15: Preocupación

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Preocupación, lo más seguro era eso lo que lo tenía tan inquieto, era la preocupación, no sabía absolutamente nada de Madara desde algún tiempo, solamente le había dejado una nota diciéndole que había salido algo en su trabajo y se había tenido que ir, pero ¿Qué demonios era lo que pensaba ese hombre? Puede que se hubiera recuperado pero irse a trabajar tan rápido era también una locura, y además la nota le había molestado un poco, en especial porque había notado algo raro en Madara la noche antes de irse, a pesar de que le había hecho el amor como nunca antes, simplemente porque había sido lento, con besos apasionados pero llenos de amor, por cómo le había acariciado, y porque en cada una de las posiciones en las que lo había tenido, estaban lo suficientemente cerca como para besarse con total comodidad, y verse a los ojos en todo momento.

***

-¿Te encuentras bien? ¿No pasó nada extraño hoy? – pregunto Minato mientras besaba con delicadeza los labios del moreno

-Para nada, además estoy completamente bien ¿Por qué preguntas eso? – le pregunto mientras lo abrazaba

-Es que hoy fue diferente – comento Minato mientras sentía un leve sonrojo en sus mejillas

-¿No te gusto? – pregunto Madara al temer haber hecho algo mal

-Por supuesto que me gusto lo que hiciste, pero te siento raro, hoy estuviste todo el día distante hasta que llego la noche, no me prestaste atención en todo el día, así que es muy normal que yo me preocupe por ti, después de todo eres el hombre al que amo – le aclaro Minato sintió como Madara lo abrazaba

-En verdad te amo – le confeso – te amo tanto que ya no podría vivir sin ti

-Lo sé, yo también te amo

-Te adoro, te necesito, te quiero y muchas cosas más, porque eres lo más especial que hay en mi vida, y te prometo que nunca dejare que nada te pase – admitió mientras aprisionaba su cuerpo y lo apretaba cada vez más hacia él

-Entiendo, yo también siento de todo por ti, ¿pero enserio no pasa nada? – pregunto Minato una vez mas

-Nunca me perdonaría si te llegase a pasar algo

***

No sabía de verdad que pasaba pero se sentía un poco extraño, con una muy mala sensación en su estómago, pero intentaba no demostrarlo, quería creer que todo estaba bien y que la sensación que tenía era solo que había comido algo malo, quería engañarse y no decir que sentía que algo malo le estaba pasando al hombre que el más quería, pero intentaba que su mente se despejara y no decirle nada a nadie; podía mirar los brillantes ojos de Naruto mientras disfrutaba de su ramen y a Tsunade jugando con el de vez en cuando.

-Minato – escucho la voz de la mujer que lo acompañaba – el arroz se está quemando

-¡Oh demonios! – exclamo Minato al darse de cuenta que por estar inmerso en sus pensamientos había descuidado lo que cocinaba

-Hablo enserio ¿Qué te está pasando? Te he notado muy extraño últimamente – le pregunto Tsunade mientras lo apartaba de la cocina – siéntate, te hare algo de té

-Está bien, aunque no tienes que...

-Ah no, es tu culpa tu eres el que está hoy muy extraño y no me quiere decir nada, así ni ganas me dan de irme de vacaciones – comento la mujer algo preocupada por Minato

-Ah no nada de eso – respondió el rubio – ustedes necesitan irse de viaje, y descansar un poco

-Lo sé, pero me preocupas – dijo la rubia mientras le entregaba una taza llena de té

-No te preocupes, enserio estoy bien, solo pensando un poco en Madara y pues por eso estoy distraído – le declaro Minato

-Um ya veo, pero por favor deja de estar en las nubes – le regaño la mujer

-Entendido, ya dejare de pensar en él, pero es difícil, es como decirle a Jiraiya que deje de pensar en tus pechos, pero eso nunca sucede – comento el rubio

-¡No digas cosas como esas! – Se avergonzó Tsunade mientras tomaba su bolso – ahora me tengo que ir, nuestro vuelo sale en tres horas y tengo que ir a cambiarme para el viaje, así que me despido – le dijo besando la mejilla del hombre para luego acercarse y besar la frente de Naruto

-Que tengas buen viaje – se despidió Minato y al verla salir observo como su pequeño hijo camino hacia el mostrándole el tazón vacío

-Papá, quiero más ramen – sonrió el pequeño rubio haciendo que Minato soltara un suspiro

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Escucho que alguien tocaba su puerta mientras el acaba de vestirse, así que se apresuró a abrir la puerta cuando noto la insistencia de la persona que tocaba.

-¡Ya voy! – grito Minato mientras caminaba a lo largo de la casa y observaba a Naruto mirando televisión

Minato abrió la puerta y observo a un hombre alto y de piel pálida que le ofreció una sonrisa y le hablo con una voz algo gruesa pero suave

-Disculpe ¿usted es Minato? – le pregunto el hombre

-Sí, soy yo – respondió con simplicidad

-Madara me ha dicho que venga por usted – comento el hombre

-¿Por mí? ¿Y dónde está? – pregunto algo confundido

-Lo que pasa, es que quería prepararle una sorpresa y por eso se fue sin decirle nada, pero él dijo que tenía algo muy importante que preguntarle y por eso precisamente tenía que ser un lugar especial – en ese instante Minato recordó que Madara había estado a punto de preguntarle algo, pero por lo sucedido en el restaurante no pudo

-Entiendo – dijo Minato sonriendo

-Ah y también dijo que llevara a "Naruto", no sé quién es, pero el también solicito su presencia – comento el hombre haciendo sonreír a Minato

-Entendido iré por él – comento el rubio

Busco a Naruto y lo llevo consigo, el hombre lo invito a subirse al automóvil. En medio del camino, observo como Naruto se había quedado dormido en sus brazos, y como el hombre de vez en cuando miraba por el retrovisor y sonreía, cuando el automóvil se detuvo, el hombre bajo y abrió la puerta del coche para que Minato saliera a pesar de llevar cargado a su pequeño hijo, a Minato le extraño un poco el lugar en el que se encontraba y por ese instante volteo para preguntarle algo al chofer del coche.

-¿Aquí esta...?

-Lo siento mucho – comento el hombre que vestía de traje – trabajo es trabajo – ahí fue donde Minato sintió como el hombre lo tomaba por la fuerza y ponía algo en su nariz, tapando su respiración pero al mismo tiempo haciendo que aspirara un líquido de olor fuerte y al mismo tiempo empezara a perder el conocimiento.

-Mada...

-No se preocupe por eso, no era mentira cuando dije que iba a llevarlo donde está el, solo no dije el método – comento el hombre mientras sostenía el cuerpo de Minato

Amor letalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora