carajo. El frío, sumado a que no he querido bajar a comer nada y a mi estado físico, me tienen temblando desde que me levanté, aunque me he envuelto en dos sacos y tres cobijas.
Cerca de la una, un mensaje de texto entra a mi celular. Luka sabe que no cargo Internet en el trabajo así que por eso el mensaje de texto.
¿Por qué no estás trabajando? Habíamos venido con Mateo para salir un rato contigo.
Me enfermé. Lo siento.
¿Qué tienes?
Solo gripa. No te preocupes.
Yo creo que mañana trabajaré normal.¿Segura, Colibrí?
¿Quieres que te lleve algo?No.
Estoy bien, Luka.
Gracias.Bloqueo la pantalla sin estar dispuesta a responder nada más. Mi respiración se hace trabajosa a cada segundo que pasa y mi puerta abriéndose me sobresalta. Mamá entra como si nada, buscando ropa en mi armario.
—Dylan ha venido, Cinthya. Levántate —dice animosa. Me repito que es mi madre para no soltar un improperio.
—No quiero. Me duele la espalda. —Trato de imprimirle acusación a mis palabras pero parece que no es suficiente para que ella lo note, más porque parece que mi respuesta la ofendió.
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La no protagonista de una historia de amor •TERMINADA•
Romance❝Todas las personas tenemos historia, pero no todas nacimos para ser protagonistas❞ |Sinopsis en el interior| -- SIN EDITAR Comienza: 10/junio/2017 Termina: 17/mayo/2018 Bienvenidos 💙