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—Y creo que ella es la indicada —la albina se dejó caer en su cama—. Sebastián, realmente debo agradecerle a mi madre.

La madre de la chica solamente le había llamado para avisarle que harían una fiesta en su casa para recaudar dinero y apoyar con un centro de adopción de mascotas.

—Bendecidos los animalitos —estiró sus brazos hacia el techo—. ¡Adoptaré uno!

—Neferet, ¿qué tal si ella es hetero? —preguntó su mejor amigo—.

—¡Me operaré por ella! —se incorporó de golpe—. ¡Zoe es lo mejor!

—La acabas de conocer, además creo que está en nuestro grupo.

—Como sea, vayamos a un gimnasio —se puso de pie—. Si voy a jugar básquetbol debo tener cuadros porque quiero permanecer en el top #1 de chicos lindos.

—Está bien —rodó los ojos sin estar muy de acuerdo—. Llamaré a Erick.

Mentira DeseadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora