Me cuesta creer que el calendario ha marchitado cuatro de sus meses, y he estado tan ocupado que ni siquiera los vi pasar.
Exámenes de complejidad máxima en Preston, reuniones con clichés e invisibles en Owen. Además, tengo aquel trato pendiente con dos chicas insistentes, y no puedo olvidar a ese simple y complicado Steve Pratson que aún intento enamorar.
Todo lo anterior es parte de este otoño en que las hojas caen sin cesar, entre emociones que vienen y van.
—¡Cállate Ryder! ¡No iré a ese campamento de mierda!
Sí, este despeinado Steve —que no se ha duchado en días— es el mismo que ahora atraviesa una crisis existencial.
Quizá su mal humor sea sólo un efecto adverso del otoño. No lo sé, talvez si fuese primavera él estaría... Un momento, creo que incluso estaría peor, porque hablo de ese individuo que usa gafas rojas; cuyo sentir es tan imparable como su lengua que se vale de argumentos.
—Ryder, quiero que me expliques con seis razones —dispone—, el porqué debería ir a ese campamento.
—Steve, ir a Camp Chromatic es algo que deberías hacer. Por favor —le ruego—. Te prometo que te divertirás en grande.
—Sí claro, en grande —refunfuña.
—Sólo es un fin de semana, ¿Es mucho pedir?
—No quiero —sostiene—. Entiéndeme, estoy deprimido.
—¿Y por qué lo estás?
—Porque así es. —Steve hace una pausa—. La depresión es una enfermedad, por si no lo sabías.
—¿Y ya fuiste al médico? —externo mi preocupación.
—No, pero hablé con mis padres.
—¿Qué te dijeron?
—Ellos piensan que paso mucho tiempo en esta casa o estudiando, dicen que debería salir más, distraerme. —Resopla—. La verdad, tienen razón, pero no iré a ese campamento, por favor no insistas, Ryder.
—Gafas rojas, entiende que quiero verte bien, y un paso para que puedas lograrlo, es disfrutar este fin de semana en Camp Chromatic.
—Ya que tú estás tan convencido, entonces convénceme a mí —pide, cruzado de brazos.
—¡Bah! —le digo—. Eso es pan comido.
—Sigo esperando razones —bosteza.
—Ok, primera razón —menciono—: Estudiantes de Preston y de la secundaria Owen, juntos en un mismo sitio, ¿Te lo imaginas?
—Jamás —replica—. Eso quiere decir que Olly estará ahí, y no creo que sea emocionante ver a mi ex.
—Steve, te he dicho mil veces que Olly Archer ya te superó —le aclaro—. Además, yo no lo veo más como un rival. Somos buenos amigos.
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Amor de Quarterback
Novela JuvenilRyder Owen podría ser el sueño de muchos, pero ni siquiera es la realidad de pocos. Y no es porque el chico carezca de encanto, sino porque a su puerta no ha llamado el amor. Es como si el destino, no se viese seducido por esos ojos azules que irrad...