Capítulo 16 | Cambiemos de zapatos

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Sobreviví a la semana de exámenes

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Sobreviví a la semana de exámenes. Solo espero que valgan la pena esas madrugadas de estudio y mis lágrimas provocadas por estrés.

Creo que de ahora en adelante debería enfocarme en mis estudios. Soy demasiado holgazán, además, estoy enamorado. Esa es una combinación placentera, pero muy peligrosa.

Me gustaría ser tan aplicado como Steve. Sus calificaciones son buenas, y es admirable la serenidad con la que afronta cada examen.

—Ryder, te aseguro que obtendrás buenas calificaciones.

Es genial que Steve haga lo posible para tranquilizarme.

—¡Sí que te adoro! —lo abrazo. Porque el frío presente en el parque de la secundaria, es mi más pronta excusa.

—¿Qué haces? —masculla.

—Steve, solo te protejo del frío. —Le hablo con ternura.

—Dime tres razones por las que lo haces.

—¿Puedo reducirlas a tres palabras? —propongo con voz chillona.

Gafas rojas da un soplido sobre mi rostro. 

—Mejor yo mismo te diré esas palabras.

—Adelante —le sonrío de oreja a oreja.

—Recreo, abrazo, beso.

—Ya estamos en recreo —digo.

—Y ya me das un abrazo —agrega, yo prosigo.

—Eso quiere decir que nos hace falta un...

—Beso —me interrumpe con esa palabra mágica, y sus labios se encuentran con los míos.

«Parece que alguien está usando más su lengua»

—Steve, espera. —Intento separarlo de mí—. Esto me gusta, y mucho, pero...

—¿Pero qué, Quarterback? —habla en tono seductor, y muerde mi labio.

—Todavía estamos en el parque.

El chico que tanto me gusta, se sonroja en menos de cinco segundos.

—Oh. —Ríe tímidamente—. Lo olvidé por un momento.

—Eso veo... —Hago una pausa, para atenuar su incomodidad—. Oye, Steve, ¿Quieres ir conmigo a la cafetería?

Una de sus sonrisas es suficiente para que caminemos tomados de la mano.

Recorremos los pasillos con naturalidad, en Preston no hay nada que temer u ocultar. Y aunque Gafas rojas no sea mi novio, es lindo que los demás se enteren cuánto nos gustamos.

—¿Me invitas un café? —pregunta Steve mientras hacemos fila en la cafetería.

—A veces me pregunto si lees mi mente, justo eso pensaba hacer.

Amor de QuarterbackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora