Este domingo de primavera en Ciudad Loto, es más que perfecto para tener mi primera cita.
Solo hay un pequeño detalle: no será con Steve Pratson.
Tristan Brown llamando...
—Hola.
—Ryder, ¿En dónde estás?
—Arreglándome, estoy casi listo.
—No puedo esperar más, en verdad quiero verte.
Rayos, olvidé mencionar que ha pasado casi un mes, aunque no muchas cosas han cambiado.
—Tristan, me ves a diario en la secundaria, ¿Cuál es la prisa?
—Quiero decirte algo importante.
—¿Y qué es?
—No diré una palabra hasta que estemos en el mirador del Terra Loto.
—Espero que no sea lo que pienso... Ya fui bastante generoso al aceptar tener una cita contigo.
—De todo puede pasar... No, ya, en serio. Ryder, quiero que se sientas cómodo y disfrutes al máximo tu primera cita.
—Bien, confiaré en ti… Pero no intentes propasarte conmigo.
—No te preocupes, y gracias por esta oportunidad, no te arrepentirás.
—De nada Tristan, te veo en un rato.
—¡Espera Ryder!... No cuelgues.
—¿Qué sucede?
—Estaré en la cafetería cercana al mirador.
Termino la llamada, y continúo vistiéndome frente al espejo.
Abotono una camisa celeste —de mangas cortas—, con diseños de nubes —esa es mi elección para hoy—; Además, elijo unos pantalones blancos, y zapatos bajos, de un color similar a la camisa.
Atuendo de diseñador: listo.
Lentes de sol: no pueden faltar.
Cabello peinado —sólo con mi mano y un poco de agua—: todo un éxito.
«Primera cita, aquí voy»
Salgo de mi habitación, doy un vistazo a la misma antes de cerrar la puerta. Hace una semana pinté de rojo las paredes, y terminé de equiparla con todo lo necesario para que luzca como una. Incluso mamá me regaló dos cuadros, y una escultura de hierro, para decorar.
En fin, creo que no debí salir al pasillo todavía. Los gemidos de Olly y Steve —que provienen de la otra habitación— siempre se oyen desde aquí. Ellos todo el tiempo están follando, me pregunto si no tienen otra cosa por hacer.
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Amor de Quarterback
Novela JuvenilRyder Owen podría ser el sueño de muchos, pero ni siquiera es la realidad de pocos. Y no es porque el chico carezca de encanto, sino porque a su puerta no ha llamado el amor. Es como si el destino, no se viese seducido por esos ojos azules que irrad...