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Era hora libre, Enzo y sus amigos se encontraban debajo de un árbol mientras hacían notas respecto al básquetbol.

Alexa hacia algunas pequeñas trenzas en el cabello del albino mientras ellos seguían con lo suyo.

—Solo debes ajustar el vendaje un poco más, ¿has tenido problema con que se afloje? —cuestionó Erick mientras acomodaba sus lentes—.

—Al principio, pero mi mamá me ayuda ahora —respondió Enzo encogiéndose de hombros—.

—Dile que más ajustado, al encestar debes saltar y eso puede aflojar las vendas —anotó ese dato en el papel—. Y cuidado con los empujones.

—Básquetbol es un mal deporte para ti —comentó Sebastián—. Debiste haber elegido fútbol americano.

—No, ustedes son los únicos con los que hablo —suspiró el albino—. No importa nada de esto, no voy a irme a un deporte donde no estén ustedes.

—Amistades vergas —dijo Alexa con una sonrisa—.

Mentira DeseadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora