11: ¿Vivir juntos?

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Lo mantenía fuertemente sujetado, no lo quería soltar de ninguna forma, por más que él lo deseara, aquel rubio solo sonreía con deleite ante las caricias que le proporcionaba su pareja, no podía dejar de sonreír, en ese instante se sentía tan feliz, como si nada malo pudiera pasar ahora, estaba tan bien, aunque el mismo lo digiera estaba tan bien sentirse así de querido, sintió como un cosquilleo invadió su cuerpo al sentir como Madara mordía su oreja; Naruto se había quedado dormido hace unos minutos nada más, y eso les dejaba algo de tiempo a los dos juntos para compartir, Madara tomo del mentón a Minato para girar suavemente su cabeza y besar sus carnosos y rosados labios, era enérgico, era tierno, era como un torbellino que nunca se detenía y eso era lo que más le gustaba.

De la nada el moreno se puso completamente serio, algo que hizo que Minato se estremeciera, y se girara en torno a sus brazos y lo besara ahora con más cariño.

-¿Te pasa algo? – le pregunto mientras se apegaba a su pecho, para que este no intentara retenerlo como si fuera a escapar

-Solo estaba pensando en algunas cosas, y... - guardo silencio por unos segundos – tengo algo que hablar contigo Minato – aquello hizo que el cuerpo del rubio se estremeciera por un momento

-¿Pasa algo malo? – pregunto al ver la seriedad que mostraba el rostro de su amante

-Tienes que irte de mi casa, no puedes vivir aquí – le dijo haciendo que el rubio se sintiera utilizado, pero intento ocultar aquel sentimiento con una sonrisa tonta

-Bueno no es como si pensara vivir aquí, es obvio no somos una pareja casada ni nada de eso – dijo mientras intentaba ocultar como su labio inferior temblaba en el intento de tratar de no sentirse abatido por la forma en que se lo dijo

-No es por eso, no me malentiendas – dijo al notar la reacción del menor – lo que pasa es que tengo ciertos asuntos de los que me debo encargar antes de si quiera poderme casar contigo – aquellas palabras lograron un sonrojo en las mejillas del rubio

-Eso es... - este se quedó callado debido a la felicidad tonta e infantil que lo invadió al escuchar que incluso pensaba hacer algo como casarse con él, se sintió como un adolescente el cual apenas empezaba a experimentar su primer amor

-Dame unos segundos tengo que hacer unas llamadas, te conseguiré un buen lugar, porque no quiero verte en esa horrible posada nunca más - le dijo sacando su teléfono del bolsillo

Minato lo entendía, un hombre como Madara debía tener historia, ser muy solicitado, era obvio que debía tener asuntos pendientes que debía resolver, quizás una ex relación amorosa que aún le fastidiase un poco la vida, y quería arreglar todo, tampoco es que quisiera vivir con el tan rápido, claro que sería fenomenal, él es muy cariñoso y además era muy tierno con Naruto, había aprendido a querer a su pequeño desde siempre, eran esos atributos como padre los que más le llamaban la atención de Madara, eso y su toque de perversión cada vez que lo miraba, sonrió para sí mismo al pensar todo aquello, y sonrió aún más al sentir como los brazos del pelinegro aprisionaban su cuerpo haciéndolo reír mientras le besaba el cuello.

-Conseguí una habitación en un buen hotel, me garantizan que nada te pasara, ni a ti ni a Naru – dijo mientras seguía concentrado en el cuello del rubio

-No tenías que preocuparte tanto – dijo deseando no haberlo pasar por tantas molestias

-Claro que debo, ¿Qué pasaría si alguien entra a medianoche en tu habitación y te reclama y te amenace y se disfruta todo lo que es mío? – dijo con el ceño fruncido

-Estás loco, nadie haría eso, ni tampoco me dejaría hacer nada de más nadie que no seas tú – le dijo volteando con delicadeza su cabeza acariciando con su fino cabello dorado la nariz del mayor y buscando la curvatura de sus labios para acariciarla con sus rosados labios juntándose en un beso delicado en contantes roces pero sin querer dejar de hacerlo, se dejó llevar no siempre podía evitarlo, Madara rodeo sus brazos de un modo sexy con una linda sonrisa, Minato coló sus manos por la camisa del hombre mientras que el pelinegro lo mantenía sostenido de la nuca para no soltar aquellos labios que se había vuelto más pasional

-¿Qué estás haciendo papá? – le pregunto el pequeño que se los había quedado viendo, mientras ellos lo miraban casi paralizados

-Ahhh nada – dijo apartando a Madara de su cuerpo

-Pero se besaban – dijo el mientras aún se restregaba sus ojitos debido a que acababa de pararse

-Es que... - Minato ni siquiera sabía que decirle en ese instante

-Es cierto nos besábamos, lo que pasa es que yo amo a tu padre, y estaba demostrándoselo – aquellas palabras de Madara brotaron sin siquiera pensar en la vergüenza que se había pintado en las mejillas de su amante al escuchar aquel "te amo" que se le había escapado.

-Naruto debemos hacer maletas – dijo este con una sonrisa

-¿Nos vamos a ir? – Pregunto triste - ¿No y que amabas a papá? – le dijo indignado a Madara

-Yo lo amo, es solo que son cosas de adultos – dijo Madara con una sonrisa

-Mentiroso – dijo haciendo que Madara se sorprendiera

-¿Qué yo soy mentiroso? Como te atreves – le dijo agarrándolo por los bracitos y sentándolo en su regazo mientras le hacía cosquillas en su barriguita

-No...basta – dijo riéndose a carcajadas haciendo que empezara a darle tos

-Minato toma – dijo pasándole a su pareja un sobre, el cual abrió Minato y se asustó enseguida

-No – dijo devolviéndole el sobre

-Como que no, claro que si – dijo devolviéndoselo – saca de ahí el dinero para pagarle a tus amigos por todas las molestias, y para lo que necesites, el hotel y los servicios los pago yo

-Yo no podría... - dijo haciéndolo sentir apenado

-Deja de ser tan amable mi rubio – le dijo besándole la frente – por cosas como esas, las demás personas creen que pueden hacer cualquier cosa contigo, y no me gusta para nada que piensen de ese modo

-Como tú digas cariño – le dijo dándole un beso con suavidad una vez más.

Amor letalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora